Sara Seligman: de la criminalización y la violencia detrás del Coyote Lake
Una madre controladora (Adriana Barraza) y su hija (Camila Mendes) rentan cuartos para juntar dinero y poder cambiar sus vidas. Un día, dos criminales llegan al rancho y exigen hospedarse. Mientras Ignacio (Manny Pérez) se recupera de una herida de bala, Paco (Andrés Vélez) intenta tomar las riendas de la situación. Lo que estos hombres no saben, es que madre e hija esconden un secreto más oscuro y violento que ellos.
Esa es la historia de Coyote Lake, ópera prima de Sara Seligman, cineasta que en el 2019 realizó este filme donde habla acerca de una relación familiar tóxica, además de ser una especie de analogía de la violencia y la falta de responsabilidad social acerca de ciertos actos cometidos. En Unplugged News hablamos con esta joven directora acerca de la realización de este filme.
«La idea de hacerla se remonta hasta el año 2007, cuando aun era estudiante y tenía esta concepción de un corto que hablara de la relación a veces complicada entre madres e hijas. Con el tiempo, se quedó en el tintero hasta que unos años después di con una nota en el periódico acerca de una madre y su hija que eran cómplices de un crimen. Esto me llevó a pensar en esa historia que tenía y que ahora podría explotar, mostrando lo que podría pasar si empujaba al extremo esa complicidad, ese lazo pero llevado a mal», inició Seligman al contarnos de cómo se fue generando este relato.
«En ese entonces trabajaba yo en aspectos de la producción cinematográfica. Recién salía de la escuela y me di cuenta que si quería dirigir, tenía que crearme mis propias oportunidades y guiones. Así, me puse a trabajar en el guion pensando justamente en esos personajes que poco a poco se convirtieron en Teresa y Ester», continuó la directora, que tuvo la gran fortuna de dedicarse al cine desde que egresó de la universidad.
Para desarrollar este misterio, Seligman necesitaba el lugar perfecto que sirviera como escenario para esta historia de madre e hija. En su búsqueda, se encontró con una repuesta bastante particular. «Tenia que encontrar la región donde sucedieran estos hechos sin caer en los dilemas de una cinta de época y así evitar problemas de presupuesto. Por ello decidí que fuera una situación ubicada en el presente donde fueran complices sin que las atraparan. Y la inspiración para ello llegó gracias a otro artículo acerca del Lago Falcón en Estados Unidos, una región donde los carteles dominan. La nota hablaba acerca del asesinato de un hombre que era la pareja de la chica que declaró en el caso. Lo curioso es que la policía no pudo hacer la investigación debida ya que el narco controla esa zona, así que quedó sin resolverse», afirmó.
«Lo que me gustó de la locación que escogimos para desarrollar este relato de madre e hija es que me permitió analizar de alguna forma la situación de México y los efectos secundarios en la gente que no tiene que ver con el narco o de los migrantes que viven esta violencia día a día», anexó Seligman acerca del porqué este lago resultó ser el lugae indicado.
Aunado a ello, la realizadora hizo énfasis en la importancia que tenía para ella el mostrar esta problemática que surge a veces entre madres e hijas. «Las relaciones entre ellas son complejas pero existe en todas un cierto nivel de manipulación emocional, de codependencia entre ellas. Quería explorar esos elementos tomando en cuenta el estereotipo de la madre mexicana abnegada que se sacrifica por sus hijos y cómo esto lleva a la madre a controlar desmedidamente a sus hijos».
Para esta dinámica, tuvo la fortuna de encontrarse con la dupla de Adriana Barraza y Camila Mendes, que logran captar la esencia de esta curiosa pero enfermiza relación. «Ambas son excelentes actrices. Me alegra mucho que lograran tener una química tan especial que capturara al cien tanto la parte amorosa pero también el otro extremo. Honestamente era algo que no sabía si íbamos a lograr. Tuvimos solo tres semanas de filmación y ellas se conocieron apenas dos días antes de que comenzara todo. Asi que me encantó que fueran capaces de crear este vínculo muy orgánico», declaró Sara.
Otro factor interesante fue el contexto en el que Seligman grabó el filme, una época en la que los discursos políticos dejaban mal parado a la visión del mexicano en el país del norte. «Era una gran oportunidad para el filme porque existían esos factores que resonaron durante la presidencia de Trump. Pero este no es un tema nuevo y los americanos siempre utilizan estos prejuicios en los que tienen la percepción en donde se vuelve común la criminalización del mexicano. Al hacer el guion, tuve cierto conflicto porque todos son latinos y criminales pero pensé que había un elemento de violencia real para contar esa historia desde mi perspectiva como latina. Los americanos las cuentan desde otra visión donde falta la responsabilidad de su país en este asunto. Por otro lado, las personas que se involucran en estos líos no son villanos, son humanos a fin de cuentas», aseveró la directora y guionista.
Es por ello que Seligman tomó una decisión particular: contar la historia desde una óptica diferente en la que la responsabilidad social y la violencia podrían adquirir diversos significados. «Quería asegurarme de contar el relato y crearlo en los Estados Unidos, ya que la responsabilidad en la problemática del narco no radica solamente en México. Trato de dar una oportunidad de que cada personaje, además, represente una cara diferente de su rol en este asunto. Paco, por ejemplo, ha hecho cosas terribles pero está consciente de su repsonabilidad moral, sabe lo que es y que no puede salirse pero eso no excusa lo que hace. El contraste es el rol de Camila, que excusa todo lo que realiza por la forma en que la crió su madre. Teresa, el personaje de Barraza, es alguien que ha permitido que el enojo sea el motor que la lleva a la venganza y de sentir que lo que hace es bueno porque se lo hace a gente mala. Hay que recordar siempre que tenemos la oportunidad de que nos incumba lo que hacemos a pesar de las circunstancias. Dirk representa la parte del estadounidense que se lava manos de todo el asunto. Cree que por no participar activamente no tiene culpa pero si estas presente y eres testigo, claro que la tienes por muchas razones», explicó.
Hablando de la grabación de esta ópera prima, hubo algunos retos particulares que llevaron a la realizadora a buscar lugares que no fueran el mismo Lago Falcón. «Me tocó visitarlo con el co-guionista para asegurarnos de capturar la energía del lugar. Hubo dos importantes motivos por los que no grabamos ahí. Una era que es una zona peligrosísima y la otra es el lugar quedaba retirado para el crew y para poder realizar la infraestructura que queríamos. Afortunadamente, encontramos un lugar en las afueras de Austin que tenía la misma vibra», comentó Sara Seligman.
Hay otros detalles en este filme que a la directora también le gustó mostrar, como el paso de los indocumentados en la frontera en un ambiente distinto. «Algo interesante es que no todas los cruces de fronteras por parte de los migrantes ocurren a través de un desierto. Eso también ayudó a contar la historia desde un punto diferente, mostrando los problemas pero saliéndonos un poco de los clichés conocidos», enfatizó.
Dar el salto del formato corto a un largometraje por primera vez tampoco fue tan sencillo para Seligman. «Fue un paso difícil. Tuve fortuna en que pude conseguir mucho trabajo después de terminar la escuela. Pero si, al hacer la transición de cortometrajes a un largo representaba un gran obstáculo, sobre todo para los productores, que parecía que no traducen ni asocian una experiencia con la otra.»
Es ahí donde resuena una amarga queja por parte de Sara Seligman, concluyendo que todavía hay un largo camino por recorrer para las cineastas mujeres en esta industria del cine. «Hablamos de mucha diversidad de cineastas y mujeres, latinos, de todo. Pero a la mera hora no toman el riesgo. Fue difícil conseguir a una compañia que estuviera dispuesta a filmar mi guion sin la expefiencia que pedían pero ¿cómo tenerla si no me la daban? Es importante saber que si no nos abren la puerta, buscaremos la forma en que vamos a lograr entrar, ya sea por la ventana o donde sea y jamás darnos por vencidas, asi que esperamos que el público apoye a las voces de las compañeras directoras para que vean que podemos hacerlo», cerró tajantemente.
La película, que recibió la beca TAA del Tribeca Film Institute y la vía rápida Film Independent, está ya disponible a la venta y renta a partir del 20 de octubre de este año en las plataformas de streaming ITunes y Apple Tv en México y Latinoamérica.