21 Semana de Cine Alemán: Sheriff al Borde de la Piscina, un chapuzón de comedia
Hay pocas películas que muestran dentro de su historia una comedia rica y liviana, combinada además con géneros como el romance, drama e incluso un tema social, pero una de las excepciones recientes se pudo ver durante esta muestra de cine germano impulsada por el Goethe-Institut Mexiko y esa es Sheriff al Borde de la Piscina, cinta que logra su cometido de una manera magistral.
La historia del guionista Marcus Pfeiffer y el director Marcus H. Rosenmüller es merecedora de los premios que ha ganado, incluyendo los galardones más importantes del cine alemán en las categorías de director y guion, así como el Premio del Cine Bávaro en la categoría de Mejor Director Joven, que le han ayudado a abrirse a paso y llamar la atención de diferentes audiencias.
El relato nos presenta a Karl (Milan Peschel), el supervisor de una piscina local que se toma demasiado en serio su papel, siendo un personaje gruñón y al que todos detestan gracias a su actitud de cuidador, haciéndole honores al título del filme. Lleva su aparente vida tranquila en este micro universo suyo pero todo cambia cuando deciden cerrar el lugar. Entonces, el ‘sheriff’ luchará por mantenerla a salvo, dejando de lado sus rencillas con todo aquel que se ha acercado a su amada alberca.
Es así que este antisocial protagonista comienza a hacerse buen amigo de su ayudante Salí (Dimitri Albod), un refugiado al que, por su situación social en Alemania, es presa de persecuciones y rechazo social, pero que al llegar a trabajar con Karl, no sólo encuentra el cómo ganarse la vida, sino también una motivación para seguir adelante así como el amor. De esta relación bastante dispareja entre ambos surge un espíritu de ayuda inesperado pues se ayudarán mutuamente no sólo para defender el sueño de la piscina, sino para ambos ncontrar su camino.

Con este dúo, la historia se anima a tocar el tema de la desigualdad social que existe en esta nación, mostrando el filme a no sólo de los refugiados, sino de la problemática política e incluso racial que existe actualmente por medio de este enfoque cómico que te saca carcajadas así como uno que otro suspiro de ternura.
La película nos presenta una colorimetría que refleja los tonos del agua en azules a blancos primordialemente, con ese verde de las casas de campo de forma llamativa sintiéndose como una película de antaño con una fotografía limpia que aporta mucho visualmente a este micro universo sin llegar a ser maravillosa.
También destaca la musicalización muy ad doc por parte de Andrej Melita, quien ha trabajado anteriormente en películas como Bella Australia (2012), El equipo Tigre (2010), Mi hermano Simpel (2017) entre otras, y podemos encontrar su música en diferentes plataformas.
El corazón de la cinta reside en los personajes y para ello el proyecto cuenta con grandes actuaciones por parte del elenco. Karl (Milan Peschel) nos muestra una gesticulación y una mirada que transmite su comicidad al instante, acompañado de Dimitri Albot, Sebastian Bezzel, Rick Kavanian, Federic Linkemann, Sarah Mahita, Thomas Mraz, Milán Peschel, Gisela Schneebeguer, Johanna Wokalek, que crean a la comunidad de Grubberg de la Alta Baviera de manera curiosa, uniéndose para salvar su piscina comunitaria con situaciones cotidianas en las que más de uno se puede identificar.

Así, Sherrif al Borde de la Piscina es una prueba del gran trabajo de Marcus H. Rosenmüller, quien ya lleva 12 largometrajes en su lista, un realizador que además es escritor, poeta y politico que estudio en Universidad de Televisión y Cine de Múnich, demostrando aquí parte de su polifacética personalidad con un tono cómico que hace de esta propuesta algo ligero y entretenido para destacar en esta Semana de Cine Alemán.