«La última función de cine»: ¿Qué sucede cuando una persona se apasiona demasiado con algo?

Primero que todo, conozcamos el significado de la palabra “pasión” (y no hablando en terreno amoroso). Pasión es, según Wikipedia (del verbo en latín, patior, que significa sufrir o sentir) es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto, asi que, en palabras sencillas, pasión es la intensidad con la que amas algo, sin importarte si el mundo corre en contra o si en tu campo de posibilidades, llevas todas las de perder con ese algo.
Y hablamos de este tema porque precisamente en “La última función de cine” la pasión es el hilo conductor de todo, ya que narra la desventuras y aventuras de Samay, un pequeño niño hindú y su temprano despertar al arte del cine, pero no solo de lo que todos conocemos como cine, una pantalla y sonido, sino que, su curiosidad lo hace adentrarse en todo lo que va más allá de una película, la magia de la luz, los colores, el proyector y la música, cosas que quizás todos lo damos por sentado pero para Samay, el poder acceder a eso significa mucho sacrificio.
Samay es un niño al cual su situación de vida no lo detiene. Con un papá opresor golpeándolo todo el tiempo, y una madre que poco hace para defenderlo de los abusos de su padre, nuestro pequeño protagonista descubre en el séptimo arte un medio por el cual puede escapar de lo difícil que es la vida, su vida, así como también el escaparate perfecto para sus ansias de conocimiento, pues a lo largo de las casi dos horas de la película, este pequeño niño nos toma de la mano en un viaje pleno y hermoso sobre enamorarse, y no precisamente de una persona, sino de esto que es magia, de esto que el cine.
Los escenarios que acompañan las aventuras del pequeño niño no pueden ser más idóneos, pues delinean de manera perfecta cada una de las escenas, transportándonos al pueblo donde habita Samay y haciéndonos con ello parte de su historia. Un viejo cine con las paredes carcomidas por la humedad se transforma en un personaje más de la cinta, personaje al que le podemos descubrir cada pequeño rincón y que nos ayuda a identificar una vez más el estilo de vida que llevan las personas del lugar.
El talento del joven protagonista es innegable, ya que a pesar de su corta edad, el rango actoral que maneja es bárbaro, pues junto a él podemos sentir toda una gama de emociones cada que aparece en pantalla, tanto como por lo que él nos transmite con su mirada llena de inocencia, como también por lo que con su poder nos transmite cada vez que este tiene un acercamiento con lo que sea que tenga que ver con el cine.
De una delicadeza que sobresale en este tipo de películas, “La última función de cine” es un hermoso recordatorio para todos aquellos como nosotros que amamos este arte tan sublime que es el cine. Soltándonos un poco y yendo de la mano del pequeño Samay, será imposible no sentirse identificado con él, cuando con cada nuevo descubrimiento, la magia de la cinematografía va tomando sentido para todos.
Existen varias cintas que ya son legendarias y que sacuden nuestros sentidos y emociones pues su tema principal o hilo conductor es el cine, como lo es el caso de “Cinema Paradiso” que es una joya y que aborda este tema con una elegancia brutal y la cual mucha gente guarda en su top de mejores películas de la vida o “Los Fabelman”, la más reciente cinta del famoso y laureado director Steven Spielberg que narra casi como calcante su vida y obra, y que nos muestra como fue que él tuvo sus primeros acercamientos con este arte, pero creemos que sin temor a equivocarnos, que “La última función de cine” será quizás una de esas películas que se quedarán enraizadas para siempre en el corazón de todo aquel afortunado que tenga la oportunidad de disfrutarla. Pues no habla solo del descubrimiento de un niño por cosas nuevas, sino también de dejar atrás lo que sea necesario para poder cumplir un sueño.
Cómo conclusión, esta hermosa cinta nos invita a seguir luchando por aquello que nos parece correcto, a seguir defendiendo todo aquello que nos hace sentir vivos, y nos dice que lo que realmente importante en esta vida, es aquello que nos hace feliz.
“La última función de cine” es una joya en toda la extensión de la palabra, y lamentablemente las “Sala de arte” que hay en el país no son tantas como merece esta cinta, así que si en tu localidad tienes la oportunidad de verla, no la dejes escapar, pues son de esas oportunidades que solo se dan una vez en la vida.