La conejita Senpai y los dilemas de la juventud. Reseña de Rascal does not dream of a Sister Venturing Out y Rascal does not dream of a Knapsack Kid
Por allá del año 2018, el estudio CloverWorks produjo y adapto al anime la serie de novelas ligeras Seishun Buta Yar? o también conocida como Rascal Does Not Dream, donde conocimos al singular Sakuta Azusagawa, un joven preparatoriano que un día cualquiera, se encuentra con una chica vestida de conejita en la biblioteca que es ni mas ni menos que Mai Sakurajima, compañera de escuela pero que por alguna extraña razón es invisible para todo el mundo excepto para este chico tan peculiar.
Con un premisa de este tipo, la historia que trata sobre un fenómeno denominado como “El síndrome de preparatoria o de la adolescencia” nos otorgo una de las más entrañables y profundas historias al analizar de una forma tan diligente una etapa donde muchos consideran bastante complicada al enfrentarse a un crecimiento emocional tan importante pero necesario para hacernos crecer en varios aspectos de vida y emocionales(sobre todo en un país como lo es Japón, lugar con un alto indice de depresión en la población de entre 13 a 17 años por su esctrictores estandares educativos y sociales).
Posteriormente tuvimos una secuela directa que adapta los volúmenes 6 y 7 de la novela con la película «Rascal Does Not Dream of a Dreaming Girl” qué abordaba la reaparición del primer amor de Sakuta. Ahora toca el turno de conocer que ha sucedido después de esa descorcentate visita pero ahora enfocándonos en la tierna Kaede Azusagawa, hermana menor de Sukuta con el filme «Rascal does not dream of a Sister Venturing Out» y por si fuera poco, también sabremos un poco más acerca de la familia Azusagawa con la cinta «Rascal does not dream of a Knapsack Kid”
En la primera entrega la dulce Kaede quiere intentar ingresar a la misma preparatoria en la que se encuentra su adorado hermano mayor pero esta decisión esta lejos de ser tan fácil como podría parecer, sobre todo cuando continua el problema de su síndrome y el trauma que lo acompaña este mismo.
La situación que se nos presenta sobre como los jóvenes pueden quedar traumatizados por el denominado bullying es en extremo realista y las consecuencias que conlleva pueden lograr que las víctimas de esto, opten por otro tipo de formato educacional; algo que justamente hace incapie el filme para al mismo tiempo destigmatizar que quienes elijan esta opción no es necesariamente algo negativo o que conduzca a que haya un efecto negativo para el factor de socialización de los alumnos.
Como ya es costumbre en esta serie, el drama y la tensión no pueden faltar, sobre todo cuando vemos el avance de los protagonistas y anhelamos verlos felices después de una serie de eventos tan desafortunados. Por ello, ver el crecimiento de Kaede hacia un futuro que realmente desea, nos mantendrá con un nudo en la garganta ante el desenlace que se tiene preparado para ella.
Pasando al segundo filme donde ahora nos centraremos en Sakuta, quien tiene la percepción de que todo esta mejorando al tener una maravillosa novia, su hermana continua su mejora emocional y el esta a punto de graduarse para ir a la universidad con su querida Mai; si a esto le sumamos que su madre por fin ha sido dada de alta en el hospital en el que se encontraba debido al traumatismo que genero el episodio de Kaede, no hay una panorama que le haga más feliz.
Sin embargo no todo podía ser tan perfecto y es cuando el complejo de adolescencia se manifiesta una vez más en nuestro personaje principal e irónicamente es que nadie puedo verlo, si tal como acontecido en su momento con Mei. Ante dicha situación y tal como lo hizo en el pasado, tendrá que averiguar cual fue el evento que origino esto pero al mismo tiempo, tendrá un viaje catártico sobre su propia salud mental.
El tópico a abordar en esta cinta es la disfunción familiar y como a afecta personas como Sukuta, quienes tienen que tomar un rol obligado ante este tipo de circunstancias donde es por obligación que por un gusto realmente. A medida que avanza toda esta odisea existencialista, podremos conectar aún más con el joven que alguna vez se encerró en un mundo sin aspiraciones y sueños; cuyo destino nunca estuvo pactado en un solo y gracias a la conexión con otras personas, logro redefinir su visión.
Si se tuviera forzosamente que resaltar algún aspecto negativo en estas producciones es que si no eres fan de la franquicia o no has visto el anime, no podrás conectar de manera tan profunda y no algunos personajes o diálogos no tendrán sentido debido a que fueron parte del arco principal o anteriormente visto. Para quienes hayan seguido desde un inicio las desventuras de esta obra, les podemos asegurar que quedarán encantados y es una experiencia audiovisual que no pueden perderse en salas de cine, por ende resta solamente decir que aún queda un futuro brillante para la crónica juvenil de Sukuta, Mai y compañía que llegará a su fin próximamente por medio de sus novelas ligeras el siguiente año.