El Hoyo en la Cerca: una metralla de critica social
El director Joaquín del Paso, en la edición 19 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), presento su nuevo filme “El hoyo en la Cerca” una película de suspenso con una crítica social que lanza como metralla a diferentes lados; clasismo, religión, sexualidad, sistema de educación, entre muchos otros frentes que son usualmente ignorados por el mismo tejido social en el que vivimos.
Todo comienza en un campamento muy exclusivo al que asisten en el verano los hijos de la élite, mismo que es dirigido por sacerdotes y tutores religiosos, dando aires a una estructura tipo Opus Dei, los cuales les dan una “educación moral” y “religiosa”, pero que de repente descubren un hoyo en la cerca de los limites de la propiedad lo cual detona el miedo y las especulaciones, desencadenando una serie de acontecimientos cada vez más inquietantes en los que los jóvenes casi whitexicans piensan que se ha metido alguien de un pueblo cercano para irrumpir en su orden y pureza.
Es a partir de ese temor que surge una supuesta «educación de valores» que le inculcan a todos estos muchachos, los futuros líderes de un país dividido, roto, forjados con la idea de ser elegidos por Dios mientras manipulan a placer sus propias normas para que hagan lo que ellos creen correcto, muy al estilo de un Señor de las Moscas, aquella dura y polémica obra literaria de William Holding.
Acompañando a Joaquín del Paso, se suma al proyecto en la dirección de fotografía Alfonso Herrera Salcedo, además de tener un guion que el realizador coescribió con Lucy Pawlak, un relato que funciona bastante buen gracias a la labor actoral de jóvenes actores, entre ellos Valeria Lamm, Yubáh Ortega, Lucciano Kurti, Santiago Barajas y Eric Walker, que en la conferencia de prensa donde presentaron la cinta comentaron más acerca de la difícil selección del casting, además de que fueron preparados con clases de actuación en diferentes situaciones sin ver el guion y sin saber la idea del proyecto hasta que se acerco el día en que fueron al campamento, en el cual convivieron y se divirtieron mientras se rodaba la cinta, creando una sinergia interesante pero a la vez tóxica que demandan sus roles.
El director ha comentando que “la película viene de un año específico en mi vida donde estudié en una escuela similar a la que vemos, cuando asistí fue un periodo muy corto que me marcó mucho, muy cerca a la edad que tienen los protagonistas. Es esa parte en la vida en donde estas en la transición entre la infancia y la adolescencia”. Aquí, esa transición se hace de manera dura, ríspida, mostrando una cara de una juventud perdida convertida en una visión terrorífica de los peores pecados de la sociedad que actualmente nos mantienen divididos. Es esa radicalización juvenil la que se percibe con miedo en este filme de del Paso.
Basta este fragmento autobiográfico para que la película sea sienta aún más cruda y amarga, incluso incómoda de ver, y no es por algo malo. Al contrario, cumple con su cometido y nos muestra una critica que no teme mostrar los problemas ideológicos de los que somos víctimas como sociedad. Esto, además de mostrar una retorcida idea religiosa llena de doble moral que existe en ciertos sectores de nuestra realidad, así como la dolorosa discriminación que se observa con un personaje que es becado y además el único de piel morena Eduardo (Yubáh Ortega) de una clase social diferente, temas de sexualidad, diferencia por color de piel, entre otros, hacen que la vida de los jóvenes se convierta poco a poco en un infierno de perdida de la inocencia.
Además, otra virtud del director mexicano es incluir aspectos de un thriller psicológico en la película, una que nos aleja del típico drama que vemos últimamente en el cine nacional en donde observamos la misma fórmula de novela romántica, ofreciendo un guion diferente con buenos elementos estéticos y un ritmo que sigue el hilo de la historia sin tener tantos espacios muertos. A pesar de que la mayoría del elenco no tenían experiencia actoral, siendo uno de los retos más grandes de esta producción y que a veces es notorio en algunas escenas al momento de los diálogos, no logra ser un punto en contra suficiente como para opacar el trabajo del equipo que saco avante el proyecto.
Así, El Hoyo en la Cerca es un filme ambicioso en cuanto al entendimiento de la critica y el genero, otro ejemplo que demuestra que el cine mexicano no siempre es lo mismo, además de que marca una segunda postura firme por parte de del Paso hacia la crítica de las estructuras sociales del país, recordando un poco lo hecho en Maquinaria Panamericana para esta vez llevarlo a un punto juvenil de un futuro que parece poco a poco irse deformando más, una metralla hacia todos los pecados que tenemos como adultos y que, tristemente, estamos transmitiendo a las generaciones que vienen detrás, creando hoyos donde el.miedl