Nacho Vegas enamoró a México con sus «Mundos Inmóviles Derrumbándose» en el Metropólitan

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Con sus más grandes éxitos en el setlist, Nacho Vegas movió las emociones de los asistentes del Teatro Metropólitan que salieron ovacionando y pidiendo más al cantante español.

En punto de las 20:30, el histórico venue de la CDMX se llenó de fanáticos y públicos primerizos del nacido en Gijón. Escenografía sencilla pero atractiva compuesta por 3 esferas suspendidas en el aire que asemejaban planetas, los llamados «Mundos Invisibles» cambiaron de forma, de color, de mensaje a lo largo de las casi 2 horas de concierto, mismo en el que lágrimas, coros, porras y agradecimientos fueron el soundtrack que llenaba esos breves pero mágicos momentos de pausa en el repertorio.

«Belart» de inmediato llenó de energía a los asistentes, misma que se elevó a la estratosfera emocional con «Detener el tiempo», «La Séptima Ola» y «Ser Árbol». El compositor se dio el gusto de cantar en asturiano con el tema «Muerre’l Branu», cover de «Summer’s End» de John Prine que demostró una vez más el amor que Vegas tiene por sus raíces, su lugar de nacimiento y cultura que tan entusiasta comparte a través de su arte.

«El Don de la Ternura», «Hablando de Marlen» y el clásico «Ciudad Vampira» movilizaron sentimientos resguardados para esta ocasión. Cada letra, auténtico puñal para aquellas personas que viven de cerca el desamor, tuvo un sabor de dulce desahogo, siendo el tercero de los temas mencionados uno de los que más fuerte retumbo en filas a reventar del recinto, engalanado en todo momento por ese juego de músicos a contraluz, spotlight que acertadamente iluminaba donde mayor impacto generaba y de una calidad de ejecución que sin duda es mérito de una gran labor en el equipo del cantautor.

«Lo que comen las Brujas» dio paso al genial «Ramón In», un tema que da a la tragedia un enfoque carnal pero sin alejarse de la tristeza hermosamente musicalizada. «El Mundo Choca Contra Ti», «Big Crunch» prepararon a la audiencia para dos grandes canciones: «La Gran Broma Final» y «La Pena y La Nada». La primera sirvió para ver al Nacho más conmovido, más entregado con sus fans, pasando de la calma al clímax con maestría. La segunda, escrita junto a Enrique Bunbury, no solo fue un homenaje al que fuera cantante de Héroes de Silencio, si no que fue el desenfreno en los cantos de los fanáticos, un momento de inequívoca conexión con sus rimas y la explosión de una banda que recibió su reconocimiento debido.

Ignacio González Vegas no tendría suficiente con 14 temas, por lo que regaló dos encore magistrales. Llegó el punto álgido del show con una versión poderosa de «Ocho y Medio». Aquí, los corazones heridos se terminaron de romper para renacer en un canto delicado, sincero, acompañado de una interpretación brutalmente directa que mientras devastaba, curaba, daba consuelo por ser la oportunidad de expresar lo que muchas veces no encuentra ocasión.

«Que Te Vaya Bien Miss Carrusel», «El Ángel Simón» y «El Hombre que Casi Conoció a Michi Panero» cerraron la velada. La segunda de las mencionadas comenzó el segundo encore tras dejar unos minutos de expectativa y con muchos «otra, otra» o «no seas así Nacho, nos faltan esas que tu sabes cuales son», espera bien recompensada que llevó lo visual y sonoro a otro nivel. La bandera tricolor mexicana hizo su aparición con la última canción, tanto en la luz como en las manos del propio Nacho Vegas, quien la sostuvo feliz, agradecido y visiblemente satisfecho por una entrega sin igual.

 

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