Neko Café, un relato gatuno de la vida

Hay momentos en la vida en que nos sentimos un tanto perdidos, donde el rumbo que teníamos se bifurca, se rompe, nos muestra otros caminos que no estamos dispuestos a aceptar. Tal es el caso de Nagore, alguien que necesita hacer un cambio en su vida, seguir adelante pero no encuentra la forma hasta que una curiosa oportunidad se le presenta en el lugar más inesperado: el Neko Café.

La escritora Anna Sólyom, nacida en Budapest y radicada en Barcelona desde el año 2012, graduada de la carrera de Filosofía y con una tendencia en sus escritos en donde busca ayudar a la gente a descubrir su equilibrio y fuerza interior, regresa con una novela motivadora que nos dará unas lecciones de vida gracias a los maestros más inesperados: los gatos.

Siguiendo los pasos de otra de sus obras, Pequeño Curso de Magia Cotidiana, donde nos enseñaba el valor de las pequeñas cosas en la vida que se convierten en acciones profundas que poco a poco transforman nuestro mundo, en Neko Café usa su estilo ligero de escritura para presentarnos a Nagore, una mujer que no encuentra algo que la motive en su vida después de un muy mal momento en que abandonó sus sueños.

Curiosamente, Nagore, quien protagoniza este relato, no tiene una buena relación con los gatos. Pero son estos felinos, su forma de ser, su manera distintiva de comportarse y su espíritu libre los que le enseñarán a ver la vida de otra forma, dándole una lección acerca de las claves del arte de vivir convirtiendo el caos que rige su vida en una experiencia que la transformará para siempre.

En el viaje no estará sola. La primera en enseñarle a perder esa sensación de pavor que Nagore tiene a los gatos es la dueña del café, Yumi, quien le explica la dinámica no sólo del local en el que comenzará a trabajar sino también de la vida de esos felinos, sus diferencias y la manera en que conviven con el mundo, convirtiéndose en una especie de guía inicial pasa este nuevo mundo.

También conocerá a Marc, un joven que asiste al Neko Café frecuentemente y que capta el interés de Nagore, así como a Elías, un viejo que tiene a un minino de mascota con el cual ha realizado una conexión que le abrirá los ojos a la protagonista del relato.

Pero no cabe duda que son los felinos del Neko Café los que importan aún más en esta historia. Tenemos a Capuccino, Chan, Smokey, Fígaro, Sherkhan, Licor y Sort, quienes con su forma de ser así como las actitudes de vida que tienen le darán la clave a Nagore para valorar mejor la vida, dándole lecciones que la inspirarán a enfrentar sus miedos o incluso salir de la zona de confort que la rodeaba.

Esta breve historia, inspirada por el café Espai de Gats en Barcelona así como por los dos gatos que son propiedad de la autora, también nos desarrolla una especie de romance que sirve como base para ver el crecimiento en la personalidad de Nagore, que paso a paso se anima a hacer cosas distintas, abrazando a los felinos del lugar como unos maestros de vida, cosa que curiosamente en el argot popular, le sobra a los felinos.

Una de las ventajas de esta novela corta es que resulta de una lectura muy sencilla, misma que va acompañada de pequeñas ilustraciones y algunos mensajes de sabiduría (o “leyes gatunas”) que nos hacen reflexionar también acerca del poder sanador que los animales tienen.

Rodeado de un aura que invita al lector a ver las cosas con la serenidad y sabiduría, Neko Café nos remite a una cita que encontramos al inicio del libro del guía espiritual y escritor alemán Eckhart Tolle, que dice: “He convivido con varios maestros zen. Todos ellos eran gatos.”

Así, las puertas de este café se abren desde la primera página del texto de Sólyom, donde un verano gatuno bastará para enseñarle a Nagore y al lector la importancia de vivir nuestro presente, de encontrar siempre nuestros objetivos y seguir adelante, ya que nosotros no tenemos nueve vidas.