King’s Man: El Origen (Reseña)
En 2014, con el éxito que obtuvo en Kick-Ass (2010) y la primera entrega de los orígenes de los X-Men, Matthew Vaughn adaptó en la pantalla grande un cómic que probablemente hizo a muchos desear su primer traje a la medida, si tan solo fuera la mitad de sorprendente que es para los agentes de Kingsman: el servicio secreto. Con un variado elenco de primera, en esa película de acción y espías, se encuentra una de mis escenas favoritas de golpes coreografiados de la década; luego tuvo una secuela en 2017 con tintes menos malthusianos (Thanos aprueba) que su antecesora, que entre comedia y sátira también redime cierta preocupación ante la legislación de drogas en el mundo.
Ahora, cuatro años después, la agencia de inteligencia independiente vuelve con otro elenco de primera para contarnos su nacimiento. King’s Man: El Origen es el desarrollo de un breve diálogo en la primera película, para situarnos en la historia del primer Arthur, llíder del grupo: Orlando Oxford (Ralph Fiennes), el aristócrata que pierde a su esposa en los primeros minutos de la película y desarrolla una enferma obsesión en sobreproteger a su hijo Conrad (Harris Dickinson).
Situada en los primeros años del siglo pasado, se aprovechan elementos históricos de la época para desarrollar un complot de talla internacional y situar a nuestros personajes estratégicamente en varios de momentos cumbrre. La Gran Guerra, en esta historia, deriva de una cadena de acciones planificadas por un villano oculto que tiene entre su séquito a infiltrados de diferentes nacionalidades, con cercanía a reyes, zares y presidentes: desde un nervioso Gavrilo Princip (Joel Basman) que asesinó al archiduque Francisco Fernando de Austria y un maravilloso Rasputín (Rhys Ifans, a quien pronto veremos en House of the Dragon) que se roba la pantalla cuando aparece.
Como la historia nos cuenta, la Primera Guerra Mundial fue inevitable como la Revolución rusa se atisba con los tovarisch que son un divertido guiño (o no) para los seguidores de la historia con H mayúscula. En ese sentido, los juegos de poder y las maquinaciones entre sus ajedrecistas recuerda a Sherlock Holmes: Juego de sombras (Guy Ritchie, 2011).
El humor ácido que caracterizó a sus primeras entregas está más controlado pero no deja de estar presente. Las escenas de acción surten un efecto divertido al excluir los dispositivos tecnológicos que tendríamos en el presente y sin lugar a dudas mantienen la esencia de quienes serán sus descendientes en la organización, incluyendo guiños al simil norteamericano. Curioso que sea un ejercicio similar al que tuvo en X-Men: Primera generación (2011).
En actuaciones no solo destaca el Rasputín de Rhys Ifans, también Polly (Gemma Arterton) la empoderada nana le da ese toque moderno y Tom Hollander interpreta a tres personajes al mismo tiempo porque eran primos. Ralph Fiennes indiscutiblemente es el protagonista por lo que es capaz, pero más destacable aún son las apariciones de quienes conformarán a cada uno de los caballeros Kingsman para acompañarlo en el futuro (espero) y dejaré como grata sorpresa para los últimos momentos del filme.
Sin lugar a dudas, una divertida forma de cerrar el año o de arrancar el 2022 en el cine será con esta precuela que anticipa una continuidad al mundo de las novelas gráficas de Mark Millar en el cine y como ha sido hasta ahora, con un reparto de lujo y una frescura irreverente de presentarnos a sus personajes. Si no le has dado la oportunidad a sus antecesoras, es un buen bisquet de entrada y los guiños pueden quedar para otro día.
FICHA TÉCNICA
Título Original: The King’s Man
Director: Matthew Vaughn
Año: 2021
Actores: Gemma Arterton, Ralph Fiennes, Harris Dickson, Djimon Hounsou, Rhys Ifans
Estreno: 30 de diciembre de 2021.
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