Mariana González y Mario Moreno: de la juventud perdida y la sociedad fragmentada

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Se estrenó en circuitos culturales y en la Cineteca Nacional la ópera prima de una joven directora que muestra la cara de la juventud perdida sin tapujos en Fractal, cinta de la cual pueden saber más leyendo nuestra crítica aquí. En Unplugged News tuvimos la oportunidad de charlar con su realizadora, Mariana González, así como con uno de sus protagonistas, Mario Moreno, que interpreta el rol de Fede, en un relato de unos amigos cuyas vidas sin rumbo se enfrentarán en una encrucijada personal un domingo cualquiera.

Para comenzar la charla, Mariana nos platicó cómo es que nació este relato acerca de tres chicos que parecen estar rotos y sin rumbo en su vida. “Me motivó el querer retratar esta etapa de vida, de esta juventud sin limites que no dimensiona los peligros y vive en su burbuja. Quise captar eso en mis personajes además de esa búsqueda en medio de la sensación de no tener un rumbo definido en la vida. Escribí la historia a mis 25 años, acababa de terminar la maestría, justo en un momento en el que no sabía qué camino tomar en mi vida y para mí hacer Fractal nace de una motivación auténtica y muy genuina. Cuando vi que el relato giraba alrededor de estos tres amigos en busca de Mónica (Ximena Romo) y que alrededor de ello enfrentaban toda su situación de vida, no dudé en decir ‘la vamos a hacer’ y me lancé al ruedo.”

Mariana González y Juan Carlos Huguenin en el GIFF 2020.

Por su parte, Mario Moreno nos contó qué fue lo que le atrajo de este proyecto, así como los retos de poder hacer a Fede en Fractal.Desde que leí el guion me gustó mucho la profundidad de los personajes de Mariana y su situación, esa búsqueda de la conciencia a través de la inconsciencia social. En el proceso de hacerlo fui muy de la mano con la directora que me permitió mucho jugar, explorar, hacer trabajo previo que fue desde hacer ensayos hasta proponerle una biografía de mi personaje y fue eso. Una vez que te vas soltando en esas prácticas y entras al proceso de llegar al set, ella tenía una visión muy clara. Es una realizadora que te escucha, me dejó proponerle cosas, algunas que sí aceptó y otras que no. Todo eso aunado a la gran fortuna de participar con grandes actores que están presentes, que te dan mucho y con los que fuimos creando entre todo el equipo.”

Construir a su personaje, uno de los tres protagonistas del filme, fue algo que lo llevó a tener cosas en común con su papel así como algunas otras que, gracias a su rol, tuvo oportunidad de darles voz durante su proceso creativo. “Si hay cosas con las que me identifico con Fede pero también las relaciono con la juventud en general que tenemos. Somos creadores jóvenes  y de repente como el buscarle rumbo a tu vida hubo cosas que no son de Fede que el personaje se las dio a mi persona, Mario, y que las tuve que transmitir. Creo que eso es lo bonito, ponerte en los zapatos, en la situación y crear. Quería saber más de los protagonistas, conocerlos y este punto de enfrentarlos a una situación límite que les diera una sacudida para ver qué pasaría con ellos.”

Mariana también habló de algunos de los retos que enfrentó al llevar a cabo esta cinta, como la edad del equipo de grabación. “Éramos un crew bastante joven y creo que por eso estábamos en el mismo canal. De hecho, yo era la más joven salvo por Ruth, que es un par de años más chica. De pronto estaba ahí, la joven directora y con todos teniendo un poco más de experiencia. Tuve que encontrar mis herramientas para poder dirigir al equipo siendo la más chava y enfrentar ese reto fue muy bueno.”

Mariana González en el GIFF 2020

De las cosas más interesantes de esta ópera prima de González es ver mas allá del relato de la juventud rota, percibir esa sociedad sin rumbo que, en la actualidad, parece permear al país. “Creo que hay un paralelismo en la búsqueda de estos personajes con México como nación. Somos una nación de jóvenes que todavía estamos buscando nuestro rumbo en el que todavía estamos tomando malas decisiones como país y creo que la cinta es un reflejo de la realidad en que vivimos. La paranoia colectiva de cuando alguien desaparece y la falta de confianza en las instituciones, fuera del cuento de juventud donde radica la problemática de estos chicos, también retrata esos problemas reales en el contexto que vivimos hoy en día», afirmó la joven directora y guionista.

Y es que es innegable percibir cómo cada uno de los protagonistas representa cierta postura social. “Marco (Juan Carlos Huguenin) es la indiferencia social, el wey que no va a hacer nada y que está a toda madre en su zona de confort. Por otro lado, Tamara (Ruth Ramos) es un poco la brújula, la que lleva el timón de ellos en esta búsqueda. Y Fede (Mario Moreno) es este personaje súper intenso que siempre cree que algo malo está pasando y que, con los comentarios que dice en el filme, tiene muy clara su postura de inconsciencia social con la predisposición de que estamos solos y nadie nos puede ayudar ante problemas de esta magnitud.”

Ruth Ramos y Mario Moreno en Fractal

Esa es otra de las virtudes en el proyecto que llamaron la atención de Moreno, estos aires de crítica a la actualidad de la sociedad a través de estos jóvenes sin rumbo que llegan a tocar temas interesantes. “Se menciona mucho el ahora, el cómo está la situación, todos nos podemos proyectar en algo porque lo vivimos día con día. El otro día platicábamos de cómo los mismos espectadores van creando su mapa y conclusiones propias y todo va siempre a algo como ‘la violaron, la mataron, la secuestraron’. Como sociedad es lo primero que nos imaginamos y nos alertamos. Son temas que pueden no ser el núcleo de este relato pero si habla de esas cuestiones y de cómo por lo perdidos que estamos no hemos encontrado la forma de darle un avance o solución a estas problemáticas. Esos tintes de crítica social/política me gustan mucho en Fractal. Como mencionaba Mariana, esa falta de seguridad que tenemos en la que dudamos de marcarle a las autoridades y que se han convertido en estereotipos negativos donde solo va a ganar uno por un lado y muchas veces es el Estado. Ese mensaje es interesante porque nos motiva a alzar la voz para darnos cuenta de que necesitamos crear algo mejor. Tomar mejores decisiones desde el momento en que votamos hasta el cómo trabajamos con nosotros mismos como sociedad”, declaró el actor.

Levantar una ópera prima siempre cuesta mucho trabajo. Mariana González confesó que más allá de otros temas, hubo dos cosas que si fueron sus retos más grandes detrás de este filme. “Siempre hay obstáculos pero en el caso de Fractal creo que fueron más el tiempo y el dinero. Tal vez todos los cineastas se enfrentan a eso en pequeña y gran escala pero nosotros siempre íbamos corriendo. Aquí era no perder el norte de que la historia se tenía que contar de principio a fin y mantener íntegro lo que estaba en el guion. Si tuvimos que sacrificar no algunas escenas sino emplazamientos de cámara ya que a veces solo lográbamos grabar la mitad, así que esa cuestión de las prisas y el tiempo si fue un buen reto.”

También, la talentosa directora relató el más grande lío personal que enfrentó al hacer Fractal, algo que va de la mano con la fragilidad de sus propios personajes y de la misma juventud que retrata. “Fue un reto el tener la seguridad en mi misma de decir ‘ok soy la más joven del grupo’ pero a final de cuentas soy la directora. Tener esa confianza para no dudar de mi rol porque si tuve momentos en que tuve dudas, cuestiones de quién iba a saber más que yo, que escribí la historia y tenía la visión muy clara pero si llegué a pensarlo y creo que todos pueden relacionarse con ello, con esos momentos de duda.”

Si la ópera prima funciona es gracias a la química entre los tres actores principales. Mario Moreno nos relató cómo es que se dió este encuentro que derivó en lo que vemos en la pantalla. “Los primeros días grabamos todas esas sesiones de estar en el coche, donde estábamos los tres todo el tiempo y creo que ahí fueron saliendo ciertas cosas. No los conocía de antes pero así comenzó este proceso donde fuimos creando una relación para que tampoco se sintiera como un vacío de que estos tres se acaban de conocer y pónganse. Del lado de los actores siempre fue un equipo que nos preocupábamos, estábamos presentes pero también teníamos un ambiente padrísimo con el crew. Y acá tambien, aunque Mariana como directora tal vez tenía otra idea en su cabeza de lo que hacíamos, no se contagiaba ese estrés sino que todos fluimos y trabajamos en equipo. Incluso a Ximena (Romo) que estuvo poco tiempo compartiendo el set, le aprendí muchísimo de su profesionalismo y entrega que tuvo. No tenemos que olvidarnos de que actuar es jugar y estar presentes. Eso es algo que nos regaló Mariana que estuvo increíble.”

Para cerrar la plática con estos dos talentos del filme, nos comentaron acerca de lo que se puede hacer para que la juventud cambie la forma del país, uno que puede estar tan roto como los personajes de la cinta. Mariana afirmó, tajantemente: “Esta bien que la juventud esté en búsqueda porque de eso se trata esa etapa. No sabes quien eres o que hacer y por eso te lanzas a la vida con curiosidad, con hambre y ya que pasan los años y maduras te das cuenta que hacías cosas que ya no harías. Empiezas a dimensionar de mejor forma, te sales de tu burbuja y listo. Creo que la juventud está en lo correcto en esa época. Y lo que podemos hacer como sociedad es tener una visión común. En un nivel político lo que nos ha destrozado es que no se piensa a largo plazo. No hay un plan ni una idea de dejar un legado fuerte. Lo vemos, por ejemplo, con la caída de la línea 12 del metro. Me puse a pensar en la mediocridad de la gente que la construyó, que en lugar de decir o pensar en el orgullo que puede representar el dejar ese pequeño acto sea vencido por la deficiencia de ahorrarse unos pesos en lugar de pensar en la construcción de una sociedad chingona, que dure y de la cual estemos orgullosos. No hay más que cambiar ese chip a nivel sociopolítico, dejar las motivaciones a corto plazo de lado para pensar en qué México queremos convertirnos, preguntas que también te planteas cuando eres joven. Qué voy a hacer, a dónde quiero ir. Esos cuestionamientos los pasé justo cuando escribí Fractal.”

Por su parte, Moreno complementó con su visión acerca de lo que se puede hacer para mejorar la situación fragmentada de nuestro país. “Me parece que nos falta empatía. Está esta frase famosa de ‘el que no tranza no avanza’ y vivimos así en muchas cuestiones de la sociedad mexicana. Entonces el chiste no es ver en que te vas a beneficiar tu sino en ver hacia fuera en lo que puedas. Tampoco podemos generalizar porque mucha gente a diario va y se rompe la cara por este país para que trate de tomar un rumbo diferente. Pero si seguimos sin generar esa auténtica preocupación por el que está al lado de nosotros, comenzando desde el núcleo familiar donde muchas veces los valores y las rupturas vienen desde ahí. Muchas veces olvidamos eso y olvidamos que el escalar también es en equipo y no ver a quien te friegas para llegar a donde quieres”, concluyó.

Fractal sigue en salas del circuito cultural, mostrando el potencial de una ópera prima que ofrece interesantes reflexiones en un relato existencialista de una sociedad fragmentada y una juventud perdida.

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