Amphibia Temporada 3: una serie un poco loca con un final emotivo

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El fin de semana pasado llegó el final de Amphibia, la serie de Matt Braly producida por Disney, que cuenta las aventuras de Anne Boonchuy (Brenda Song), quien junto a sus amigas Sasha Waybright (Anna Akana) y Marcy Wu (Haley Tju), fueron transportadas a Amphibia, un mundo pantanoso habitado por una raza de anfibios parlantes.

Esta serie, a pesar de no ser tan popular en comparación a otras producciones de la plataforma como The Owl House, logró ganarse una base de fans bastante sólida gracias a su sentido del humor y a sus personajes principales que son muy entrañables. Además, dentro de la trama existen múltiples referencias tanto a otras caricaturas como a películas, que quizá un publico infantil no les tomará gran importancia, pero ahora este tipo de contenido ya no se limita a cierto sector, por lo cual fácilmente los adultos pueden disfrutar de ello.

Una de éstas que existe dentro de la última temporada fue en el capítulo The Root of Evil, donde Anne y los Plantar descubren un pueblo muy similar a Midsommar, solo que con ranas. Afortunadamente para los protagonistas las cosas terminan bien a diferencia de una película de Ari Aster.

A pesar de estas referencias la tercera temporada, específicamente hacia su segunda mitad, fue la más floja de todas. Manejaron la misma comedia, pero la elección de personajes para ciertos episodios como en Sprivy o Sasha’s Angels, no terminaban de encajar. Esto pudo estar bien si no fuera la última temporada, porque hizo falta mucho desarrollo a ciertos personajes cruciales para la trama, entre ellos: Marcy, el Rey Andrias o “The Core”.

La protagonista es Anne pero se había planteado que las otras chicas tenían un peso en la trama porque había una profecía sobre ellas. Sasha y Anne tuvieron su respectivo desarrollo tanto personal como en su relación, pero Marcy quedó bastante atrás y a diferencia de las otras realmente no se siente que aprendiera algo, es decir, se sacrificó por Anne, pero nunca hablaron sobre la traición que les hizo al llevarlas a ese mundo; no hizo una reflexión. Luego tuvo la oportunidad de brillar como “villa” al ser controlada por el Core o tener su evolución dentro de él, pero simplemente se quedó ahí sin hacer nada.

Esta sensación de que los personajes se quedaron atrás quizá se deba a que Anne tuvo un mega desarrollo, llegando a ser la “vieja sabia” con solo 13 años. Todo el peso de la invasión recayó en ella y retomaron esta figura del héroe que está dispuesto a morir por el bien mayor. Esta decisión de poner a personajes tan jóvenes con un “complejo de Atlas”, es decir, que sienten como su responsabilidad cargar con el mundo, es algo que se ha replicado bastante en los últimos años y tal vez es momento de cuestionarse qué tan sano es el mensaje.

Independiente a ello, el final ofreció escenas bastante épicas. Las batallas están muy bien animadas, los colores son vibrantes y el movimiento es fluido, con aspectos que recuerdan al anime. También dan un giro en el guion que solo se había planteado en las teorías más locas del fandom y, que incluso éstas no llegaron al nivel que presentaron en pantalla. Dejando una escena bastante oscura muy al estilo “no me quiero ir, señor Stark”, y mostrando que el multiverso quizá sea gobernado por Anne.

En suma, Amphibia es una propuesta un poco loca pero que en conjunto funciona muy bien, aunque la última temporada no fue la mejor, tampoco es mala, solo fue apresurada y aún con eso logró un cierre muy emotivo, que invita a la audiencia a reflexionar sobre la responsabilidad afectiva, el valor de la amistad, lo que implica crecer y buscar quién eres.

El cambio pude ser difícil, pero es así como crecemos. Puede ser difícil que no puedas aferrarte a algo para siempre, a veces tienes que dejarlo ir. Pero esas cosas que dejas ir, pueden sorprenderte la manera en que regresan a ti.”

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