Oasis Knebworth 1996 (Reseña)

Celebrando por todo lo alto su 25 aniversario, el concierto en Knebworth por parte de Oasis llega a salas de cines en un documental poderoso que emocionará a los nuevos fans y hará revivir grandes momentos a los jóvenes de aquella ya lejana década de 1990.

El 10 y 11 de agosto de 1996, 250 000 fanáticos (2,7% de la población del Reino Unido en aquel momento) se reunieron en el mítico parque de Knebworth para disfrutar del apogeo absoluto de Oasis en dos noches que definieron a toda una generación y que continúa fascinando a nuevos oyentes de los liderados por los hermanos Gallagher.

Con esta mística que llevo a definir a ese evento sin igual como el «Woodstock de los 90s», Jake Scott, dos veces nominado al Grammy, logra transportar, mediante una cuidadosa selección de archivo multimedia y una destacada edición, a los diferentes ángulos de lo que fue un fenómeno cultural en total esplendor.

Para lograr un retrato más completo, Scott no recoge interesantes testimonios de miembros de la banda y su staff, así como de las diferentes e invaluables historias de fans para conseguir entradas que van desde trayectos kilométricos, sacrificios económicos y también algo de suerte. Todo esto es narrado y dramatizado de tal manera que el espectador puede sentir propio cada uno de estos relatos.

Cada anécdota mostrada impide bajones en el ritmo del documental. Desde aquel joven que consiguió la pandereta de Liam, demostrando su amor hacia sus fanáticos, hasta la devoción a Bonehead por parte de dos fans que sorprendieron al menor de los Gallaghers, sin olvidar de la espectacular participación de John Squire, guitarrista de Stone Roses en la ya clásica versión de Champagne Supernova así como de un cover inolvidable de I Am The Walrus de The Beatles.

La limpieza en la edición del sonido permite que la audiencia pueda disfrutar en su totalidad cada segundo presentado del show. En cada canción se presenta la opinión de Liam, Noel y Bonehead, junto a la de cada seguidor. En Cast No Shadow, por ejemplo, la labor tanto del director de fotografía Murren Tullet como del departamento de sonido, logran que los arreglos de cuerda, la química entre los integrantes de la banda y un público entregado brillen como nunca antes.

Sin más que aplaudir todo lo conseguido en este proyecto que será referente del documental musical, Knebworth 1996 es una experiencia que debe vivirse en salas de cine, no solo por ser el testimonio mejor logrado de la época dorada del pilar del Britpop, sino que representa de manera brillante la importancia de Oasis: la de siempre hacernos felices a través de la desfachatez de ser jóven, miembro de una familia que no deja de crecer.