Tadeo el Explorador 3: La Maldición de la Momia, desenterrando al arqueólogo interno

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Fue en el lejano 2012 cuando, desde España, llegó la primera entrega de lo que sorpresivamente se convertiría en una saga que, 10 años después, sigue cosechando frutos siendo una de las más exitosas en su país y en el mundo. Se trata de Tadeo Jones, el explorador perdido, un personaje que ha evolucionado poco a poco y que ahora llega con una tercera parte buscando desenterrar al arqueólogo que todos llevamos dentro.

La primera película, que contaba con un guion bastante pobre y una animación buena más no excelente, presentaba a Tadeo como un humilde trabajador de la construcción con el sueño de ser arqueólogo con un sentido poco responsable al que corren constantemente de sus trabajos por azares del destino. Esos mismos infortunios lo llevan a ser confundido con un profesor que buscaba descubrir una ciudad perdida.

Dejando un sabor de boca amargo con ese mal inicio, parecía que el homenaje español de Indiana Jones sería una película que no dejaría marca alguna, pero de alguna forma lograron una secuela, donde ya de la mano de Paramount y de un relato mejor construido alrededor del Secreto del Rey Midas, ofreció una mejora tanto en el argumento como en añadir a uno de los personajes incidentales de la primera parte para tomar un papel protagónico e inyectarle más humor consolidando de buena manera a la franquicia.

El director Enrique Gato, quien ha sido reconocido con varios premios Goya tanto por sus cortometrajes como largometrajes animados, ha conseguido la fama justamente por esta personaje y lo ha aprovechado de buena manera. Ahora, en esta tercera parte, vemos a un Tadeo más maduro, tanto en guion, personaje y trabajo de animación, donde el infame explorador perdido, ahora estudiante de Antropología que quiere ser aceptado por sus colegas como un gran profesional, queda envuelto en un enredo que lo llevará a descubrir una maldición que puede acabar con el mundo.

Acompañado por su inseparable cachorro y su amigo, el hilarante y ocurrente Momia, Tadeo buscará romper esa maldición y a su vez, buscar las pruebas que limpien su nombre mientras constantemente busca la aprobación ante el selecto grupo de arqueólogos ambiciosos y su novia. Sorprendentemente esta saga a ido en crecimiento y ahora vemos una animación bastante cuidada, con detalles que sorprenden y son bastante agradables a la vista, sumados a un desarrollo que sigue pecando a veces de ser un tanto infantil o insulso pero que parece ser el sello del señor Jones.

Lo más destacado sin duda de esta nueva entrega de Tadeo es la mejora en la animación pues podemos observar los aspectos en el ambiente y una expresión en cada personaje que realza la personalidad de cada uno. Sumado a esto, existe una vena graciosa que la hace divertida para ver en familia, donde la historia fluye y no están los incómodos momentos muertos como en la primera cinta antes mencionada, dándole no sólo un punto a favor al explorador sino también a sus acompañantes, especialmente Momia que por ratos se vuelve a robar el show.

Los guionistas, Manuel Burque y Josep Gatell, realizan un gran trabajo e incorporan a un nuevo personaje que se integra al equipo de Tadeo, Sara, Momia (que se convierte en una especie de influencer), y los divertidos Jeff y Belzoni: Ra Amon Ah, mejor conocida como Ramona, una momia egipcia que tiene una mentalidad de diva pero que también oculta una añoranza secreta, complementando la idea central del mensaje de esta entrega.

Con una música de Zacarías M. de la Riva, característica del cine de aventuras que continúa con lo antes hecho en la saga, durante 89 minutos somos testigos de un trabajo en crecimiento. Por ahí en el apartado musical también regresa una vieja conocida de este universo, pues Belinda regresa después de cantar el tema de la primera película y dar voz a Sara en la segunda. Aquí, Junto con Omar Montes interpreta la canción “Si tu me llamas”.

Y es que resulta muy extraño que las secuelas mejoren, pero curiosamente Tadeo lo ha logrado, poniendo en alto al cine de animación española, logrando que a partir de su primera aparición en un cortometraje ganador del Goya del 2004, Enrique Gato y su equipo hayan creado toda una franquicia que resulta una buena recomendación para disfrutar en familia.

 

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