Licorice Pizza: Una gran historia de amor sin el clásico cliché

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El guionista y director Paul Thomas Anderson nos trae este 2022 en México a la pantalla grande un estreno importante que logró conseguir tres nominaciones al Premio de la Academia, incluyendo Mejor Película. Conocido por trabajos como Boogie Nights (1997), Magnolia (1999), Embriagado de Amor (2002), There Will Be Blood (2007) o The Master (2012), ganador de la preciada Palma de Oro en Cannes, además de otros reconocimientos en festivales importantes como Berlín y Venecia, nos engalana con una historia llena de amor, frescura y simpatía en Licorice Pizza.

Aquí, Anderson nos cuenta la historia de un adolescente de 15 años llamado Gary Valentine (Cooper Hoffman), el cual es un actor y emprendedor que, en la fila de las fotos para el anuario de su escuela, ve a Alana Kane (Alana Haim) y en ese momento se enamora de ella, cual amor a primera vista y se aventura a invitarla a salir a pesar de que ella es 10 años más grande que él. El idilio es tan fuerte que incluso se atreve a decirle a su hermano menor que es la chica con la que algún día se casara. 

El ‘coming of age’ nos lleva por un viaje inesperado de una amistad peculiar entre ellos dos que va creciendo con el paso de los años y con cada anécdota que viven juntos, todo esto en el contexto de una época llena de colores y revolución como lo fue la década de 1970. 

La historia nos muestra también a varios personajes con una personalidad muy definida. Eso es un punto fuerte en Anderson, pues a diferencia de algunos filmes para los que los personajes secundarios solo son relleno, aquí hasta el más pequeño e incidental de todos tiene una razón de ser. Así, pasa una lista de grandes actores como Bradley Cooper (Nace una Estrella), Sean Penn (Río Místico), John Michael Higgins (America Says), Ben Safdie (Diamantes en Bruto) entre otros, enriqueciendo la trama y probando que el realizador sabe sacarle jugo a un ensamble actoral como pocos. 

Otro punto destacado en este guión, escrito por el mismo Anderson, son los guiños que da a su relato de cosas y personajes reales en su historia, ya sean celebridades o políticos, sin enfocarse tanto en ello, pero haciendo una breve referencia que nos demuestra el paso del tiempo y hace guiños a eventos como Watergate y la escasez del crudo de 1973 en Estados Unidos. 

También destaca la recreación de la época disco marcada en la excelente ambientación donde esos trajes coloridos y vestidos cortos lucen muy bien, además de que, tanto visualmente como en las referencias generales del guion nos meten en una máquina de tiempo directa a los 70’ en California. 

Unos colores muy ad hoc y una fotografía bastante buena por parte del mismo realizador y de su compañero Michael Bauman complementan esa experiencia audiovisual setentera nada desconocida para él, pues en Boogie Nights ya lo había explotado, pero de diferente forma, desarrollado ese factor de amor de verano y la constante sensación de movimiento y crecimiento aunados al desarrollo de sus personajes principales. 

Pero la estrella del filme sin duda es el soundtrack que nos envuelve en esa atmósfera de amor juvenil de verano en la década, con música de Nina Simone, The Doors, Clarence Carter, David Bowie, Paul McCartney, Chico Hamilton Quintet, Chris Norman y Suzi Quatro, Johnny Guarnieri, Bing Crosby y The Andrews Sisters, por mencionar algunos, que resaltan esa sensación y funcionan como un elemento narrativo más para el director. 

Sin duda, Licorice Pizza es un filme en el cual se ha puesto un gran trabajo y seleccionado cada elemento de manera impecable, además de que pone a pensar en el espectador acerca del amor y la edad y si es realmente es un factor determinante para crecer, sentir y amar, todo esto en medio de un contexto perfecto para un romance de verano que huye de los clichés y convencionalismos del género. Sin duda una recomendación para los enamorados empedernidos. 

 

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