«De Mutuo Desacuerdo»: entrevista a Melissa Hallivis

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Con una carrera que va en ascenso y que ha transitado por streaming además del teatro, Melissa Hallivis ha demostrado su versatilidad así como de una capacidad para afrontar los retos de equilibrar el humor con el drama. Tal es su talento que actualmente protagoniza «De Mutuo Desacuerdo», una obra en la que a través del divorcio de Sandra e Ignacio, el espectador puede reflexionar con humor negro e ironía, sobre los entramados que resultan de la disolución de un vínculo matrimonial así como de los retos que llegan para la crianza.

Con motivo de su temporada que comenzó el 2 de agosto y terminará el 22 de noviembre de este año en La Teatrería, pudimos platicar con la actriz sobre sus impresiones, sus experiencias y lo que le ha dejado trabajar en este proyecto.

DE MUTUO DESACUERDO — ENTRETENIA

Jorge Méndez (JM): ¿Como fue el proceso por el que llegaste a esta obra?

Melissa Hallivis (MH): Fue una convocatoria abierta, por lo que fue difícil ya que conlleva varios filtros. Cuando vi la convocatoria a mi me encantó la idea de trabajar con Reynolds Robledo porque había visto su trabajo en otros géneros y esta era su primera comedia. Fui pasando los filtros, en callbacks hubieron lecturas y al final quede.

JM: Una vez seleccionada y una vez que te presentaron, ¿Cómo fue la preparación para afrontar este personaje?

MH: Como hemos evolucionado como sociedad, el divorcio es algo más común. Sin embargo, sigue siendo un tema tabú y lo bonito de esta obra es que a pesar de que abordamos situaciones muy dolorosas como lo que es el síndrome post traumático al terminar una relación, nosotros lo estamos abordando en el tono de comedia de situación.

De esa manera es mucho más sencillo que la gente esté receptiva porque soy fiel creyente de que la risa desarma de alguna manera. Al tener al público enganchado con la comedia es mucho más fácil pasar el mensaje y exponer la condición humana. Cada función en teatro es distinta y junto con mi compañero José Ramón Berganza estamos muy contentos porque notamos reacciones distintas, trabajamos las escenas abordándolas un poco diferente en cada función para ver que pasa. Eso ha sido muy enriquecedor y muy gratificante.

JM: ¿Cómo te relacionaste con tu personaje?

MH: La verdad es que fue sencillo relacionarme, ya que conozco bien la temática. El personaje de Sandra es una mujer moderna porque, a pesar de que tiene un hijo de 9 años y que tiene que aprender junto a Ignacio como navegar en la crianza por separado, Sandra es creativa, es compositora de jingles.

De ahí me relacioné muchísimo con ella ya que al yo ser actriz entiendo que la energía creativa es algo que debes tener en la punta de los dedos. La obra tiene incluso tintes feministas, ya que el divorcio es un tema tabú porque las mujeres estamos todavía un poquito encerradas en ciertos roles y finalmente divorciarte no es lo mismo siendo hombre que siendo mujer. Por eso mi personaje me encanta porque se toma desde una perspectiva europea, que es distinta a la latinoamericana, también tiene estos tintes feministas tan lindos, esto ha sido interesante y complejo.

De la mano de mi compañero José Ramón Berganza he estado muy contenta construyendo a este personaje que es Sandra, que espero que además sea muy divertida para el público.

JM: En la cuestión del divorcio, ¿Qué tan complicado es lograr una convivencia de facto?

MH: Los personajes casi no se conocen así mismos, no han hecho un trabajo interior que les permita relacionarse de manera más sana y de ahí viene también la comedia. Es por esto que aquí se toca mucho la cuestión humana, cuando no sabemos como terminar una relación de manera pacífica, como transformar ese amor que alguna vez existió en al más funcional.

JM: ¿Cómo ha sido la recepción de la obra? ¿Cuál crees que ha sido la relevancia en el contexto actual?

MH: Estamos muy contentos porque toda la gente que viene se termina identificando con él, con ella, participan, además de que escuchamos sus reacciones tanto de risa como de sorpresa. Siempre que podemos escuchar los comentarios al final de las funciones hay un debate, preguntas como «¿Quién tiene la razón? ¿Cómo es que van a lograr convivir? ¿Se van a reconciliar?» surge.

Entonces eso es muy interesante, confirma que el buen teatro debe invitar a la reflexión y en ese sentido estamos muy felices porque la gente no nada más viene, ve la obra y se va a su casa sino que siempre hay algo que se transforma en su manera de pensar, que a lo mejor les detono algo que han vivido, que han espejeado y que finalmente eso es el teatro.

JM: ¿Cómo es el desafío de pasar del dramatismo al humor con balance?

MH:Creo que estamos cuidando mucho el balance. Es muy importante este aspecto porque el humor negro no es igual a ofender, debe ser hacía el opresor no hacía el oprimido. Cuando se hace un chiste viendo hacía abajo hay que tener mucho cuidado pero es distinto cuando se hace hacía arriba, aquí es cuando entra la cultura de la cancelación. Es un terreno complicado pero que si se aborda con el respeto y experiencia, que afortunadamente en este equipo tenemos, podemos cuidar esa parte sin recalcular la ruta.

Al final, en la comedia alguien tiene que salir lastimado pero hay de heridos a heridos. En esta puesta en escena se cuida mucho eso, hay dolor pero siempre con respeto.

JM: ¿Cómo podrías definir esta obra?

MH: Aprender a transformar lo que una vez fue, a trascender y mejorar la manera en la que nos relacionamos con el otro, hacerlo desde un autoconocimiento, con más amor que odio para poder estar mejor con todos.

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