Luciana Kaplan y el espíritu de lucha a traves de ‘La Vocera’

0

Dentro del marco de la edición 2021 del Festival Cinema Planeta, se presentó el documental La Vocera, que hace un seguimiento a María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, la primera mujer indígena en aspirar a la presidencia de México y en el que conocemos la historia detrás de la lucha del Congreso Nacional Indígena por defender el territorio, preservar la naturaleza y proponer una nueva forma de entender el progreso y el desarrollo.

En Unplugged News tuvimos el gran placer de charlar con la directora detrás de este filme, Luciana Kaplan, que ha dedicado su carrera a la realización, docencia y producción de cine documental, para que nos compartiera un poco más acerca de este viaje al lado de Marichuy y este espíritu de lucha que representa.

Comenzando esta charla, Kaplan nos contó cómo fue que dio con la idea de esta cinta. «En 2017 por primera vez en la historia se anunció que se aceptarían candidaturas independientes para la Presidencia de la República. Ahí, Carolina Coppel, productora de la cinta, se comunica conmigo porque comenzaba a haber rumores de que el EZLN y el Congreso Nacional Indígena pensaban en lanzar a una mujer indígena como aspirante al cargo. Nos pareció interesante este hecho histórico ya que, pasara lo que pasara, se iba a lanzar y hacer una gira de una forma muy diferente a como lo hacen los partidos políticos. Más allá de lo que pudiera suceder, queríamos documentar y mostrar el machismo, luchismo que en este país sólo de hacerlo, iba a generar ciertas reacciones. Lo vimos como una posibilidad de mostrar otras maneras de hacer política y organización a través de la figura de Marichuy.»

Después de eso, las cosas se fueron acomodando para contar un relato de una lucha de muchos años y de una vocera que causara cierto impacto. «Pedimos permiso para seguir todo ese proceso y por suerte nos dijeron que sí podíamos filmar la parte pública. De ahí sale la idea de mostrar quién era ella, mas allá de lo privado donde quisimos mostrar quién era ella, sus propuestas, sus visitas a las comunidades, entre otros puntos interesantes. Y es que ella solamente es una vocera para esta asamblea formada por una gran cantidad de pueblos indígenas. Sólo es la portavoz y las decisiones se toman en asamblea», afirma la realizadora.

La mirada de Kaplan sigue este camino que sirve para alzar la voz sin deseos de buscar una posición de poder, sino solamente de difundir su historia y la batalla de los pueblos indígenas. «Mostramos a la par un retrato del país en este viaje donde ellos llamaban a organizarse, conocerse y saber qué es lo que pasaba realmente entre las comunidades indígenas. En ese sentido, creo que fue un viaje de conocimiento, aprendizaje y lucha tanto para ellos como para nosotros. Y es que sus intenciones nunca fueron sentarse en la Silla Presidencial sino poner en la mesa y los reflectores temas como los despojos de tierras, la contaminación e incluso ataques a las comunidades, algo de lo que no hablaban los otros candidatos. Querían que voltearan a ver lo que pasaba en estos territorios más allá de estar en la boletas o de una búsqueda de poder. Lo importante era ver la situación de las comunidades que cada vez es más grave«, aseveró duramente la documentalista.

Y es que la cinta no sólo manda este mensaje de urgente atención sino que también pone al aire una interrogante interesante. «Una de las cuestiones principales de la película es justo el progreso a costa de quién y para quién. Porque actualmente el progreso destruye y creo que hay que replantear las formas en que plantean las cosas los que gobiernan con el pueblo», complementó Luciana.

El mayor reto para la directora fue no perder de vista el mensaje que los pueblos querían dar a conocwe y equilibrarlo con el carisma y presencia de Marichuy. «Me costó trabajo al principio mostrar que no era ella sino todo el movimiento, que no se trataba de que ella fuera el foco pero es una película y alguien tiene que llevar de la mano la historia. Era importante decir que no era un documental sólo de ella pero sí tuvimos que poner sus puntos de vista, lo que ella pensaba de todo esto, quién es, de dónde viene, por qué lucha y su contexto. Primero fue todo el proceso de la gira, de su rol como vocera y su responsabilidad y después de ello se da un proceso de acercamiento con ella donde pudimos hablar desde un lugar más personal. Pero si, el trabajo de acercamiento duró dos años en los que ella estaba consciente de que el filme no debía centrarse en su persona y nosotros lo entendíamos bien. Pero si era necesario conectar con ella, que no resultara algo más frío que no hubiera funcionado del todo», confesó Luciana.

No cabe duda que la ex candidata a Presidencia se convirtió en una especie de líder carismática para el movimiento. «Su imagen y su presencia generaron mucho entusiasmo en la gente. Se volvió un personaje querido y admirado y a la fecha lo sigue siendo. Es un personaje carismático y mediático que cada vez que aparece genera curiosidad. Tuvo su propio camino y Marichuy sigue teniendo ese impacto. Hay gente que a la fecha sigue diciendo que tal vez estaríamos mejor con ella de presidente», asegura Kaplan.

La gran experiencia que tiene en su carrera ha ayudado a Luciana a encontrar la base perfecta para contar sus historias sin dejar de experimentar en sus formas. «Los grandes documentales tienen que provocar emoción y empatía. Si uno no conecta con la gente, será difícil que se genere una reflexión o transformación en el punto de vista con que ves determinado tema. Siento que es a través de las personas y las experiencias de vida que uno aprende y genera ese factor. Las cintas tienen que generar un vínculo con el espectador, un diálogo a través de la reflexión, de vernos reflejado en el otro. Si eso le genera preguntas o resulta interesante, ya se cumple un poco con lo que uno busca. Además, vale mucho no repetirse con la misma fórmula sino que hay que buscar nuevas formas de contar la historia, de lenguaje, algo que a mí siempre me parece muy emocionante y que se va dando dependiendo de lo que uno va contando«, explicó.

Más allá de su vasta experiencia como documentalista, Luciana Kaplan obtuvo un muy valioso aprendizaje después de este viaje de cuatro años realizando La Vocera. «Me dejó una lección enorme al entrar en las comunidades y poder entender la importancia de la comunalidad, el autogobierno y la manera de organización que tienen y cómo ello se vuelve una manera de defender el territorio, nuestras lenguas y costumbres. Pero es también una manera diferente de ver el planeta y eso es algo muy evidente en este proceso. Si no defendemos los territorios, la humanidad no va a subsistir. Porque lo que ha pasado las últimas décadas ocasiona que los recursos de nuestras tierras se vayan agotando. Eso va acabar por afectar a todos y me quedo con esa importante reflexión. Los pueblos indígenas lo hacen y lo tienen más presente que nosotros pero todos estamos involucrados. Y que el progreso está acabando con el planeta, un pensamiento que se desarrolló y continúa después del tiempo de realización del proyecto», expresó.

También, aprovechó la oportunidad para aplaudir la existencia de espacios que difundan la cultura como Cinema Planeta y demás festivales o muestras que son capaces de traer estos temas a colación para la audiencia. «Lo bonito de formar parte de este festival son los temas fundamentales que toca aunque lleguen a ser bastante amplios y que además tiene un gran caminar y ha subsistido y crecido durante estos años. Que bueno que existan estos espacios que, en medio de la crisis cultural y ambiental que vivimos, se dediquen a hablar de ello. Es fundamental y admirable el trabajo realizado y esperemos que sigan así. Parece que ni el medio ambiente ni la cultura son de interés o necesarias para el gobierno. Lo cual hace doblemente loable lo que se hace con festivales como éste que permite a la gente acercarse a ello», declaró la directora.

Luciana Kaplan, directora de La Vocera

Cerrando la charla, Kaplan aprovechó para regalarnos una reflexión final acerca de este proceso vivido xon en La Vocera. «Es curioso que con lo mal que trataron la gran mayoría de los medios a Marichuy durante el momento de la campaña, ahora que salió la película y que le ha ido muy bien, el trato que le dan es totalmente diferente. Ahora la tratan como heroína, con un respeto que nunca le dieron antes y eso es muy interesante, ver cómo cambió su percepción ahora que se ha vuelto un símbolo. Ese cambio es curioso aunque no necesariamente en el buen sentido«, concluyó.

La Vocera formó parte de la competencia de la 13va edición de Cinema Planeta, que tuvo su pequeña extensión otoñal durante finales de septiembre. El siguiente paso para este proyecto de Luciana Kaplan es estrenarse en Netflix el 8 de Octubre en más de 120 países.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »