Había una vez una casa blanca en México que fue motivo de escándalo mundial desnudando una vez más al poder ejecutivo y a la primera dama del país con una estela de corrupción, impunidad e indignación. Aunque la protagonista parecía ser Angélica Rivera, rápidamente los ojos del mundo se volcarían en Carmen Arístegui, la periodista que encabezó la investigación, ahora el encabezado sería la censura que ejerció la radiodifusora en la que trabajaba vetándola a ella y su equipo de uno de los programas más popular de la radio.

El documental “Silencio radio” nos muestra distintas aristas del periodismo en México, en un frente está una periodista comprometida con su trabajo, crítica de su labor buscando la excelencia, valiente y dispuesta a ejercer su derecho de expresión enfrentándose a la adversidad de la presión política y mediática; en el otro ángulo está Carmen, la mujer, una persona como tú y como yo, un ser humano que tiene familia y que como cientos de periodistas también ha sentido temor por hacer su trabajo.

En contraparte vamos intuyendo quienes son esos adversarios del periodismo, los ampones que buscan manchar la reputación del corresponsal muchas de ellos colegas de oficio que tratan de desprestigiar la veracidad de la nota con el único fin de hacer que los verdaderos criminales no sean expuestos, observamos los mecanismos de coacción que se ejercen para infundir miedo, las tácticas irrisorias que los protagonistas de las notas hacen para deslindarse de sus agravios, sin embargo, lo más cruento del documental es que al final de cada nota nos encontramos ante un callejón sin salida llamado impunidad.

En ningún momento durante la proyección se hace una apoteosis periodística ni mucho menos trata de victimizar a la prensa, es duro mirar que a nivel internacional México es uno de los países más complicados para ejercer la actividad periodística. Debes saber que observarás las imágenes de cientos de reporteros muertos, voces acalladas por el crimen organizado, corporaciones corruptas e incluso se insinuará que el estado es quién ejecuta acciones perversas contra la sociedad y de censura, simplemente te quedarás helado. En un grito ahogado por la angustia de desaparecer y ser asesinados los reporteros creen que nadie debe temer por hacer su trabajo y mucho menos si es una verdad que afecta a nuestro país.

Carmen es una profesional preparada con innumerables premiaciones por su actividad periodística y ha ganado la aceptación del público con arduo trabajo, honestidad y dedicación, realmente es atípico observar a un periodista fuera de cámara haciendo la parte menos seductora de la comunicación, la producción. La historia es inmersiva, sacia tu curiosidad por que observas tras bambalinas el trabajo que ella y su equipo hacen días a día, las conversaciones editoriales, las estadísticas de aceptación del programa e incluso pueden palpar un día de Arístegui Noticias. En los entreactos del documental vemos imágenes crudas, violentas y soeces de los casos más destacados que estremecieron a México para que el espectador pueda mantener la esencia de principio a fin del trabajo cinematográfico.

No puedes perderte este documental, te aseguro que no quedarás indiferente, Silencio Radio me ha recordado aquella época cuando era estudiante, cuando quería transformar el mundo y que por alguna razón simplemente me quedé sordo, ciego e indiferente a las injusticias por las que atraviesa México. Sin lugar a dudas podrá avivar esa llama de la lucha social por nuestro país misma que motivó a Juliana Fanjul a dirigir el filme e impregnar en la audiencia esa valentía, la fuerza de nunca más ser indiferentes a los problemas de la sociedad porque si tu voz calla frente a la injusticia, también eres cómplice.

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