Push, o el difícil problema de la gentrificación
En nuestro día a día, vemos como algunos de los productos y servicios suben de precio, pero, ¿qué hay de trasfondo en esos aumentos?, ¿es solo un incremento debido al alza de productos como el petróleo? Quizás este documental, de nombre Push pueda darnos qué pensar sobre cómo vivimos así como el valor de nuestros hogares en medio de un problema social derivado de un villano silencioso.
El director sueco Fredrik Gertten, quien ya ha trabajado en otros documentales sobre crítica similares a este, lleva de la mano una secuencia de escenas bastante bien introducidas. Incluso uno de sus más grandes aciertos, que funciona como el preámbulo de este filme, deja un trago amargo e incómodo que da que pensar, de tal modo que incita al espectador a continuar viendo el porqué de esas palabras.
Siendo un documental, no son actores los que aparecen como la cara de esta cinta, sino que es la abogada y activista canadiense Leilani Farha la que va llevando de la mano al público por diversos lugares del mundo en donde se vive una problemática en común: la gentrificación. Al igual que ella, aparecen varios expertos como historiadores, abogados, inversionistas, contadores, etc., los cuales desglosan más este problema para que sea más digerible al espectador, al mismo tiempo que buscan una solución a ello.
Así también, la secuencia de imágenes y escenas al momento de hablar con algunas de las personas afectadas en todo el mundo, desde Nueva York, Valparaíso o Seúl, se siente con un ritmo muy fluido, pues hace que uno empatice mucho con la gente, al ver ese tipo de imágenes se siente uno “en el barrio”, como si estuvieran muy cerca todos esos problemas. Esto nos hace posible entrever de forma interesante cómo es que el sistema del capitalismo salvaje funciona igual en todo el mundo.
Con un hilo similar, el tipo de música de fondo que se utilizó a lo largo de las escenas se siente igual de bien introducida, pues esos acordes, en su mayoría orquestales, hacen que el camino se sienta secuencial, de modo rítmico, ni muy rápido ni muy lento, pues tiene una sintonía, a falta de una mejor palabra, perfecta.
Habrá poco que se pueda decir sin revelar mucho de esta importante historia, pero lo que sin duda se puede comentar es que este documental tiene una crítica muy fuerte hacia las grandes empresas que se encargan de cuestiones inmobiliarias, hablando sobre una problemática tan cercana a nosotros que, si se da el caso, el día que alguno de nosotros quiera adquirir un departamento, se lo podría llegar a pensar dos veces, pues su título (Push) es muy ad hoc a la problemática principal, pues no se traduce como pulsar, en este caso se traduce como empujar hasta que, inevitablemente, se cae al precipicio.