Maya y los Tres, reinterpetrando la cultura prehispánica

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Es difícil encontrar alguna serie animada dentro del top 10 de lo más visto en Netflix y aún más complicado que ésta dure más de una semana dentro de la lista. Sin embargo, esto sucedió con Maya y los Tres, la nueva miniserie inspirada en la Mesoamérica precolonial, creada por el director y animador mexicano Jorge R. Gutiérrez, director que en su haber tiene el largometraje animado El Libro de la Vida.

Dentro de este nuevo proyecto conocemos a Maya (Zoe Saldaña), la princesa del reino Teca, la típica adolescente rebelde que no quiere las responsabilidades que se le dan y en cambio desea ser una gran guerrera con una vida llena de aventuras. Su deseo se cumple justo el día de su coronación que se ve interrumpida por Zatz (Diego Luna), el Dios de los Murciélagos, quien directo del Inframundo llega a exigir el sacrificio de la princesa para ofrendarla a Mictlan, el gran Dios de la Guerra, todo esto como consecuencia de un secreto que la familia de Maya había ocultado por 15 años.

Su familia, al negarse a sacrificarla, le declara la guerra al Inframundo creyendo que con ello desatarían la profecía donde se mencionaba que tres grandes guerreros algún día derrotarían a los dioses. Estos tres personajes se cree que son los hermanos trillizos de Maya: Lanza, Dagas y Escudo (todos doblados por Gael García); sin embargo, al comenzar la batalla, se percatan que quizá la profecía no era del todo cierta y en consecuencia el mundo entero sufrirá la venganza de los dioses. Por ello, la protagonista se embarca en una misión en donde buscará el significado verdadero de la profecía, con la esperanza de poder salvarla a ella y a su familia.

Esta nueva miniserie viene a ser un producto refrescante y demuestra la capacidad de los animadores mexicanos si se les da una oportunidad. Maya y los Tres es una reinterpretación de la mitología y cultura prehispánica e incluso un poco de la época colonial, además va acompañada de una gran calidad en animación, otorgándonos escenas de acción bastante dramáticas y fluidas, sin mencionar el talento dentro del equipo de doblaje.

A pesar de parecer un producto dirigido al público infantil, tiene un toque un poco oscuro porque no le tienen miedo a matar a personajes, no tiene escenas fuertes en el sentido de que no hay sangre como tal. Por ejemplo, en el caso de los dioses sí se muestran las muertes, pero ser algo divino se convierten en oro derretido, caso contario en los humanos, no se muestran las escenas donde maten al personaje pero sí se hace referencia a ello e incluso muestran momentos finales de algunos. No es dramática, porque su corta duración hace que las cosas vayan muy rápido y no permite que el público conecte y sufra la pérdida, incluso los propios personajes principales no tienen mucho tiempo para procesar el duelo, lo que provoca que las muertes y sacrificios se sientan vacías.

Realmente sólo puedes empatizar con los personajes que acompañan a Maya en su travesía, ya que al tener más tiempo en pantalla se pudo profundizar en su pasado a través de flashbacks. Esto juega un poco en contra de propia protagonista porque la terminan opacando; a Maya la podemos encasillar como la clásica “elegida”, que no tiene otra función mas que salvar al mundo, a pesar de que quisieron hacerla más interesante hacia el final, al conectarla con su familia y crearle un interés amoroso, no termina de caer bien. Caso contrario con sus amigos Rico (Allen Maldonado) y Chimi (Stephanie Beatriz), sobre todo esta última, que hasta deja con ganas de que tenga su propia historia; aunque igual dentro del grupo está Picchu (Gabriel Iglesias), que tenía potencial para ser un gran personaje y se las arreglaron para hacerlo muy plano.

En suma, las mismas fortalezas de la serie pueden ser sus flaquezas, no sólo en la trama y sus personajes, también en sus cimientos, porque si bien no intenta serle fiel a la mitología y cultura mesoamericana, al retomar algunos elementos podría generar confusión sobre la historia de estos pueblos. Es claro que la producción fue construida para apelar al público extranjero y para ello fue necesario deslavar la historia, lo que en consecuencia tuvo que muchos conceptos fueran desprovistos de su significado. Esto se demuestra desde el hecho de que eligieron que los personajes usaran un spanglish que no se siente orgánico; la mejor opción hubiera sido que optaran por uno u otro, aunque lo ideal sería que fuera en español, porque aunque no es el idioma original de estos pueblos sobre los cuales fue inspirada la serie, sí que forman parte de la historia de países de habla hispana.

Maya y los Tres no debe ser tomada como algo puramente mexicano porque no lo es, simplemente es una interpretación y así se debe quedar. Pero no por ello pierde su valor. Al contrario, es una ventana que nos muestra lo que pueden llegar a hacer productores mexicanos si se les da una oportunidad, porque sin duda es una gran serie que lamentablemente tuvo muy poco tiempo en pantalla, su pecado fue la ambición, pero curiosamente ahí radica su grandeza, porque dejan al público con ganas de ver más historias de este tipo, donde los latinos dejen de ser el chiste o un simple personaje secundario y pasen a tener totalmente el protagonismo, demostrándole al mundo que de este lado también hay mucho que contar.

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