La Químera: de arqueología, amor y redención
La Quimera es una película de aventura, comedia y fantasía dirigida por Alice Rohrwacher, que narra la historia de Arthur (Josh O’Connor, Emma 2020), un arqueólogo recién salido de la cárcel, que se dedicaba a cazar tesoros en Italia. Tras salir de reclusión trata de evitar vincularse de nuevo con sus antiguos socios, saqueadores y mercantes de artilugios en tumbas antiguas.
Al poco tiempo de su liberación, termina asociándose de nuevo con este grupo de personas, los cuales se dedican a hacer el trabajo sucio, mientras él, por medio de un curioso don, logra encontrar en distintas localidades, espacios arqueológicos en donde estos hombres se dedican a excavar y saquear vestigios antiguos.
Si bien, Arthur propiamente no va buscando enriquecerse con este tipo de actividad, si se ve entusiasta por la búsqueda y encuentro de estos tesoros. Por otro lado, durante la narrativa de la historia, es posible descubrir parte del pasado de Arthur, un joven enamorado de Beniamina, la mujer que aparece constantemente en sus sueños y fantasías, pero que ha desaparecido.
Por medio de sus recuerdos, busca encontrarla, mientras, tras su salida del encierro regresa con su antigua amiga Flora, interpretada por Isabella Rossellini, maestra de canto y música, quien también recuerda con cariño el antiguo amor de Arthur en una vieja casa, que se cae a cachos, en tanto que es acompañada y atendida por su discípula, Italia, interpretada por Carol Duarte.
Arthur e Italia van desarrollando una suerte de amistad, compenetrándose poco a poco y convirtiéndose en cómplices, en distintas situaciones, mientras Arthur sigue con sus actividades ilícitas, pero Italia considera esa ocupación como inapropiada y abusiva, pues piensa que las ofrendas de los muertos en las tumbas son cosas que le pertenecen a otros, y que con esta actividad el penetra dentro de la perpetuidad de las almas de estas personas.
Por otro lado también está Espartaco, un personaje que se mantiene entre las sombras, pero es a quien se le atribuye el pago del abogado que lo sacó de la cárcel, comprándole constantemente, durante muchos momentos vamos a ver cómo Arthur y su banda de maleantes van a mercar con Espartaco, llevándole distintos artefactos y piezas restauradas encontradas por ellos mismos, pero en el momento cúspide en el que encuentran un gran hallazgo, todo se saldrá de control, pues dentro de la misma piratería arqueológica italiana, hay traiciones y desazones.
La Quimera, es una película que está llena de fantasmas y entes omnipresentes como Beniamina, pero también de personas del presente que estiman al protagonista y le dan importancia a sus pasiones e intereses, y si bien en la mayoría del tiempo lo que vemos es a saqueadores de tumbas, perseguidos por clientes estafados o la policía.
También hay templos con fascinantes artífices del pasado, con gran riqueza histórica, contrastando con bellas escenas, que muestran el folklore del presente en donde se desarrolla este drama de aventura, fantasía y amor por la arqueología, con varios momentos cómicos, y los bemoles de estar implicado en el mercado negro de la compra y venta de artefactos antiguos.
Al final vamos a ver que Arthur es una persona con un alto grado de conciencia, pero que probablemente su más grande adicción, sea la extraña combinación a la adrenalina que le genera su peculiar don para encontrar espacios arqueológicos debajo de la tierra y el saqueo de tumbas. Un film con un final relativamente predecible, que permite al espectador debatirse entre la traición, la conciencia, un accidente y un simple destino ya prescrito.