This Much I Know to be True: el conmovedor viaje caótico de un par de genios
El pasado 8 de julio, MUBI tuvo el estreno mundial (excepto por China) de This Much I Know to be True, un documental realizado por Andrew Dominik protagonizado por el compositor Nick Cave donde se explora la dinámica de la mancuerna musical que ha creado con el talentoso Warren Ellis a través de sus dos últimas colaboraciones, Ghosteen (2019) y Carnage (2021).
Cave y Ellis llevan un largo camino juntos: este último formó parte de la agrupación The Bad Seed, banda que comúnmente acompaña a Cave. Sin embargo, en los últimos tiempos, Ellis ha llegado a sustituir casi por completo a la banda, pasando de ser un elemento subordinado de Cave a formar una parte fundamental de la creación de las piezas musicales y, hasta cierto punto, nos atreveríamos a afirmar que Nick se ha adaptado a los métodos de Warren que este último a los de él, ya que se menciona que «casi no tiene sentido que me siente y escriba una canción y la lleve al estudio […] Warren está casi siempre en transmisión y no tanto recibiendo«.
En principio, las palabras de Cave podrían parecer malas pero, de alguna forma, hacen que su música funcione y esto se refleja en el documental. Entre ambos hay una comunicación y afinidad que es maravillosa de ver. Dominik nos muestra a través de su lente un proceso creativo entre estos individuos en el que, contrariamente a lo que se pensaría, existe un gran caos detrás de piezas musicales tan pulidas, pues “son solo retazos en un océano de mierda”.
La verdad es que todos vivimos nuestras vidas peligrosamente, en un estado de peligro, al borde de la calamidad. Descubriste el velo que separa tu vida ordenada del caos es sumamente delgado. Esta es una verdad común de la existencia, de la cual ninguno de nosotros está exento. Con el paso del tiempo todos descubrimos que no estamos en control. Nunca lo estuvimos. Nunca estaremos en control. Pero no carecemos de poder.
Nick Cave, fragmento del documental This Mucj I Know to be True
El camino para lograrlas se nos muestra como algo crudo en donde el dúo ofrece una parte de su vida en cada canción. Lo interesante es que no están pensando en eso, sino que se mantienen en ese estado meditativo donde no hay reglas y solamente transmiten lo que sienten, algo que en estos últimos álbumes dan como testigo la máxima expresión de ello.
Y es que los temas tratados en Ghosteen, que se ve envuelto en el proceso que atravesó Nick Cave por la muerte de su hijo, así como Carnage, creado en medio de los tiempos de incertidumbre durante la pandemia, logran crear un ambiente sumamente poderoso que el director del documentos filma de manera magistral de la mano de Robbie Rayan, director de fotografía, y Chris Scott, encargado junto con Dominik del diseño de luces, atrapando al espectador en una vorágine de emociones.
Aunado a ello se presentan fragmentos de la filosofía de Cave, desde esculturas hechas por él, hasta las reflexiones que genera a partir de las preguntas que le envían a The Red Hand Files, cuya temática acompaña las canciones que se disfrutan a lo largo del filme. La muerte y la esperanza es algo que sobrevuela y define al documental; muestra un ambiente desolado y al mismo tiempo de paz. En conjunto, música y filosofía, invitan al público a mirar desde una nueva perspectiva la obra de ambos genios creativos a la vez que invitan a tomar un descanso y reflexionar sobre el vacío y la pérdida que ha asolado al mundo en los últimos años.
Siempre tenemos la libertad de escoger cómo vamos a responder a lo que sea que la vida nos ofrezca. Puedes venirte abajo y dejarte arrastrar. Puedes endurecerte alrededor de tu desgracia y volverte amargado. O puedes moverte hacia la oportunidad que se te ofrece, que es el cambio y la renovación. La mejor acción siguiente es algo que siempre se te presenta. Búscala y muévete hacia ella. Ese es el gran acto de insubordinación ante los caprichos de la vida y a todos se nos permite hacerlo.
Nick Cave, fragmento del documental This Mucj I Know to be True
Al respecto de ello, Nick ofrece una respuesta que vale la pena retomar, porque define muy bien tanto sus últimos dos discos como la esencia del propio documental: «Puedes endurecerte alrededor de tu desgracia y volverte amargado. O puedes moverte hacia la oportunidad que se te ofrece, que es el cambio y la renovación […] Ese es el gran acto de insubordinación ante los caprichos de la vida y a todos se nos permite hacerlo».
En sí, This Much I Know to be True es una obra artística entrañable y maravillosa, capaz de conmover hasta las lágrimas al espectador llevándolo a través de un viaje caótico en el que uno pasa de la pérdida hasta la transformación lleno de música y filosofía, pero sobre todo de un pequeño retazo del mundo de dos genios que se entienden en medio de toda adversidad: Nick Cave y Warren Ellis.