Almacenados: dos opuestos que se complementan

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¿Qué es lo que pasa cuando el tiempo de dejar nuestra rutina laboral diaria nos llega? Eso es algo a lo que se enfrenta el señor Lino, que después de 29 años de servicio será jubilado de su puesto para dejar a cargo a Nin, un joven muy inexperto con el cual tendrá que pasar cinco días en el enorme almacén donde pareciera que nunca pasa nada, pero que esta vez, entre el tiempo y la espera de ambos vemos un conflicto generacional que poco a poco va creando un vínculo curioso entre ellos.

Con el maravilloso texto de David Deasola, el dramaturgo español, vemos una puesta en escena por parte de los hermanos Sergio Bonilla y Fernando Bonilla, quienes llenan el escenario con la irónica historia, en donde el veterano y el joven reemplazo van mostrando una divertida historia en la que las diferencias los unen de una manera extraña pero que funciona de manera tanto dramática como humorística.

Almacenados es un texto que se ha presentado de diferentes formas en teatro, normalmente ligado al apellido de los Bonilla y que incluso hace un par de años dio el salto a una versión cinematográfica con José Carlos Ruiz haciendo equipo con Hoze Melendez. En esta nueva temporada, los hermanos Sergio y Fernando hacen un excelente trabajo, recordando la efectividad de otras puestas en escena.

En la obra, dos personajes que parecen radicalmente distintos pasan de la desconfianza inicial a la complicidad, así como se impone en la rutina burocrática.

De alguna forma, el regreso de este montaje funciona como un homenaje a  Héctor Bonilla, quien comenzó junto con su hijo Sergio en el escenario y la dirección de Fernando hace 10 años con temporadas intermitentes. Asimismo, aprovechan que es justo una especie de emotivo festejo nostálgico a ese inicio hace una década, por lo que la compañía “Puño de Tierra” decidió volver con la obra con justa razón.

La puesta en escena es bastante se cilla y depende completamente de la labor e interacción de ambos histriones en el escenario, provocando la constante reflexión y las cuestiones sobre el trabajo, la vida, las reglas y el mundo, esto la par de que reímos, nos enojamos y hasta lloramos con los personajes que, en su soledad en un universo donde no sucede en apariencia nada, hay situaciones y un desarrollo interesante de ambas personalidades enfocándose en el aspecto humano más allá de las diferencias de edad.

Gabriel Zapata esta a cargo de la producción general mientras que Alberto Lomnitz se ocupa del diseño de iluminación, un par de piezas fundamentales para que el desarrollo de estos cinco días de convivencia se conviertan en toda una experiencia de vida para ambos y la puedan compartir con el espectador, dándole un sentido intimista que nos ayuda a sentirnos como compañeros invisibles de este dúo.

Resulta curioso como una obra que habla del paso del tiempo, la madurez y la inevitabilidad se convierte en un ejemplo de cómo el montaje ha ido madurando desde hace una década, algo que muestra que los hermanos Bonilla han aprendido el oficio de su padre de buena forma y ahora toman el reto de aprovechar las diferentes lecturas que la dramaturgia del autor catalán puede otorgar, dándole un enfoque profundo a esos duelos verbales que son característicos de esta reflexiva puesta en escena.

Con una corta temporada que durará del 4 al 26 de junio de 2022, presentándose los días sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas, Almacenados sigue siendo un montaje que vale la pena ver en teatro donde la esperanza, el sarcasmo, rl duro paso del tiempo, la corrupción y otros temas interesantes tienen cabida en una charla entre dos. Los boletos los pueden adquirir en taquilla o en la pagina del Teatro Helénico. 

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