Future Nostalgia: la necesaria reinvención de Dua Lipa

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Tras un primer álbum homónimo que fue bien recibido por la crítica y que logró el éxito comercial, la cantante británica da un paso importante con su segundo material de estudio, once canciones que retoman elementos de música disco, que fungen como homenaje al pop en varias de sus etapas y sobre todo, que refrescan el panorama musical mundial.

Han pasado cerca de 5 años desde que Dua Lipa paso de ser una soñadora y atractiva camarera a una de las estrellas musicales más importantes del panorama mundial actual. Sus primeros sencillos cimentaron el camino para publicar su primer álbum homónimo que muy pronto, la posicionó como una de las grandes promesas del pop.

Ya han transcurrido 3 años donde la artista de origen albanokosovar se atreve a dar un paso de calidad en su carrera, adaptando mucha de la música de su niñez con la de 2020, consiguiendo un segundo trabajo de estudio que sin duda es un clásico instantáneo.

LA NOSTALGIA QUE ENTUSIASMA

Future Nostalgia es un homenaje, una adaptación de varias épocas de la música pop con elementos disco y sobre todo, con mucho electro pop, algo que ya se venía vislumbrando en su anterior trabajo pero que aquí logra de una manera espectacular.

Madonna, Gwen Stefani, Moloko, Blondie, Outkast e incluso la figura de Bruno Mars, fungen como influencias claras a las cuales Lipa ha dado su propio sello, no solo por su voz, sino por un estilo que apuesta por el homenaje más allá de la transgresión pero que sin duda rescata mucho del estimulo bailable que existía hace ya décadas.

«Future Nostalgia» es el tema de apertura que funge como presentación a lo que el oyente esta a punto de experimentar. Desde el principio, Dua anuncia que «viene a cambiar el juego» a ofrecer esa «canción atemporal que tanto buscas» y a su vez, da un mensaje de empoderamiento convincente. La canción es una fusión de elementos electrónicos pop muy de la década de 1980 pero con esa distorsión moderna que impera en gran parte del panorama actual. Sin duda, el vídeo oficial es prueba de esto.

Llega el mega hit «Don’t Start Now», emblema y nuevo himno de Dua Lipa. Aquí, todas las influencias mencionadas hacen su aparición, sobre todo destacan esos acordes al piano que da esa pizca de pop clásico, un bajo que hace un merecido tributo al funk pero que pasa, exitosamente, por el filtro del electrofunk (muy a la Chromeo) y por supuesto, una sección de cuerdas que nos recuerdan a los años dorados del mítico Studio 54, el templo por excelencia de la música disco. Un tema que es propio de las más grandes super estrellas y que sin duda, quedará como uno de los clásicos de la década que esta iniciando.

Llegan como complemento y ambivalencia misma «Cool» y «Physical». En el primero, el estilo de canto así como edición de la voz recuerda a artistas como Broods o Chvrches, con muchos de los elementos musicales de ambas bandas (bajo pegadizo, percusiones electrónicas, sintetizadores potentos y autotune que solo entra cuando es menester, para dar otra dimensión a la voz). Por parte del tema que es alusión directa al tema de Olivia Newton John, la compositora londinense comienza lento para después explotar en una auténtica pista disco, con un estribillo que no dejará en paz a nadie.

«Levitating» es otro de los puntos más altos del álbum. Con una letra donde una historia de amor transcurre en una fiesta en una discoteca (la música traslada a esos tiempos), Lipa construye una composición bailable, gracias a sus acertadas (y ya mencionadas) distorsiones de voz. Los coros, las percusiones que se complementan con los coros, el bajo (que siempre esta en un nivel alto) y los sintetizadores que brindan diferentes texturas sonoras hacen de esta canción un perfecto single.

«Pretty Please» y «Hallucinate» sirven como un respiro a todo el movimiento que se ha generado. La primera, retoma un poco el camino que ha marcado The Weeknd que aquí se amalgama con elementos de funk y nu disco. La segunda, más movida, más electrónica todavía, consigue animar lo necesario para otro episodio más poderoso que llegará con la siguiente canción.

«Love Again», con claras referencias al inolvidable «Dance On the Dancefloor» como esas cuerdas que ya ese extrañaban, un sintetizador que evoca a Patrick Hernandez o ABBA, una voz calma pero potente por parte de Dua y unos coros femeninos que le dan su sello, resulta en un poderoso track que pondrá a todos a bailar, disfrutable de principio a fin. Al termino de los 4 minutos y 18 segundos, nos recuerda a «Frozen» de Madonna, un tanto melancólico pero genial.

«Break My Heart» es de esas composiciones que están hechas para grandes festivales de música electrónica, donde el estribillo da una pausa para posteriormente sacar toda la energía generada en cada parte de la música, acompañada de una letra de duda ante un nuevo amor brillantemente escrita . Nuevamente la música disco se ha complementado de manera espectacular con la actualidad, recordando que el pasado y presente pueden convivir perfectamente.

Como si de una canción de Lilly Allen se tratará, «Good In Bed» hace una interesante mezcla entre música festiva y una letra que habla de una relación tóxica, burlándose de la misma. Desde una intro que sin duda recordará a «Smile» de Allen hasta una voz que toma mucho del tono de su compatriota, la compositora británica refresca sensaciones y hace una re lectura genial de ese estilo mordaz que se ha desviado a lo insulso en sustancia.

Como cierre de esta aventura retro, el álbum concluye con una declaración contundente acerca del acoso hacía las mujeres. «Boys Will Be Boys» busca picar en la figura del hombre que no madura, que no se permite crecer y también hace un llamado a todas las chicas para que sean directas, a que sean valientes, con una letra que sin duda, va dirigida a ellas. La parte musical es sobresaliente, con una especie de marcha real (una sección orquestal) aderezado y potenciado con un coro femenino que sin duda, va de acuerdo al mensaje que quiere dar.

CONCLUSIÓN

Future Nostalgia funge como una reinvención necesaria que demuestra que se puede tener éxito sin renunciar a una calidad sonora y musical, contrario a una predominante escena urbana, donde todo parece hecho en serie, sin identidad y que sigue una fórmula que va mucho a las formas que a la propia sustancia.

Al inicio de la tercera década del 2000, Dua Lipa refresca el panorama que viene asfixiando y que amenaza con seguir machacando al género pop que sufre de un estancamiento muy llamativo.

La nostalgia, que muchas veces solo sirve como un gancho para generaciones más lejanas, se logra equilibrar, adaptar a una época donde se siente necesario retomar lo que en el pasado marcó paradigmas a los que se habían renunciado pero que ahora, están más vigentes que nunca.

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