La importancia de no ser perfecto. Reseña de Imperfecto

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A lo largo de nuestro camino académico o laboral, muchos de nosotros nos hemos llegado a sentir sobrepasados por tareas o compromisos que tenemos que realizar. No sólo hay que destacar en las notas y en los trabajos, también está la vida social, que igualmente no puede ser ignorada, porque hay que mantener esa imagen de una vida equilibrada, de ser capaces de enfrentar retos sin perder el control; lo que muchas veces orilla a que no se hable de estos problemas, los cuales pueden escalar y llevar a consecuencias funestas. Justo este tema lo trata Laura Silverman en su libro Imperfecto donde nos narra la vida de Ariel, un adolescente estadounidense que se encuentra cursando el último año de bachillerato o high school; él aspira a entrar a Harvard, ese ha sido el sueño de su vida y a lo largo de su trayectoria académica lo ha dado todo con tal de ser el mejor promedio de su escuela, porque las universidades buscan la perfección y bueno, como nadie es perfecto hay que aparentar serlo.

En Estados Unidos, el tema de las universidades es algo sumamente importante, porque no basta tener un buen promedio, además se tienen que cumplir un sinfín de requisitos que a veces se sienten de más. Todo el proceso se ha visto múltiples veces en series, películas y libros, pero la mayoría de las veces el tema es tratado superficialmente; por lo general se muestra ese protagonista perfecto que aspira entrar a una de las mejores universidades y al mismo tiempo lleva una vida social increíble. Imperfecto no es así, si bien, Ariel no es que se encuentre en una posición económica o familiar complicada, sí que tiene problemas con la sobre exigencia y la competitividad del sistema, esto último es muy importante porque de ahí radica el por qué las personas no externan sus sentimientos, con el fin de aparentar ser la perfección encarnada y así intimidar a los compañeros haciéndoles ver que es mejor que no intenten sobresalir en alguna actividad porque obviamente se verán superados.

Hay algo que hacemos los chicos que tomamos clases AP: actuamos como si no nos importara, como si las calificaciones perfectas aparecieran sin ningún esfuerzo. Pretendemos estudiar en los últimos cinco minutos antes de la clase y encogemos los hombros cuando los profesores nos devuelven nuestros exámenes con una A resaltada.

Estos problemas van aderezados con un poco de romance para representar ese lado de la vida fuera de la escuela en donde también se espera que las personas tengan todo bajo control. Si bien, la autora logra trasmitir el mensaje de lo complicado que puede ser, a veces las interacciones entre los personajes se sienten acartonadas y un poco irreales. El fallo está en que los personajes secundarios no tienen profundidad, a pesar de que se le de una historia detrás además de ser el novio o amiga del protagonista, no logran que el lector conecte con ellos. Esto es evidente cuando desaparecen por varios capítulos y realmente no se siente su ausencia.

En sí el valor de este libro radica en su mensaje, el cual logra transmitir con perfecta claridad, llegando al punto de que puedes empatizar tanto con la situación que se puede sentir cierta ansiedad, como si vivieras el agobio de Ariel y el lector fuera el que tiene que cumplir con la agenda sobresaturada. Imperfecto hace una crítica al sistema educativo estadounidense que al mismo tiempo se puede aplicar al contexto de otros países, porque todo gira en torno al problema que se ha ido incrementando, donde cada vez se les exige más a los niños, sin tomar en cuenta su salud mental. Laura Silverman en unas cuantas páginas, logra plasmar el estrés del día a día y nos hace cuestionarnos lo que verdaderamente importa; dejar atrás las apariencias y disfrutar la imperfección de la vida, que es lo que la hace hermosa.

 

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