No entres (Reseña)
Es una película escrita y dirigida por el cineasta paraguayo Hugo Cardozo, cuenta con la participación de los actores Lucas Caballero, Pablo Martínez y Rafael Alfaro, su estreno en salas mexicanas tuvo lugar el día 28 de agosto de 2025.
Desde su planteamiento inicial, No Entres explora una de las obsesiones más seductoras y peligrosas de nuestro tiempo: el deseo de reconocimiento. La necesidad de ser visto, aplaudido y seguido en plataformas digitales puede llevar a los individuos a cometer actos extremos, incluso a arriesgar su vida. La cinta utiliza como catalizador el universo de los creadores de contenido en redes sociales, quienes constantemente cruzan límites con tal de obtener notoriedad. A través de este contexto, Cardozo introduce un escenario inquietante: el acceso a espacios que, por una razón, han permanecido en el aislamiento.
La trama sigue a dos amigos que llevan una vida rutinaria y poco satisfactoria. Con empleos precarios y una audiencia mínima en sus proyectos digitales, encuentran en la creación de contenido su única válvula de escape. Motivados por la falta de éxito y con la esperanza de viralizarse, deciden manipular un video explorando una casa abandonada, simulando actividad paranormal para ganar visitas. Lo que inicia como un juego, pronto se convierte en una pesadilla, cuando descubren que la casa guarda oscuros secretos relacionados con actos siniestros que en su momento fueron cometidos ahí.
La película plantea una paradoja interesante: lo paranormal no necesariamente es lo malo. A lo largo del metraje se insinúa que los horrores más grandes no provienen de entidades sobrenaturales, sino de los propios seres humanos. El uso de la casa abandonada como escenario no es fortuito: funciona como metáfora de lo prohibido, de aquello que permanece oculto porque guarda historias de crueldad que tal vez deberían seguir en el silencio.
Uno de los mensajes más inquietantes de No Entres es la advertencia sobre los deseos y promesas que hacemos. En la cinta, la obsesión por la fama lleva a los protagonistas a enfrentarse a consecuencias irreversibles. El desenlace resulta perturbador: uno de los amigos, tras intentar escapar de la casa y creer que ha sobrevivido, descubre su propio cadáver, revelando que la entidad que lo persiguió no era otra que su compañero. Este giro final refuerza la idea de que los actos más crueles no provienen de fantasmas, sino de la traición, la ambición y la violencia humana.
La reflexión central de la obra es clara: la actividad paranormal funciona como metáfora de un mundo donde lo tétrico y lo misterioso siempre han existido, pero no necesariamente por obra de fuerzas sobrenaturales, sino por las manos de personas comunes que deciden conscientemente infligir dolor. Con esto, No Entres cuestiona no solo el poder destructivo del deseo de reconocimiento, sino también la delgada línea entre realidad y ficción en la era digital.
En conclusión, No Entres se consolida como una propuesta fresca del cine de terror latinoamericano, que utiliza los códigos del género para plantear críticas sociales profundas. Hugo Cardozo demuestra nuevamente su habilidad para generar tensión, pero sobre todo para invitar al espectador a reflexionar sobre quiénes son los verdaderos monstruos en nuestra sociedad.
