Gustavo Moheno: de estafas, golpes y lecciones para canallas

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El realizador y guionista Gustavo Moheno está de regreso en la gran pantalla con su nuevo largometraje, Lecciones para Canallas, una cinta en la que mezcla un poco de comedia con el drama familiar y unos tintes del cine clásico de estafas. Unplugged News tuvo el gusto de charlar con el cineasta dentro del marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en la que presentó su proyecto por primera vez ante el público asistente y nos contó más acerca de este próximo estreno.

«A mí y a mi socio, Ángel, siempre nos han gustado las películas de estafadores, es un género que nos gusta mucho. Desde niño me acuerdo que vi El Golpe con Paul Newman y Robert Redford y me dejó con la boca abierta pues era una estafa donde no esperas quién es el estafador. Esa cinta me marcó muchísimo. Otra influencia que que vi muy chavo fue Luna de Papel de Peter Bogdanovich y desde ahí me han gustado mucho ese tipo de películas. Hay muchísimas que me ayudaron a aterrizar la idea como The Grifters o Nueve Reinas, que es la reina de este tipo de género hablando de cine latinoamericano. Entonces, nos planteamos un día hacer un proyecto así justo después de Eddie Reynolds. La idea fue creciendo finalmente hasta que decidimos que lo mejor era crear una expectativa en la trama que al final te sorprendiera más que por el tipo de estafa. Optamos entonces por inclinarnos más por la parte emocional de los personajes, esa fue la apuesta, ahora toca que el público decida si se logró o no», comenzó explicando Moheno el génesis del relato.

Una parte curiosa es la cuestión del tono en Lecciones para Canallas pues aparenta ser una comedia típica mexicana pero se va convirtiendo en algo más serio, en la aceptación de una hija por su padre y viciversa. Al respecto del uso de varios géneros en su filme, Moheno dijo: «A mi me gustan las películas que los mezclan, porque hablan de algo muy distinto. Hostal, de Eli Roth por ejemplo, empieza como una película casi de comedia de spring breakers con tanto desmadre y acaba con un festín gore. También adquiero la idea de hacer una comedia, pero hay momentos que va girando hacia el drama porque toca puntos importantes sobre las relaciones familiares, la moral y la ética que tenían que tratarse con seriedad. Tampoco es que el relato caiga en el dramón total, pues finalmente es ligero. Pero ese tema que está si se tenía que tratar con la debida seriedad, no podía ser todo chistoso».

Sin embargo, el realizador admite que esta combinación puede ser un tanto arriesgada. «A mi me gusta eso, no sé el público que va a pensar. Es interesante que te metas a una comedia que veas muy desaforada y que veas que se empieza a ir por otro lado que no te esperabas. Al juzgar por la reacción del público que la ha visto al momento, creo que está bien. No entraron a conmoverse, entraron a reírse y salieron conmovidos«, afirmó.

También nos habló del proceso de casting, recordando lo arduo que fue encontrar a sus ‘canallas’ titulares, Joaquín Cosío, Diana Bovio y Danae Reynaud. «Cuando empezamos a escribir la película, teníamos en mente otros actores que participarían en el proceso pero en el momento en que realmente empezamos a armarla que nos dimos cuenta que no era lo ideal, así que tuvimos que salir de la caja para ver más opciones. Fue muy interesante porque cambié mis ideas preconcebidas de la gente que quería involucrar y yo mismo me fui sorprendiendo de ir encontrando los actores y actrices idóneas para los personajes. Hoy pienso que no había mejor elección para Barry el Sucio que Joaquín, además de que Danae y Diana estuvieron espléndidas, pero si fue algo que se fue dando», explicó.

Desde su debut en largometrajes con el remake de la clásica Hasta el Viento Tiene Miedo (2007) hasta llegar a este tercer largometraje, Gustavo reconoce que ha crecido bastante en su proceso como director y guionista. «Si existe una evolución de mi parte en el sentido de que cada película te da más callo, entonces aprendes a lidiar con la producción, el tiempo de rodaje, la misma reacción de la gente que la va viendo, tanto los productores como el público. Ya el camino recorrido te ayuda a saber un poco qué es lo que va a pasar, pero siempre es una aventura, cada película es una nueva experiencia, una apuesta. Al final del día sigo aprendiendo, cada proyecto es una linda lección», manifestó el también guionista mexicano.

Curiosamente, sus filmes han tocado un tema que resulta constante que es la cuestión de los problemas entre padres e hijos. «No estoy clavado en el sentido de que estoy haciendo cine de autor aunque siempre se cuela algo del artista ahí. Vengo de un hogar fracturado, mis papás se divorciaron cuando yo era un niño, tenía dos años cuando sucedió, entonces siempre me hizo falta la imagen paterna.  Y si, es algo que está reflejado en Hasta el Viento Tiene Miedo y Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero. Existe la presencia de estos personajes huérfanos que están en busca de sus padres y de su identidad, pero es algo inconsciente, para mi han sido estrategias dramáticas para construir las historias, pero ahora que lo reflexiono, porque traigo otro proyecto ya en ciernes, me doy cuenta que si estoy repitiendo esto otra vez, pues trata de otra chava buscando a su papá. Ahí tendría que hablar con mi psicólogo de qué trauma estoy sacando», confesó entre risas Moheno.

Finalmente, el director mexicano expresó lo que, para él, es ser un canalla en este país. «Creo que todos tenemos algo de ello. En sí, México es muy canalla. Me di cuenta que era realmente mexicano cuando hice un viaje a Japón y vi a un señor borrachísimo que salió de un bar, se cayó ahí en la puerta del lugar, se quedó sentado y traía la cartera llena de billetes y la gente pasaba y la cartera seguía en su mano. Esperaba que alguien llegaría a chingarle la cartera. Cuando no sucedía, me di cuenta y pensé ‘puta madre, soy mexicano’, porque estos japoneses nunca pensaron en eso, al contrario, una pareja le ayudó a subirse a un taxi. No creo que haya que celebrarlo, eso de que la corrupción es endémica, no es cierto y tenemos muchas broncas por eso«, reflexionó.

Además, agregó: «Un canalla es el que siempre se quiere salir con la suya, por ejemplo, la gente que se cuela al cine porque se puede colar, no porque le falte dinero o si tienes la oportunidad, te robas un café o un pan. Somos un canallas en ese sentido los mexicanos. Por otro lado, me acuerdo de mis amigos en la primaria y cómo el 50% de sus papás no estaban en sus vidas. Si hay algo ahí que parece inherente. Habemos muchos canallas en este país y esta es una manera de reflejarlo, mediante el cine«, concluyó.

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