Muti: Rituales Mortales (Reseña)
El asesino ritual falla en generar interés en el crimen de su argumento.
Un asesino; un policía tras él; un crimen por resolver. La categoría del crimen detectivesco en el género de suspenso ha traído grandes historias y argumentos al séptimo arte. Este tópico cinematográfico ha estado vigente en la gran pantalla; ya sea en una mezcla con otros géneros con dramas criminales o de suspenso, estas historias resultan atractivas por su misterio, el modo de actuar del asesino y su verdadera identidad, así como en ocasiones el dilema moral que enfrenta el protagonista.
Muti: Rituales Mortales (The Ritual Killer) trae de vuelta a Morgan Freeman al género y con una premisa intrigante, se enfrenta a un violento chamán que asesina jóvenes con un propósito ritualista. Freeman interpreta a un profesor de Misisipi que será la clave para descifrar la identidad de este asesino, debido a que su conocimiento en la cultura africana va ser de vital importancia para el detective de homicidios Lucas Boyd (Cole Hauser), quien está a cargo de la investigación.
Este criminal ha dejado a su paso una fila de cadáveres por toda Europa, pasando por España y Roma. El inspector Mario Lavazzi (Giuseppe Zeno) también intenta rastrear a este sospechoso, pero huye de continente europeo para arribar a tierras norteamericanas y así continuar con los rituales denominados Muti, procedimientos que le otorgan a su beneficiario un poder místico de acuerdo a la necesidad requerida. Ya sea poder mental para fortalecer la inteligencia política o poder visual para amplificar la videncia, el asesino extrae determinadas partes del cuerpo para realizar el ritual y ofrecerlo a merced de su empleador.
Ahora este caso llega a las manos de Boyd, y con la ayuda del profesor Mackles (Morgan Freeman) deberán determinar el modus operandi de este médico africano como también se le conoce y descifrar quién fue el que lo contrató. Para Lucas esto no será tarea sencilla, porque a la par que tiene este escalofriante acontecimiento, también está lidiando con la muerte de su hija, el desmoronamiento de su familia y con su jubilación próxima a suceder, este podría ser su último caso por resolver.
Decir que Muti: Rituales Mortales falla en ofrecer un crimen detectivesco al estilo Seven (1995) o que intenta contar con una atmósfera dramática en el trasfondo emotivo de su protagonista es poco. Es de admirarse que ni con seis escritores el argumento de Muti es convincente, es más, siquiera fuera entretenido, pero se queda estancado en un intento por mostrar estos asesinatos que no logran ser impactantes y solo resultan ser malogrados.
Mantener el suspenso a lo largo de toda la película con un ritmo constante es posible gracias a las pistas que se van generando a lo largo de los tres actos. Indicios que determinen un elemento de la personalidad del asesino, que ponga a prueba al detective, que lo haga sufrir hasta llegar a las últimas consecuencias y que finalmente se llegue a una confrontación satisfactoria. Estas son las claves para una efectiva cinta de crimen detectivesco, algo que Muti no posee.
En cambio, The Ritual Killer opta por elegir a un antagonista plano, sin motivaciones y con poca credibilidad en pantalla. La forma en la que se va descubriendo su identidad es fortuita y el modo en que se lleva a cabo esta confrontación del bien contra el mal es anticlimático, gratuito y aun peor, el desenlace revela un giro de tuerca que es inverosímil en toda su extensión. En contraparte, Cole Hauser mantiene un estado estoico que le impide demostrar la mente aturdida y atormentada de Boyd, y solo se mantiene en modo de piloto automático que impide empatizar con él.
Ni con Morgan dentro del elenco se salva la cinta, debido a que su participación es secundaria y no con el tiempo suficiente para conocer más acerca del profesor Mackles. La premisa era atractiva al mostrar la cultura africana en la que se basan estos rituales, los supuestos poderes que otorgan y quienes son los que pagan por estos servicios, siendo personas de altas esferas sociales y con poderío en el mundo. Pero esto queda en segundo plano y solo se siguen pistas baratas hasta encontrar al asesino ritual.
Acabamos de ver #MutiRitualesMortales, la nueva película protagonizada por #MorganFreeman
Estreno en cines: 28 de septiembre, gracias a @rhmedia pic.twitter.com/ISWiMvB5jg
— Unplugged News (@unpluggednewsmx) September 20, 2023
Dirección y producción se quedan estancadas en su propuesta visual, con un manejo de cámaras y montaje que obstruyen la construcción del suspenso en cada escena del crimen. La violencia es mesurada y la banda sonora desentona en varias secciones de la película.
92 minutos resultan insatisfactorios para aquellos que busquen un filme de crimen detectivesco. No hay elemento rescatable dentro de Muti: Rituales Mortales y solo se presenta como una olvidable cinta del género que va transitar sin pena ni gloria este 2023.