Reseña Muerte Infinita
James y Em Foster disfrutan de unas vacaciones en la playa con todo incluido en la isla ficticia de La Tolqa, cuando un accidente fatal expone la subcultura perversa del turismo hedonista, la violencia imprudente y los horrores surrealistas del resort.
Dentro de la creciente filmografía de Brandon Cronenberg ha habido películas que destacan por ser sobre excesos de los que son ricos, reduciendo el ego masculino y la inseguridad en una película psicodélica, sexy y viciosa empapada de sangre y atmósfera y en definitiva en Muerte Infinita la más trastornada de las anteriores.
Está el hecho obvio de que es hijo del famoso director de terror corporal, David Cronenberg, pero Brandon ya es un cineasta establecido por derecho propio.
Mia Goth está totalmente trastornada mientras lleva a Alexander Skarsgård al límite, obligando al actor a situaciones en las que nunca lo habíamos visto antes. La historia podría haber necesitado más trabajo, pero las habilidades técnicas de Cronenberg están mejorando y estoy emocionado de ver qué imágenes brutales pero memorables entregará a continuación.
El filme avanza rápidamente estresando a la audiencia dentro de lo que deberían ser unas agradables vacaciones que saldrían más, Cronenberg arma su propio mundo dentro de tonos rojos neón, máscaras espeluznantes y humor negro para hablar de temas tan variados que en otro contexto podrían hacer funcionar a una película de drama, supo combinar lo que es ser turista, los bloqueos creativos y la presión social en el que uno se desenvuelve. Hay mucho sexo, gore y toda la gama de fluidos corporales.
La versión que se presentará en cines está censurada debido a que cuando se proyectó con anterioridad fue demasiado ‘grotesca’ para los espectadores y aun con ello puede ser no apta para todos los públicos. Es visualmente impactante y posee una premisa interesante, pero le falta un poco de historia y rápidamente se vuelve repetitivo, confiando únicamente en el valor del impacto para pasar el resto de su tiempo de ejecución extendido.