«La Balada de la Isla» (Reseña)
Una comedia melancólica sobre el arte, el paso del tiempo y los lazos que perduran.
¿Qué pasaría si tienes la oportunidad de reunir a tu dupla favorita de músicos para un concierto privado a costa de sus sentimientos? Dirigida por James Griffiths, La Balada de la Isla llega como una propuesta de comedia moderna que busca ofrecer algo delicado y honesto, para retratar el paso del tiempo, el arte y la necesidad humana. Todo esto con ayuda de sus protagonistas Tim Key, Tom Basden y Carey Mulligan.
La historia de esta película nos muestra a Charles, un ganador de la lotería que sueña con volver a reunir a sus músicos favoritos. Esto se hace realidad cuando logra reunir a los miembros de la banda en un concierto privado dentro de su casa de Wallis Island; y aunque algunas tensiones de los músicos regresan, Charles hará lo posible para salvar el concierto de sus sueños.
Es por ello que, uno de los grandes aciertos es que esta película se desarrolla en un entorno aislado, reforzando su tono melancólico, pues refuerza su metáfora visual y emocional. Los personajes pueden mirar hacia adentro sin distracciones y por tanto, la audiencia puede disfrutar el encuadre, ya que el paisaje ayuda mucho a fortalecer las emociones que intenta transmitir cada una de las escenas.
Griffiths apuesta por un ritmo pausado, que podría no ser del gusto de todos pero la calma permite sentir la historia. Es así como la película va revelando su tono, sin necesidad de explicarlo todo. Hay intención en los chistes, miradas y silencios, que refuerzan mucho el guión.
Uno de los mayores aciertos de La Balada de la Isla es su reparto. Tim Key encarna a un personaje entrañable, cuya excentricidad jamás cae en la caricatura al punto de dar ternura, mientras que Tom Basden y Carey Mulligan aportan capas de vulnerabilidad y madurez emocional. Sin necesidad de grandes gestos ni dramatismos excesivos, el trío principal consigue que nos involucremos emocionalmente con sus historias, incluso cuando los conflictos se mantienen sutiles y en segundo plano.
Como se mencionó, esta película no es para todos, quizá una persona de 20 años de edad, encontrará un mensaje diferente, o bien, esperará un final hollywoodense; en cambio, otras personas de mayor edad, pueden darle otro tipo de énfasis y mensaje.
Esta película no es una comedia ni un drama desgarrador. Es simplemente una pequeña muestra de que la vida sigue: a veces es buena, otras veces viene cargada de momentos duros. Pero al final, depende de cada uno decidir cómo vivirla.La Balada de la Isla encuentra belleza en la fragilidad humana, en los lazos que persisten a pesar del tiempo, y en el poder de una canción para recordarnos quiénes fuimos.
Por eso, este largometraje es ideal para quienes buscan una experiencia cinematográfica emocional y sincera. Una buena opción para ir al cine a partir de este jueves 24 de junio, gracias a la distribución de Cine Caníbal.
