Exodus: la consagración de Bob Marley
Exiliado y alejado de su amada Jamaica, el «padre del Reggae» llegaría a Londres para grabar uno de los álbumes cumbres de la historia. A través de 10 canciones, Bob Marley y The Wailers conquistaron al mundo gracias a sus contundentes mensajes sobre el amor, el sexo, sufrimiento y redención, además de música que puede sanarlo todo.
HUYENDO DEL HOGAR
Para finales de 1976, la sociedad de Jamaica estaba dividida y enfrentada. Eran épocas de elecciones y la estrella mundial Bob Marley buscaba calmar los ánimos a través de la música. Neutral, ya que rechazaba dar su apoyo a cualquier partido político, se posicionaba como el único que podría unir a los dos bandos. Por ello aceptó participar en el concierto gratuito “Smile Jamaica”, programado por el Gobierno de Michael Manley para el 5 de diciembre.
Sin embargo, dos noches antes del concierto, siete pistoleros irrumpieron en la residencia del cantante y dispararon hasta en 87 ocasiones al compositor, su esposa Rita, su manager Don Taylor y otros músicos de The Wailers que les acompañaban. Durante el ataque, uno de los asaltantes apuntó al corazón de Marley, pero la bala le rozó el pechó y acabó incrustada en el brazo izquierdo (herida que mostró dos días más tarde ante 80 mil asistentes, a la hora de actuación), mientras que a Rita Marley le habían disparado a la cabeza pero el proyectil quedó atrapado entre el cuero cabelludo y el cráneo sin que sufriera daño mayor.
Jamaica dejó de ser un hogar. Bob Marley desapareció a los pocos días y, tras pasar por Bahamas y Estados Unidos, se exilió en Londres, donde, inspirado por el intento de asesinato, compuso y grabó uno de sus más grandes trabajos, que además se publicaría 6 meses después de este terrible hecho: Exodus.
SONORIZANDO EL EXILIO
Bob Marley entrega, en medio de la nostalgia y tristeza que suponían estar alejado de su tierra, un trabajo que expande los límites del Reggae, donde se plasman la influencia de géneros como el blues, soul, funk y psicodelia. Esto se debe a la incorporación del guitarrista Junior Marvin, quién había sorprendido con la banda Hanson, una de las más importantes de la escena funk de Jamaica.
Sumado a esto, los teclados de Tyrone Downie crecen con la inclusión de sintetizador y órgano, mientras la batería de Carlton Barrett y los diferentes instrumentos de Aston “Family Man” Barrett proveen un fantástico e hipnótico groove a la parte rítmica. Estos elementos colocarían a Exodus como el trabajo crucial en la carrera de Marley, solo superado por el recopilatorio póstumo Legend.
«Natural Mystic» abre el álbum con una canción que de inmediato anuncia el estado anímico de un Marley que reflexiona sobre la muerte, la nostalgia por notar que «las cosas no son como solían ser» pero al mismo tiempo, la naturalidad del sufrimiento y la aceptación de la realidad. Ritmo relajado, un bajo magnético, una guitarra genial, así como una sección de vientos efectiva, acompañan a la sincera voz de Bob, que además transmite toda esa preocupación.
«So Much Things To Say» es un llamado a la juventud para que se exprese, ya que «tiene muchas cosas que decir». Marley hace alusión a héroes de la isla como Paul Bogle y Marcus Garvey, ambos símbolos del movimiento rastafari. Misma dinámica de relax completo, donde las fantásticas voces de las «I Threes» iluminan aún más esa música alegre, pero contestataria.
«Guiltiness» es un señalamiento directo a las injusticias y el abuso de poder. Aquí, Bob les recuerda a los «peces grandes que se comen a los pequeños» que están condenados a comer el pan de la culpa. El espectacular órgano le da aún más poder a la parte vocal, aunque si le suma un halo de oscuridad, que dota de mayor potencia al mensaje.
«The Heathen» es la llamada a la lucha, a levantarse si se ha caído y un alusión a la situación del propio Marley, ilustrada magníficamente por la mítica frase: «aquél que luchó y escapó, vivirá otro día luchando». Es uno de lo momentos de brillo absoluto de Junior Marvin, que demuestra su talento con sus mágicos riffs en medio de un estribillo que asemeja a un canto tribal y que anuncia que «pondrán a los paganos contra la pared».
El clímax llega con el tema que le da nombre al álbum. Himno al movimiento Rastafari, la letra posee una alta carga espiritual, ya que indica que el camino a la libertad, la igualdad, la justicia y el verdadero paraíso (lejos de Babilonia) esta en Jah. Psicodelia en estado puro, se ve engrandecido por sólidas secciones de percusiones, vientos, piano rítmico, bajo que inyecta energía, cantos potentes y una guitarra que brilla. Magia.
«Jamming» despeja el arduo mensaje político que se ha dado para dar paso a la fiesta. La letra invita a bailar, a practicar el amor (a través del jamming, baile que requiere que la pareja este pegada) y una canción sobre la marihuana (el jammin es un juego para fumar dicha droga). Una inyección de felicidad en estado puro y de energía, gracias a su ritmo fresco, sutentado sobre todo por la voz de Marley y un bajo magnético.
«Waiting in Vain» es el tema ideal para ilustrar el amor no correspondido, donde el enamorado sabe que no tiene muchas oportunidad, pero que aún así espera. Momentos de brillo absoluto para Junior Marvin con un solo de guitarra que le da un sello especial, un órgano que impregna un sentimiento más profundo a la voz de Marley, así como una batería que con poco redobles y un predominio de platillos, le da más punch al bajo.
«Turn Your Lights Down Low» supone una balada que invita a bajar las luces para bailar e intentar recuperar el amor que se ha ido. Esta dedicada a la relación que tuvo con Cindy Breakspeare, coronada como Miss Mundo en 1976. La influencia del soul y R&B es notable por esos coros sutiles, un órgano que eriza la piel y una batería sensual.
«Three Little Birds» es el momento para que sus tres coristas (entre ellas su esposa Rita) se luzcan, además de que es la dedicatoria de Marley para las emblemáticas «I Three» . Con una letra positiva que por momentos invoca la figura de Jah y una música basada en órgano, la canción asemeja a un precioso gospel que dará la felicidad que hace falta al oyente.
El final llega con la icónica «One Love/People Get Ready», que es la unión de un viejo tema de la primera época de los Wailers (“One Love”) con una adaptación de la composición de Curtis Mainfield. El tema es el himno definitivo de unión y paz que Bob Marley legaría tras su muerte en 1981. Así mismo, funge como una alabanza al Señor (para conjuntar toda creencia) y una advertencia para los que dañan a la humanidad. Un reggae más tradicional pero no por ello menos mágico.
LEGADO MÁS ALLÁ DEL REGGAE
El éxito de este álbum supuso la definitiva consagración de Bob Marley como leyenda de la música. Sus canciones que iban desde el contundente mensaje político-social, pasando por la carga espiritual y llegando hasta la festividad que supone el amor, lo colocaron como una de las joyas absolutas de la historia e incluso, fue considerado por la revista Time en 1999 como «el mejor álbum del siglo XX».
Tras la publicación, «El Rey del Reggae» veía cercana la muerte por la detección de un cáncer que decidió no tratar. Su partida a una edad temprana, si bien privó a las generaciones de nuevos himnos, lo cierto es que su mensaje sigue retumbando en cada nueva escucha al testimonio de un superviviente, luchador y exiliado en la música de Exodus.
El tiempo pasa y seguimos sin ser un solo corazón.
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