Father Of The Bride: El Regreso Triunfal del «Vampiro»
El cuarto trabajo de estudio de Vampire Weekend nos confirma la calidad de un grupo que tras 6 años de un descanso que sembró dudas y que hizo pensar a los fans que el Vampiro se había ido. Pero, para alivio de todos, regresó triunfalmente.
Fue hace más de 10 años cuando un grupo de estudiantes de Columbia asombraban al mundo con una propuesta fresca, un indie indomable, lleno de wolrdbeat muy a la David Byrne y Paul Simon con su “Graceland”. Tan sólo dos años más tarde, “Contra” se volvía una declaración musical, donde se hablaban de temas como la homosexualidad, la amistad, la familia, los ideales y la juventud.
Sin embargo, en 2013, Modern Vampires of the city nos enseñaba de lo que Ezra, Rostam, Baio y Chris Tomson podían llegar a componer: oscuridad, melancolía, pero con ciertos tintes de alegría, sumado a una composición que los posiciona como una de las bandas más importantes de la década.
Tras un éxito tanto en crítica como en ventas, los cuatro amigos decidieron tomarse un descanso del Vampiro: Chris Tomson experimentó y se probó como cantante en Dams of the West; Chris Baio lanzó dos álbumes interesantes, que le valieron incluso salir en el soundtrack de FIFA 16; Ezra Koenig, el vocalista y uno de los líderes, decidió hacer podcasts, se probó como productor discográfico, creador de series y compositor de bandas sonoras; Rostam Batmanglij, el arreglista y el otro líder, nos sorprendió con sus proyectos solistas (el que lleva su nombre y Discovery), pero sobre todo, con su salida de la banda, para pasar a ser un colaborador.
NUEVA YORK, TRANSICIÓN Y UN NUEVO ESTILO: FATHER OF THE BRIDE
Father Of Bride inicia con la bellísima e inusual “Hold You Now”, con el aporte vocal de la talentosa Danielle Haim (la cual deja su influencia country con el protagonismo de guitarras acústicas) y un sampler de The Thin Red Line, película musicalizada por el legendario Hans Zimmer.
Después siguen la tranquila Harmony Hall y la energética Bambina. Ambas son caras opuestas de la otra; por el lado de la primera, la sección de coros y piano nos recuerdan mucho a lo hecho en Modern Vampires, sobre todo en Step; la segunda, tiene mucho de Contra y de guitarras a la White Stripes.
This Life, una de las canciones que podrían considerarse homenaje a Simon and Garfunkel, eleva el ánimo del escucha, nos hace bailar y se puede definir como un resumen de la carrera de los neoyorquinos.
Tres canciones resultan un bajo de este disco: Big Blue, How Long? y Unbearably White. Estas canciones se sienten como experimentos que Koenig realizó para saber el rumbo de la banda en un futuro.
Rich Man, es un homenaje discreto a su canción M79, muy a la Dylan y con secciones de cuerdas que engrandecen la voz directa de Ezra. La distorsión en la misma nos recuerda a la línea de Diplomat Son.
Married in a Gold Rush, es otra canción muy a la Paul Simon con una mezcla bien ejecutada entre influencia africana (las percusiones son precisas) y una sección de cuerdas que retoma Rich Man. La guitarra homenajea al primer Vampire.
My Mistake es muy Albarniana, ya que se siente como una reproducción de Everyday Robots de Damon Albarn. El piano hace aún más melancólica la voz de Koenig, dotándola de una tristeza hermosa. Por cierto, que esta compuesta en conjunto con Ludwig Goransson, ganador del Premio Oscar a Mejor Banda Sonora 2019 por su labor en Black Panther.
Sympathy se presenta como una canción caótica pero divertida, con guitarras españolas, samplers, batería incesante e incluso un contrabajo, que nos demuestra la habilidad de Baio y Tompson. También hay guiños a Revolver de The Beatles.
Sunflower nos presenta un dueto interesante con Steve Lacy. Aquí, los tres miembros oficiales tienen su mejor momento. Los estribillos no son palabras pero se sienten naturales, muy a la Scatman John. Lo cierto es que el final es un giro inesperado, un freno que gusta y que da pie a Flower Moon, que es otro homenaje a Worldbeat y Simon And Garfunkel, con una sección de vientos (flauta, saxo) que combina con las percusiones más movidas. Por cierto, el vídeo de Sunflower fue dirigido de manera magistral por el actor y director Jonah Hill.
2021 es otro homenaje a la infancia de Koenig, en este caso al compositor japonés Haruomi Hosono, ya que utiliza un sampler de Talking, una de sus canciones más famosas. Esta canción es pacífica, engancha y conmueve. Recomendable ver el vídeo con la rana. Simplemente bellísimo.
We Belong Together sigue la estela de Unbelievers en cuanto a energía, pero se va por una línea menos épica. Podríamos decir que es la continuación directa del disco antecesor. La guitarra simula una sección de vientos nórdicos. Aquí, Danielle Haim brilla de nueva cuenta.
Antes de pasar con la que consideramos la mejor canción del álbum, las últimas dos canciones Spring Snow y Jerusalem-New York- Berlin son propuestas opuestas pero complementarias entre sí. Mientras Spring Snow tiene elementos de bandas como Chromeo con el uso de Talk Box y también una instrumentación que tiene tintes de jazz, Jerusalem es quizá la pieza más retrospectiva, como el discurso final que la banda nos tiene.
Stranger es, de lejos, la mejor canción del álbum. Homenaje claro a Paul Simon, Bruce Springsteen y Phish, esta canción nos vuelve a demostrar el potencial que la banda tiene por ofrecer. Saxofón, piano, batería, bajo y sección vocal que son simplemente inmejorable. El clímax del álbum y el que será un himno a futuro
Este cuarto trabajo de Vampire Weekend es una propuesta que mantiene la vigencia de la banda. Pese a la ausencia del genio que es Rostam, los tres Vampiros pasaron la prueba de supervivencia entregando un álbum enorme y que hará que todo melómano disfrute en grande de todo un viaje lleno de nostalgia. No esperes más para vivir una experiencia inigualable en estos tiempos donde se necesitan aventuras sin salir de casa.
