Heartstopper: dos chicos juntos, un amor adolescente

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Heartstopper es la nueva serie de Netflix que está causando furor actualmente. inspirada en la novela gráfica de Alice Oseman, donde en esta primera temporada de ocho capítulos de 30 minutos cada uno nos presentan la historia de amor adolescente entre Charlie y Nick así como su travesía en descubrir su identidad y sexualidad.

La adaptación de la plataforma era algo esperado y temido por los fans, ya que se tenía el miedo que la historia perdiera su esencia tierna y real. Afortunadamente, todo eso queda atrás gracias a que la autora trabajó en conjunto con el director Euros Lyn, teniendo como resultado un producto profundamente entrañable. Desde la elección del elenco hasta la fotografía crean la atmósfera perfecta que parecen sacados directamente de la novela.

Los adolescentes en esta serie sí se sienten reales, se ven y actúan como tal. Charlie (Joe Locke) y Nick (Kit Connor) tienen una química increíble. Y es que, sin necesidad de generar grandes dramas, nos regalan una gran historia de amor con la que cualquiera se puede identificar. Aunque sí existen los momentos cursis, no llegan a ser exagerados, lo cual se agradece porque ha habido una tendencia en la dramatización de estos asuntos que muchas veces genera ‘cringe’.

Por otra parte, los personajes secundarios resultan uno de los puntos débiles de la serie ya que la gran mayoría no tienen un desarrollo y son simples objetos de fondo que a veces interactúan con los protagonistas. Sin embargo, hasta cierto punto se comprende que se les dé este tratamiento escaso debido a la cantidad y duración de los capítulos. Más que nada, cumplen la función de mostrar una mayor diversidad sexual, lo que no está mal, porque no se siente como una inclusión forzada sino natural, ya que el tema de la serie gira en torno a ello.

Sin duda la actuación que se lleva los aplausos es la de Nick (Kit Connor), ya que representa un personaje tan adorable que solo se podría describir como la misma serie lo hizo. Es una especie de Golden Retriever, lleno de energía y con un aura de nobleza. También, representa un digno ejemplo de lo que es la responsabilidad afectiva y aunque comete errores, esos mismos lo hacen ver más humano. Además, la forma de afrontar los problemas lo convierte en un gran modelo a seguir para las nuevas generaciones.

Las actuaciones van acompañadas de un gran manejo de cámara, que es como si estuvieras leyendo la novela gráfica, presentando las diversas situaciones de una manera muy orgánica. Algunas tomas van acompañadas de animaciones tal y como si fuera un dibujo, comúnmente representando las emociones de los personajes al experimentar el amor y el nerviosismo de estar con la persona que te atrae. Literalmente saltan chispas entre los personajes, lo que provoca una sensación en el espectador de querer vivir esa experiencia o de recordar ese primer amor.

Quizás el único error en la producción recae en el soundtrack, pues las canciones están bien, pero hay un exceso de las mismas. Es como si no toleraran un momento de silencio por miedo a perder la atención del espectador llegando a sentirse totalmente innecesarias, pues la verdadera fuerza y esencia del show recae sin duda en la actuación ya que los actores logran transmitir todo con solo una mirada.

Así, Heartstopper es esa serie que fácilmente se puede convertir en la zona de confort del público, ese lugar al que recurrir cuando estás triste o simplemente no encuentras qué ver en el catálogo. Es una historia que se puede disfrutar en familia y que deja consigo un sentimiento de paz y más de una enseñanza para los espectadores.

 

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