Trajes con historia: así se creó el vestuario de «King’s Man: el origen»

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Los fans de la franquicia Kingsman ya no tienen que esperar para disfrutar KING’S MAN: EL ORIGEN. El 30 de diciembre llegó a los cines la esperada nueva entrega de la saga que ya incluye KINGSMAN: EL SERVICIO SECRETO, estrenada en 2014, y KINGSMAN: EL CÍRCULO DORADO, estrenada en 2017.

Dirigida una vez más por Matthew Vaughn, la nueva película transcurre a comienzos del siglo XX y descubre los orígenes de la primera agencia de inteligencia independiente, creada cuando un grupo de los peores tiranos y genios criminales se reúne para planear una guerra que hará desaparecer a millones. KING’S MAN: EL ORIGEN está protagonizada por Ralph Fiennes, Gemma Arterton, Rhys Ifans, Matthew Goode, Tom Hollander, Harris Dickinson, Daniel Brühl, Djimon Hounsou y Charles Dance.

La nueva historia brilla en pantalla con una reconstrucción de época impactante en la que se destaca especialmente el vestuario. La reconocida diseñadora de vestuario Michele Clapton, ampliamente conocida por su trabajo en la serie Game of Thrones y responsable de las extraordinarias creaciones para el film, cuenta un poco del detrás de escena de su proceso de trabajo.

EL TRAJE HACE AL HOMBRE

Una de las tareas centrales de Clapton al embarcarse en el proyecto fue crear los looks de Orlando Oxford (Fiennes) y Conrad Oxford (Dickinson), la dupla de padre e hijo que protagonizan la película. “El Orlando de Ralph es muy tradicional y, por ende, muy de la época. El Conrad de Harris tiene una onda más de avanzada, más joven”, cuenta Clapton. Para el personaje de Conrad se crearon ocho trajes a medida. Dice la diseñadora respecto de Conrad: “No quería que tuviese un aspecto altivo y presuntuoso. Sus trajes los hace un sastre moderno. Conrad viste de chaqué, de modo que la chaqueta tiene ese largo tan bonito, con tres botones, y los pantalones son angostos y de tiro alto. Y Harris tiene un porte extraordinario. Cuando lo vi entrar pensé «¡Ay, gracias a Dios!». A veces hay actores brillantes que no tienen el tipo de cuerpo apropiado para la época, pero él sí”.

 

En cuanto al Oxford de Ralph Fiennes, los trajes son un poco más tradicionales y revelan mucho de su carácter. Como explica Clapton: “No quería vestirlo como el «lord de la mansión». Quería que se sintiera muy cómodo en el campo. La paleta de colores era importante, es más bien de colores fríos. Aunque hay marrones, son marrones más fríos. Tampoco quería representarlo siempre como un caballero de campo, así que también tiene trajes, lo que indica que en el campo también se hacen negocios, y que él no es una especie de aristócrata terrateniente. Luego, cuando va a la ciudad, también se viste bien. Hay un cierto rigor en su vestimenta. Sus corbatas están puestas de una manera muy precisa”.

DAR VIDA A UN VILLANO ICÓNICO

La película también presenta al legendario Rasputín, interpretado por el actor galés Rhys Ifans. Para Clapton, transformar a Ifans en el icónico místico ruso fue tan divertido como desafiante, ya que por un lado quería ser fiel a lo que usaba él en la vida real, y por otro sumar algunos detalles originales que enriquecieran el look del personaje. “Obviamente, investigamos a Rasputín y es bastante parecido a cómo se vestía él, con esos abrigos largos y las botas rusas. Pero le agregamos un par de cosas que le dan un poco de mayor envergadura cuando lo vemos por primera vez. Le pusimos un gran abrigo de piel con cuello de piel y un sombrero enorme, lo que lo hace más imponente”, describe Clapton.

Ifans, por su parte, cuenta: “Michele le puso muchas pieles en una escena, y parece como un oso, un animal, una criatura del bosque, salvaje. Y luego eligió una vestimenta más ajustada y sacerdotal. Pero le agregó algo especial. Es un vestido en forma de campana, que queda exquisito en cámara, especialmente en las escenas de lucha porque se mueve como las polleras de los derviches giradores”.

UN ACTOR, TRES HOMBRES

Como se trata de una historia de ficción entrelazada con acontecimientos históricos reales, Rasputín no es el único personaje histórico presentado en la película. La trama cuenta con la presencia de tres monarcas legendarios -el rey Jorge V del Reino Unido, el zar Nicolás II de Rusia y el káiser Guillermo II de Alemania-, todos están interpretados por el actor Tom Hollander. Para Clapton, esto presentó un desafío único, ya que los personajes debían diferenciarse de manera notoria a través de su vestuario. La diseñadora y su equipo se apoyaron en fotografías y filmaciones de principios de siglo para crear los trajes de los monarcas. Hollander quedó impresionado con lo que lograron: “Para hacer los tres papeles, lo más importante es la transformación física, y todo el crédito va para el departamento de vestuario y para el departamento de maquillaje. Pasaron mucho tiempo para desarrollar estos tres aspectos diferentes y distintivos. Hicieron unos trajes espectaculares e históricamente fieles para los tres personajes. Mi contribución fue cambiar el lenguaje corporal y la voz”, señala el actor.

RIGUROSIDAD MILITAR

La fuerte presencia que tiene la Primera Guerra Mundial en la historia requirió que el equipo creativo del film convocara al especialista militar Alex Fordham para apoyar a Clapton en el proceso de creación de los uniformes de soldados, especialmente, los de las tropas de asalto alemanas. Relata Fordham: “Eran soldados de infantería que tenían un método especial de ataque, pero gran parte de la leyenda que se generó a partir de eso está adornada. Fue claro que íbamos a usar parte de esa leyenda además de la autenticidad para crear algo con un poder dramático peculiar. Y eso incluyó cambiar un poco los colores, el armamento y las condecoraciones, lo que dio más impacto a la imagen. Encontramos unas pinturas extraordinarias de Otto Dix, hechas durante la Primera Guerra Mundial, imágenes de calaveras con extrañas capas andrajosas y cascos, unas ideas muy fuertes. Y nos nutrimos de eso, en lugar de simplemente mirar una foto de un soldado con su bolsa de granadas”.

Además de tomarse estas licencias creativas, el equipo también decidió que crearía gran parte de la vestimenta de las secuencias de multitudes, con el objetivo de que luzca nueva y resplandeciente. “Todos los sombreros, los cascos, las joyas, los zapatos fueron hechos especialmente para la película porque a Matthew le gusta que todo se vea extraordinario, hasta el más mínimo detalle. Cuando alquilas un traje, especialmente los uniformes, en general ya los usaron muchas veces a lo largo de los años y suelen estar un poco raídos”, observa Fordham. El equipo, entonces, creó todos los uniformes austríacos y rusos, y gran parte de los británicos, incluyendo detalles dorados, todas las condecoraciones, las medallas, los galardones y las fajas. ¿El resultado? Un impacto visual único que enriquece las escenas de manera extraordinaria.

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