Efímera (Reseña)

Aún recuerdo la primera vez que tomé consciencia de la muerte y el profundo impacto que esta realización tuvo sobre mi persona. Si bien, era lo suficientemente pequeña como para realmente asimilarlo, siento que ahí comenzó un sentimiento de angustia por el hecho de que todo algún día acabaría. Fueron años en los que peleaba con el hecho de querer hacer algo que trascendiera sabiendo que era muy probable que no lo lograría o que incluso, no importaría, porque de todos modos me iba a morir.
Es una forma de pensamiento que se sentía como estar en la cúspide de la adolescencia: dónde el “angst” está en su auge y el nihilismo suena como algo perfecto a que apegarse. Y así fue (sobretodo cuando se rodea uno de personas que alientan esta manera de ser) hasta que me di cuenta que si bien, todo tiene un final, eso no cancela que las cosas toman lugar y que muchas veces por preocuparse por el fin, no se disfrutó el recorrido para llegar a éste. Y es que, ¿alguien pide un postre que le encanta con miedo a que se acabe? No, claro que no, y ese es justo el mensaje que “Efímera”, ópera prima de Luis Mariano Gracía, espera dar.
“Efímera” sigue la historia de Emilia (Danae Reynaud), una joven de 17 años que vive entregada al estudio con la esperanza de así cumplir las expectativas que ella se impuso sobre sí misma: entrar a la mejor escuela de arquitectura del país. Ella está completamente absorta en su misión, por lo que siempre ignora su habilidad de ver a las personas brillar cuando están a punto de morir. Todo iba bien para ella hasta que, a pesar de sus mejores esfuerzos por no hacerlo, ve a uno de sus compañeros brillar justo un día antes de su muerte.
Ella, completamente impactada, asiste al funeral dónde conoce a Renata (Carla Adell) – una joven que reta todas sus creencias, puesto que ella sólo se concentra en estar en el momento sin pensar mucho en el mañana. Sin mucho esfuerzo, las dos se enamoran y comienzan una historia en la que las dos aprenden la una de la otra a cómo enfrentarse a la vida, inclusive cuando ésta pueda tener un fin.
“Efímera” es una película que está pensada para una audiencia joven: ésta espera invitarles a la reflexión reconociendo que están atravesando un momento crítico en el que piensan por su futuro y cómo, por lo mismo, se pueden perder el privilegio de disfrutar su presente. Si bien fue pensada para adolescentes, aborda temas que nos competen a todos sin importar el punto de la vida en el que estemos, siendo de particular importancia el miedo a hacer las cosas porque se pueden acabar.
Nos recuerda como lo más bonito en esta vida es justamente perderle el miedo a los finales. Asimismo, entrelaza este tema con las conexiones interpersonales y cómo muchas veces éstas demandan de una vulnerabilidad que no muchos están dispuestos a dar cuando saben que la misma puede terminar. Aunque ya de “grandes” podemos aplicar esta lectura a muchos lazos, es en su mayoría una alegoría de como para amar se necesita ser vulnerable, incluso si sabemos que puede que esa relación no sea para siempre.
Con respecto a este tema, el director mencionó en la conferencia de prensa que “la película habla acerca de vulnerarse, de buscar una vulneración interna”. Las protagonistas complementaron este sentimiento ahondando en la importancia de enseñarle a la audiencia el poder de concentrarse en el hoy, de dejar a otro entrar a tu vida y cómo es importante aprender a “dejarlos ir un poquito” todos los días para así evitar la codependencia. Que la aventura yace en ser vulnerables y permitirse a uno mismo emprender en el autodescubrimiento. El productor, Victor Leycegui, se unió a esto diciendo que justo, lo más bonito de esta película es como se está hablando de un tema denso, que permite muchas lecturas, pero que lo hace de forma ligera.
Las protagonistas, Danae y Carla, comentaron en la rueda de prensa que ambas se llevan, tanto de su personaje como el de la otra, las perspectivas de vida que éstas tienen con respecto a la vida: de aprender a encontrar el balance entre hay que vivir un día a la vez y el de buscar cierta permanencia en las acciones que tomamos para no caer completamente en el nihilismo.
Hablando de los aspectos técnicos, la paleta de color es de las cosas que más brincan pues está sumamente cuidada. La presencia del color azul es casi abrumante, y así se mantiene hasta que aparece el personaje de Renata como disrupción al universo de Emilia, introduciendo así colores cálidos a la película.
El trabajo de fotografía no se queda atrás, haciendo varios encuadres que ayudan a remarcar ciertos momentos en la narrativa. Obviamente, el trabajo actoral no se queda atrás pues las dos protagonistas brillan a su manera. Es impresionante ver la corporalidad que Danae le dio al personaje de Emilia, empezando de una forma completamente tensa, que brincaba hacia cualquier intento de alguien por acercarse, hasta terminar relajada y feliz. En contraste, es bello ver como Carla mezcla las complejidades de la realidad de su personaje con la ligereza que la misma quiere proyectar a su pareja. Es un claro reflejo del gran trabajo entre las actrices y el director.
“Efímera” sí logra decir algo muy denso de manera sencilla – invitando a la reflexión y a tal vez, a cambiar la manera de ver la vida de uno para así disfrutarla más. Es una película que busca aplacar esta angustia que empieza a brotar o latir en la adolescencia para decirles: “deja que el presente brille”. Es un mensaje de suma importancia, sobre todo en nuestros tiempos en los que se nos bombardea con mensajes desalentadores y se nos empuja al nihilismo.
Finalmente, no queda más que recomendar esta película – es una que no cae en los clichés, que te permite pasar un buen rato y que nos recuerda que se avecina una nueva generación de realizadores listos para enriquecer el panorama de cine mexicano. “Efímera” llega a salas mexicanas el próximo 6 de febrero. No se la pierdan.