‘Blonde’: Ana de Armas y el tormento de ser Marilyn Monroe
Marilyn Monroe es una de las figuras que más fascinación causan a pesar de que han pasado ya más de 6 décadas desde su aún polémica muerte. Todo aspecto de su vida y de los efectos que generó tras su deceso sriven al arte como fuente de múltiples obras que buscan dar miradas distintas al público sobre la rubia más famosa de la historia.
Y es con Blonde, la nueva cinta de Andrew Dominik, protagonizada por Ana de Armas, que una visión más terrorífica a la vez que trágica asoma para postularse a distintas nominaciones a los principales premios. No obstante, ¿qué se puede encontrar en esta película que ha causado tanto impacto?
Basada en la novela homónima de Joyce Carol Oates, la cual es una obra semi ficticia sobre la emblemática actriz-modelo, Blonde cuenta la historia de Norma Jeane Mortenson, quien a la postre sería Marilyn, mostrando con crudeza su traúmatica infancia, sus dramas amorosos a través de sus matrimonios con la leyenda del béisbol Joe DiMaggio, el escritor Arthur Miller o de su relación con Charles Chaplin Jr. y Edward Robinson Jr, además de sus adicciones, el abuso de la industria e incluso, retratando su relación con el presidente John F. Kennedy.
Dominik, quien se ha ganado renombre por cintas como El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford o Killing Them Softly, desarrolla este relato a cocción lenta, incomodando por imáganes explícitas y dotando de belleza con una fotografía que pasa del monocromo al color, a cargo de Chayse Irvin.
Es curioso como la recreación de la época es acertada en los sets, los anuncios, los estudios de televisión y hasta en los vestuarios de los diversos personajes que construyeron la historia de Monroe pero que, irónicamente, han faltado varios de los vestuarios de la protagonista, así como de un lunar que desaparece y aparece en diversos lugares que los más meticulosos podrán aquejar.
Este retrato lleva a la extenuación al público, ya que durante 3 horas se vive con pocas pausas el sufrimiento que Norma Jean vivió. Se trastoca un tanto esa tendencia de los biopics a finales felices para entregar una narración que desmitifica una figura que muchas veces se toma como uno de los rostros de la felicidad que ofrece Hollywood y el ascenso mediático a la estratosfera, todo con la intención de señalar la soledad que llega como precio pagado para la inmortalidad a la que se aspira sin saber las consecuencias.
Ritmo impredecible, donde los momentos de tranquilidad chocan con secuencias trágicas, referencias sútiles a las diversas películas que filmó y también adaptaciones a puntos temporales icónicos que animarán al visionado de esas cintas o al menos, al de esas estampas presentes.
La manera en que se filma cada escena retrata el voyeurismo que siempre imperó en la existencia de la icónica mujer. Ese morbo está llevado de tal manera que el estrés, desesperación y hasta terror quedan como restos de lo que se acaba de ver en más de 160 minutos. Siempre con lujo de detalles que no dejará indiferente a nadie.
Las actuaciones son de primera categoría. Bobby Cannavale como DiMaggio, Adrien Brody como Arthur Miller, Julianne Nicholson como Gladys Pearl Baker (madre de Monroe), Evan Williams como Edward G. Robinson Jr. o Xavier Samuel como: Charles Chaplin Jr, acompañan de buena manera a una Ana de Armas que ofrece la actuación de su carrera, ya que demuestra todo su abanico actoral al pasar de una cálida sonrisa al horror producto de sus propios traumas.
Habrá que indicar que la brutalidad y los elementos oníricos no contrarrestan un ritmo pausado que puede alargar toda la experiencia a grados desgastantes e incluso tediosos para quienes no estén acostumbrados a estas propuestas. Esto puede ser un punto de debilidad para un relato que también podrá cuestionar al cineasta al ser quien aproveche de esos fotogramas sin tapujos que tanto acusan a la audiencia y toda la maquinaría hollywoodense.
Con esto, Blonde es un viaje desgarrador, un señalamiento a todo un cúmulo de demonios de la vida real que acechan a quienes han vagado en busca de de habitar entre las estrellas de la cámara, quienes sacrifican su esencia para mantener en existencia a los alter egos que ocultan los tormentos que podrían helar la sangre.