Mauro González: «Nadie llega a ningún lugar solo»

0

César está por cumplir cuarenta años y su vida dará un giro inesperado después de enterarse que su esposa le ha ocultado algo importante. Pero todo cambia cuando viaja con su amigo Paolo a Cancún y conoce a Naomi, quien le enseñará a lidiar con las sorpresas de la vida. Bajo esa premisa, Pietro Loprieno desarrolla Cuarentones, en la que forma parte el actor Mauro González, egresado de la carrera de actuación de CasAzul, Dirección Cinematográfica y Combate Escénico Teatral. En Unplugged News tuvimos la oportunidad de charlar con él acerca de esta película, su personaje y otros detalles interesantes de su carrera.

Mauro comenzó detallando cómo fue que llegó al papel que tiene en la tragicomedia distribuida por Corazón Films. «Al final quizá tuve un poco de suerte porque es la misma productora del Juego de las Llaves; parece que mi proceso de audición fue a partir de este anterior proyecto. Me llegó la invitación y me comentan que será un filme con Adal Ramones y Erick Elías donde todas las escenas y mis encuentros serán con ellos. Por las características del personaje, que era siempre con la energía arriba, tuve que bajar unos kilitos y darle esta presentación que me permitiera sentirme más despejado y más libre. Ese fue un poco el proceso de formación para llegar aquí, a Cuarentones

Su personaje se llama Méndez, un personaje que le ayudará a César a pasar por una crisis de los 40. «Por un lado tiene todo el éxito profesional con su restaurante y su amigo Paolo, además de la gran noticia de que van a viajar a Cancún para un certamen de los pequeños restaurantes mexicanos. Por esa parte él está increíble, pero por la parte familiar, la parte personal, se le está desmoronando y anda un poquito bajoneado, entonces ahí es donde Paolo le dice, levántate y vámonos pa arriba. Méndez trabaja en el hotel donde se realiza este certamen y es la persona que se les asigna a ellos dos para poder cubrir todas sus necesidades y a partir de ahí comienza esta complicidad para poderle levantar el ánimo y acompañarlo por esta travesía», explicó González acerca de su papel y la dinámica que tiene en el filme con los protagonistas.

La cinta es dirigida por el italiano Pietro Loprieno, alguien que les dio una libertad creativa interesante para formar la química entre ellos. «Fue muy sencillo, en el sentido de que nos dejó crear todo este universo en colectivo. Siempre fue una cosa no de imponer, sino de ¿cómo lo ven? o ¿qué proponen?. En mi caso, mi personaje tenía que tener este acento yucateco y platicando ahí con Adal (Ramones), me dijo que le parecía increíble que llegara con esa energía para poder sumarle esa vibra a mi rol que ayuda a César. Esa parte se agradece muchísimo porque de eso se trata, de sumar muchas voces en colectivo y poder aportar lo más que se pueda para que el proyecto sea maravilloso«, afirmó el histrión.

Algo característico de la carrera de Mauro es justamente la capacidad que ha tenido para poder interpretar diversos roles en distintos proyectos de manera efectiva. Al respecto de ello, González piensa que ha tenido un poco de suerte pero mucho compromiso. «Una vez que ella toca a tu puerta, hay que comprometerse y profundizar en lo que nos apasiona. En mi caso te puedo contar que siempre trato de entregar lo mejor de mí en ese momento, mi mejor versión, porque sabemos que día con día vamos cambiando. Incluso, ahora que se estrenó la película estoy seguro que vienen ideas de “pude haber hecho esto” pero en ese momento ofrecí mi mejor compromiso y los registros en los que me ha tocado participar, estos registros actorales, es un verdadero caramelo para uno como creador, como actor, en el que uno puede pasarla bien y puede explorar y puede deshacer, es algo que es invaluable.»

Antes de llegar al mundo del séptimo arte, González pasó por una etapa de teatro, rama a la que le tiene mucho afecto pues es la que le abrió el amplio espectro del oficio. «El teatro para mí siempre ha sentado las bases de esto, es lo que te permite abrir el registro, seguir explorando, porque de alguna manera ahí la parte de la imaginación se utiliza mucho más como parte realizadora, pero también como espectador. Entras a otros terrenos como las series o la televisión y es algo mucho más realista. En el cine no puedo interpretar a un anciano, se sale de los registros o del parámetro. Es este proceso y en este cambio he aprendido a regular la energía. No es la misma energía que ocupo en el teatro como delante de la cámara, hay que tener conciencia de muchas cosas, de no estar fuera de foco, de estar en la luz correcta, de no tapar a tu compañero con la luz o la cámara. Empiezan a surgir muchos más elementos que a uno lo van nutriendo«, expuso el talentoso actor.

Aquí, González desarrolló una mirada introspectiva acerca de su faceta como actor, ahondando en lo que le gusta hacer cuando entra en personaje, así como los retos que ha enfrentado para lograrlos. «Como Mauro, me gusta lo que tiene que ver con el teatro físico, todo lo que implique el cuerpo en función y en presencia y hay proyectos que me han regalado esa oportunidad de jugar con ello. Por ejemplo, en la Diosa del Asfalto o Rencor Tatuado, son personajes distintos pero de alguna forma utilizan la energía física a flor de piel y la tienen exacerbada. eso me encanta. Que de alguna forma se vuelve una liberación y un gozo desde otro lugar, que pareciera que se vuelve como una descarga eléctrica y eso a mi me gusta mucho. Hay otros papeles que te tocan las fibras emocionales que también me encantan. Como actor me ha gustado el teatro físico. No sé si tiene que ver con que a mi me gustan los deportes extremos, me gustan mucho todo lo que tenga que ver con acrobacias. Ese tipo de cosas en las que mi cuerpo me pueda acompañar a realizar alguna actividad y que me ayude incluso a romper límites, el cuerpo mientras esté entrenado y en disposición de, podrá romper eso. Por eso es lo que yo disfruto. Pero todos mis papeles me han retado a diferente nivel«.

A pesar de lo que expuso, Mauro confesó que tiene un punto más complicado en su proceso de actor. «Creo que todo lo que toca una fibra emocional profunda me es más difícil, desde Mauro y también desde el personaje, pues a veces siento que me cuesta precisamente porque me conecto más desde el cuerpo que con la emoción. El cuerpo puedo ocuparlo como un trampolín para llegar a la emoción y cuando es algo profundamente sentimental sin que tengas que incurrir al cuerpo, ya no tengo ese trampolín tengo que construirlo desde otro lugar. Al final los he conseguido pero sí requiere de un mayo esfuerzo para Mauro el actor».

Volviendo a Cuarentones, Mauro no dudó en comentar que el proyecto le ayudó a enfrentar de mejor forma una crisis personal que también atravesaba y a su vez comprender que también es sano hablar de la fragilidad en los hombres. «Estaba viviendo algo similar a lo que vive César, el personaje de Elías, y de repente llegó la chance de la película que habla sobre la amistad, sobre el compañerismo, de que el hombre también puede quebrarse emocionalmente y está permitido. No somos superhéroes, hablar de la fragilidad masculina y encontrarme en la misma situación para ser apoyado por mis compañeros fue una de las más grandes bendiciones que llegó a mi vida. Aunque habla de la crisis de los cuarenta te puedes identificar y puedes empatizar con la crisis del personaje, porque no tiene que ver con una edad en particular, pues eso existe en todas las décadas y es un elemento con el que nos podemos identificar«, comentó.

González también resaltó la gran ayuda e influencia que tuvo por parte de su compañero de oficio, Adal Ramones, para lograr mejorar su rol. «Me impuso mucho pues es una figura icónica dentro de la televisión mexicana que poco a poco está haciendo su parte en el cine. Me abrumó pero me emocionó, me sentí afortunado y pensé que era una bendición compartir escena y trabajo con él a quien estoy completamente abierto a aprenderle todo lo que pueda, por poco o mucho que podamos convivir. Al final, se convirtió en un gran maestro y compañero porque, dentro y fuera de escena, había una muy buena comunicación y una buena disposición para compartir, incluso durante nuestros breaks«, apuntó.

Hablando de las influencias en su carrera, hay una que marcó un punto de inflexión en su amado oficio y que ha inspirado de alguna forma a González. «En este camino del actor hay altas y bajas, siempre hay incertidumbre no solo para el histrión sino para alguien que se dedique a la escena, que trabaje de forma independiente. Se vive siempre esta situación de estabilidad laboral inconstante. Cuando conocí a Roberto Fiesco había hecho esta participación de Rencor Tatuado y creo que cuatro años después ya estaba abandonando el oficio de ser actor, iba a tirar la toalla. De pronto me invita a un papel en la Diosa del Asfalto que le gustaría que fuera para mí. Le dije ‘dime cuándo hay que estar para hacer el casting’ y me dice ‘eso ya lo hiciste con Rencor Tatuado, realizaste un personaje increíble y éste es más fácil de abordar’. Tener esa bendición de alguien que confíe al nivel de Roberto y que te diga no necesito un casting, quiero que estés en el proyecto es increíble. A partir de ese proyecto, cuando vuelvo a encontrarme a Roberto le digo ¿sabes que? tú generaste un antes y un después en mi vida profesional, porque gracias a ti estoy de vuelta con otros ojos y disposición, con ganas y seguridad de que las cosas se están haciendo bien, solo necesito trabajar más, pero te agradezco muchísimo y cuando me necesites, ahí estaré parado. A ese nivel siempre hemos dialogado, compartimos muchas ideas de lo que es el camino profesional, sobre todo lo que es trabajar los proyectos en ese sentido y una cosa ha llevado a la otra y así es como este camino se ha construido. Yo soy de la idea de que nadie llega a ningún lugar solo, y si llega solo, pues qué tristeza, porque este trabajo es un colectivo no es de manera individual«, aseveró emotivamente.

Aunque actualmente tiene este proyecto ya en salas, la prometedora carrera en ascenso de Mauro sigue dando pasos firmes y ahora pone la mira en el terror para el próximo filme en que participará con otro cineasta destacado: Isaac Ezban. «Cuando me entero de ello, le mandé un mail a Isaac, le di las gracias a Roberto por todas estas oportunidades que he tenido respecto con él que me han permitido foguearme y tomar experiencia para llegar a este película de terror que es el género más puro. Somos muy poquitos personajes y lo que puedo adelantar es que somos solo seis o siete actores. Ofelia Medina, Arap Bethke, Samantha Castillo, Paola Miguel, Ivanna Sofia Ferro, que somos los pilares de esta historia que me parece también ya está haciendo ruido y esperamos se estrene a finales de septiembre«.

Pero eso no es lo único que tiene en la mira Mauro González para el futuro próximo. «Mi siguiente paso es encontrarme y seguir trabajando con gente que tenga la disposición de crear en colectivo, de seguir construyendo de esta manera, poco a poco, ir afinando mi carrera porque me faltan muchas cosas por aprender y quiero hacerlo con las personas correctas no por andar aspirando a algún proyecto con algún director en particular o incluso otro país, puedan ser las situación más agradables, te suman de manera profesional pero a qué precio. Entonces las cosas se van acomodando de la mejor manera. Conmigo se han ido construyendo, así debe ser y seguirá siendo de esa manera, con esos encuentros tan particulares, con gente que me suma«, expresó.

Así, el actor concluyó la charla con una importante lección acerca del aprendizaje que ha tenido en estos años. «Todo lo que yo aprendido en el camino con todos estos directores que no solo ha sido Roberto, también Peter Greenaway y muchos más, siempre les voy a decir lo mismo: muchísimas gracias, pues siguen sumando a mi vida y uno no puede llegar a su próximo proyecto si no es gracias a los demás».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »