Al Filo del Abismo: un ‘survival’ que se cae de la montaña
Sin duda, a muchos de nosotros nos gustaría poder ir de vacaciones a un lugar lejano para descansar, disfrutar del paisaje, vivir aventuras de un modo sano y divertido. Pero, ¿qué pasaría si todo eso saliera rotundamente mal? The Ledge, por su nombre original en inglés, nos plantea una cinta, que se siente más como una anécdota, sobre un par de chicas que intentaban escalar una montaña pero nada salió de acuerdo al plan.
Howard J. Ford es el director de esta cinta, quien ya tiene en su haber algunos trabajos como The Dead 1 y 2 y Never Let Go, y ahora con esta nueva entrega, realmente no hay demasiado que decir. Es bastante notorio que necesita pulir muchas cosas como director. Y es que, salvo por un par de escenas donde la fotografía resulta bastante buena, la pantalla verde usada para algunas escenas puede ser tremendamente perceptible.
Incluso a nivel argumental, la propia historia de estas dos amigas se siente cortada, pues existe por ahí una especie de subtrama que involucra a los ‘villanos’ del filme la cual realmente no se siente que forme parte natural de la historia principal. Y es por eso que el filme termina siendo un survival, una carrera por tu vida, más del montón.
Las actuaciones no son malas, pero sí bastante planas para ser una situación crucial a la que se enfrentan los protagonistas. Eso provoca que no logres empatizar con ningún personaje en general. El rol estelar de este filme, interpretada por Brittany Ashworth, es quien, en esta temática del gato y el ratón, debe escalar la parte frontal y, por ello más peligrosa, de una montaña, huyendo de un grupo de hombres blancos poderosos turistas que van en su persecución con el fin de “terminar el trabajo”. Es más que evidente que en una situación así el corazón va a mil por hora, no tendrías un solo momento para pensar y lo que refleja su actuación es una sensación de mucha serenidad, como si esa escalada fuera solo por reto personal.
El antagonista principal, el líder de este grupo, es interpretado por Ben Lamb, quien tuvo una breve aparición en Los Ilusionistas 2, al igual que ha aparecido como protagonista en Un Príncipe de Navidad, ente otras más, solo que, en esta ocasión, le da vida a un tipo rico que busca “divertirse” sin importar lo que pase o a quien lastime. Al ir tejiendo la propia historia, nos damos cuenta que este personaje es un psicópata con todas sus letras, para lo cual, lo interpretó bastante bien. El espectador tendrá bastantes emociones y sensaciones hacia este ser tan repugnante que, lamentablemente, no tiene una buena justificación para serlo. Es simplemente un loco malvadi porque le gusta hacer daño a las demás personas, pero no hay demasiado trasfondo para ello. Si darle una razón de ser al héroe de la película es importante, es más importante darle una al villano.
Además de este mal líder, nos topamos con otros tres miembros que tampoco nos reflejan nada, pues, literalmente, son los lacayos de la cabecilla de grupo, pues solo siguen sus órdenes sin juicio propio a pesar de que, como espectador, era evidente que no tendrían que obrar del modo en que lo hicieron. Y quizás puedan pensar: “bueno, son tipos igual de despreciables que su jefe”; pues no, ellos reflejan un sentido de miedo hacia él, lo siguen por una supuesta lealtad que se ve transformada en miedo conforme va avanzando la historia. Simplemente no hay lealtad que valga más que hacer lo moralmente correcto, así conforme a eso se muestran planos y sin argumentación.
Desafortunadamente, no hay más de que hablar de esta cinta, los puntos negativos que se encuentran son bastante más amplios, principalmente en cuanto a historia, pues de haber sido mejor elaborado el guion, pudo haber resultado una trama algo más interesante y no quedarse tan simple en tantos aspectos, cayendo así al abismo de la montaña en una cinta de supervivencia muy indiferente.
