‘Toro Salvaje’: boxeo a la Scorsese-De Niro
Las cintas relativas al deporte poseen un encanto especial debido al mensaje de motivación, autosuperación y de una adrenalina que deja su huella en el espectador. Sin embargo, ¿qué pasa cuándo un director como Martin Scorsese con un elenco encabezado por Robert De Niro y Joe Pesci plasman en la pantalla grande la vida de un legendario a la vez que controvertido boxeador como Jake LaMotta? el resultado: una cinta llena de crudeza, cinematografía de alto nivel así como un poderoso guión junto a una edición que solo la legendaria Thelma Schoonmaker puede lograr
Aprovechando que Cinemex trae 4 grandes clásicos de la dupla entre director y estelar, toca hablar del primero de estos reestrenos, mismo que le dió a Shoonmaker su primer premio Oscar, a Robert De Niro su segunda estatuilla (la primera como Actor Principal), la primera nominación como Mejor Director a Martin Scorsese y la primera como Mejor Actor de Reparto para Joe Pesci.
Jake la Motta, un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey. Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico muy violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, alcanza el éxito, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor debido a sus contantes salidas nocturnas con otras mujeres; por otro, la mafia lo presiona para que amañe combates.
Tras una década de 1970 de grandes emociones, que incluyó la Palma de Oro en Cannes, años de fiestas, drogas, agotamiento que desembocó en una hemorragia interna en 1978, Martin Scorsese encontró en el guión de su inseparable guionista Paul Schrader y la insistencia de su actor fetiche Robert De Niro la motivación para realizar esta biopic con la que el director se había sentido identificado.
Jake La Motta, campeón mundial de peso medio en 1949, era un boxeador que había llamado la atención por una vida llena de violencia, celos, adicciones pero sobre todo, por una historia que daba múltiples vueltas que lo llevaron a ser standupero y dueño de restaurante. Una película retratando todo esto podría dar una nueva página a este relato que también serviría como renacimiento para Martin tras el fracaso que supuso en 1977 el musical ‘New York, New York’.
El proceso requirió de la ayuda de De Niro quien, como siempre, se comprometió de lleno para ponerse en forma y aprender del propio La Motta el arte pugilístico. Pero, el proceso de este proyecto no fue sencillo: 22 semanas de filmación de las que se dedicaron 10 para los combates, 3 meses de espera para que el actor protagonista ganará 30 kilos para dar vida a Jake en su etapa post boxeo y un proceso de reelectura del guión para quitar los fallos que encontraban en su segunda incursión la dupla Scorsese-Schrader.
Es impresionante el riesgo que el cineasta corrió en la única ocasión que rodó en blanco y negro. Con dudas por ser calificado como «pretencioso», Scorsese acierta con esto para centrar la atención a los personajes, alejando del color del ring, de los restaurantes y las calles. Michael Chapman realiza una labor espectacular en este rubro, reconocida con una nominación a Mejor Fotografía en los Oscar.
También se destaca una dirección de cámaras en conjunto con una edición espléndida de la editora Shoonmaker para configurar un relato duro pero emocionante, que aprovecha al máximo la labor de maquillaje que transforma a De Niro en una versión muy cercana a la persona en la que se basa todo. Los combates lucen con lujo de detalle, las tomas y movimientos de cámara elevan las expresiones de cada participante, explorando visualmente su psicología, su personalidad e incluso, pareciera que miran al espectador como si de un reproche silencioso se tratará a los juicios que se hacen.
El guión es directo, frontal, sin intenciones de ensalzar o justificar al problemático deportista. A La Motta se le muestra violento, ansioso por la aceptación, hambriento por el reconocimiento, temeroso de que su hermano Joey (manager y fiel escudero) así como su esposa Vickie (interpretada maravillosamente por Cathy Moriarty, nominada Mejor Actriz de Reparto por este papel) lo abandonen por sus arranques de ira.
Esos silencios dan la pausa y volumen narrativo a una obra que se recrudece escena a escena, demuestran una solidez para contar la historia, misma que se fortalece con una selección musical que incluye a Ella Fitzgerald, Benny Goodman, Frank Sinatra, Tony Bennett y hermosas piezas orquestales ejecutadas por la Filarmonica del Teatro Comunale di Bologna.
Obviamente, las actuaciones son superlativas. Robert De Niro está en su mejor época, redondeando una etapa gloriosa con interpretaciones de categoría como El Padrino Parte II o la propia Taxi Driver, encarnando con autenticidad la figura de Jake La Motta, haciendo suyo el papel; Joe Pesci demuestra que está a la altura como Joey La Motta, de carácter más liviano pero no por ello menos convincente; y por supuesto, Cathy Moriarty que ejemplifica muy bien la dificultad para las mujeres de separarse de esposos abusivos pero que al final, su fuerte carácter se impondrá para seguir adelante con la más acertada decisión.
Con todo esto, Toro Salvaje es una imperdible opción para acudir al cine, vivir de lleno la calidad que este clásico posee y que con cada visionado expande su legado a más de 40 años de su estreno.
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