Entrevista a Fernando Bonilla por «ARTE», la cautivadora comedia teatral sobre la fragilidad de la amistad

Escrita por la destacada dramaturga Yasmina Reza, Arte es una obra que cautivará al público mexicano por su aguda observación de las relaciones humanas y su profunda reflexión sobre el mercado del arte moderno.
Ha sido representada en importantes escenarios internacionales, incluyendo París, Londres, Nueva York, Madrid y Buenos Aires. La trama gira en torno a la fragilidad de la amistad a través del mundo del arte contemporáneo. Cuándo Sergio compra un lienzo completamente blanco por una gran suma de dinero, sus amigos Marco e Iván reaccionan con sorpresa y burla.
Esto desencadena una hilarante y a la vez profunda discusión que revela tensiones ocultas y cuestiona el verdadero significado del arte y la amistad. Con diálogos ágiles y agudos, Arte invita al público a reír, reflexionar y cuestionar sus propias percepciones sobre el valor del arte y las relaciones humanas.
Con mótivo de su temporada 2025 en el Nuevo Teatro Libanés, pudimos entrevistar a Fernando Bonilla quien es parte de un gran elenco integrado también por Alfonso Borbolla y Mauricio Isaac.
Jorge Méndez (JM): ¿Cómo llegaste a esta obra? ¿Qué fue lo que te convenció de entrar al proyecto?
Fernando Bonilla (FB): Llegué a Arte porque me llamaron Cristian Magaloni y Ana Kupfer. Recibí la invitación con una mezcla de emoción y sentido del destino. Es una obra que conozco desde hace muchos años, porque en 1997 mi padre interpretó el mismo personaje que ahora me toca a mí: Marco. Desde entonces quedó en mi memoria como un texto poderoso, con un humor fino y una profundidad emocional muy sutil. Me convenció no solo el libreto de Yasmina Reza, que es brillante, sino también el equipo con el que se armó este montaje. La posibilidad de contar esta historia de tres amigos a lado de dos extraordinarios actores que además son amigos míos muy cercanos. Sabía que iba a ser un reto, pero también una oportunidad de dialogar con el pasado y, de alguna forma, con mi papá.
JM: Cuéntanos sobre tu personaje y cómo ha sido trabajar en este papel.
FB: Marco es un personaje fascinante porque representa esa necesidad de tener certezas, de mantener la estabilidad a toda costa. Es el amigo que se siente sacudido por cualquier cambio, incluso si es tan simple —aparentemente— como la compra de un cuadro blanco. Trabajarlo ha sido como pelar una cebolla: capa tras capa descubres las inseguridades, el humor involuntario, la ternura y hasta lo ridículo de ciertas posturas humanas. Ha sido un viaje emocional y también un ejercicio de escucha con mis compañeros de escena, que son fundamentales para que todo funcione.
JM: El humor como motor de reflexión: ¿Qué tan complejo es trasladar la tensión a través de la comedia inteligente y un tanto oscura?
FB: Es un equilibrio delicadísimo. En Arte no estás buscando la carcajada fácil, sino provocar una incomodidad que se transforma en risa porque te ves reflejado. El humor surge del conflicto real, de lo que no se dice, de la ironía, y ahí está el reto: sostener la verdad del momento sin caer en la caricatura. Cuando lo logramos, el público se ríe, sí, pero también se queda pensando. Y ese efecto me parece muy poderoso.
JM: ¿Te has sentido identificado con alguna de las situaciones de la obra? ¿Qué tan frágil es una amistad en el mundo del arte?
FB: Definitivamente. Las discusiones aparentemente absurdas que se convierten en guerras personales… eso nos ha pasado a todos. En el mundo del arte, donde hay tantas subjetividades, egos y pasiones en juego, las amistades pueden volverse frágiles si no hay honestidad o si no sabemos aceptar el punto de vista del otro. Arte lo expone con una crudeza muy divertida: cómo algo tan abstracto como un cuadro puede desatar crisis profundas.
JM: Después de estar actuando en esta obra ¿Cómo podrías definir la palabra ARTE?
FB: Creo que Arte es aquello que nos confronta. No siempre nos tiene que gustar, pero si nos hace sentir, pensar o discutir, entonces ya cumplió su función. Y también es un espejo: a veces incómodo, a veces inspirador, pero siempre revelador.
JM: ¿Cómo ha sido la recepción de la obra?
FB: Muy buena. El público sale riéndose, pero también con preguntas. Me encanta cuando, después de la función, escucho conversaciones donde la gente debate si el cuadro es arte o no, o si Marco tenía razón, o si se han peleado con algún amigo por cosas similares. Esa es la magia del teatro: sigue viviendo más allá del escenario.
JM: Mensaje para el público
FB: Los invito a que vengan a ver Arte con mente abierta y corazón dispuesto. Es una obra que divierte, pero también toca fibras muy humanas. Y si al salir se quedan con una conversación pendiente, entonces ya valió la pena.