Hello! MTV Unplugged: Charly García

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En medio de un renacimiento creativo y musical que supuso «La Hija de la Lágrima», Charly García haría historia al ofrecer el primer concierto acústico de la versión latinoamericana de MTV Unplugged. El resultado: un recital que funge como repaso, homenaje a un carrera única y donde los errores son elementos que demuestran el tamaño de la leyenda argentina.

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A mediados de la década de 1990, el rock en español experimentaba un momento lleno de hitos que lo marcarían profundamente. Separaciones y debuts se daban en oleada gracias al boom que supuso la llegada de MTV al continente. Sin embargo, un caso aislado estaba en efervescencia: el renacer de Charly García.

Su séptimo álbum solista «La Hija de la Lágrima» había finalizado una etapa llena de colaboraciones y reuniones que desgastaron su estilo, llevando al músico porteño a una obligatoria evolución en su sonido, pasando del pop meloso, el rock convencional a un rock experimental lleno de simbolismos pero de múltiples momentos de genialidad renovada.

Para aquella época, la serie Unplugged había llegado al continente y el inicio fue alejado de la base «desenchufada» del propio concepto con instrumentos eléctricos. Sería justamente con García que la música en español seguiría el camino acústico que se ha mantenido por más de 20 años y que ha dado grandes episodios a la altura de su contraparte en inglés.

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EL CONCIERTO

Entre limusinas, conversaciones y ensayos limitados, Charly preparó su MTV Unplugged como una manera de repasar su vida musical a través de varios de los clásicos en su carrera. Si bien, en un principio el compositor fue escéptico respecto a este proyecto, lo cierto es que poco a poco fue cediendo e incluso, lo concibió con tanto ahínco que resultó en un concierto de vibras espectaculares: todo se escuchaba genial.

Con el cabello teñido de rubio para honrar a Kurt Cobain que había fallecido un año antes, García junto a la legendaria guitarrista María Gabriela Epumer, el emblemático tecladista Fabián Quintiero, el experimentado baterista Fernando Samalea así como los hermanos Erika y Ulises Di Salvo en violín y chelo respectivamente, recorrió toda una extensa vida artística en magistrales versiones renovadas.

«Yendo de la cama al Living» fue la apertura-preámbulo de un concierto que iba combinar la calidad traducida en arreglos acústicos sólidos con una excentricidad propia del de bigote bicolor, reflejada por la convivencia entre un piano de cola y una muñeca que intervenía con frases aleatorias pero que le da una magia única: un sello que esta bien representado en el título de esta presentación.

«Rezo por vos» fue el momento obligatorio para cumplir con el eterno homenaje al amigo y referente Luis Alberto Spinetta. Una nueva lectura que crece por la bella sección de cuerdas, la ambivalencia piano-órgano y la voz artificial de la muñeca.

Tras una versión más blues de su clásico «Fanky», llega el turno a la genial «Pasajera en trance», canción perteneciente a «Tango», primer álbum entre García y el bajista Pedro Aznar. Aquí se reinventa y consagra como clásico, gracias sobre todo al aporte de Gabriela Epumer, uno de los puntos más altos de este Unplugged.

Una seña de identidad para este recital fueron los constantes errores por parte de Charly. Curiosamente, estos fallos que podrían ser imperdonables en otras circunstancias, aquí magnifican la vibra intimista, auténtica y artística que siempre caracterizó al pianista. Esto se ve sobre todo con el meddley de Serú Girán, en el cual están presentes versiones míticas de tres canciones ya inmortales: «Serú Girán» «Eiti Leda» y «Viernes 3 AM», con un homenaje en cuerdas al bajo virtuoso del ya mencionado Pedro Aznar.

«Cerca de la revolución», considerada por Rolling Stone «mejor canción del rock argentino, tuvo su lugar como primer momento álgido del desenchufado. Enfundado en una guitarra acústica, García ofrece una gran interpretación de este clásico absoluto, que a la postre, sería reconocida en múltiples recopilaciones tanto del artista como del rock latinoamericano.

De su fenomenal «Piano Bar», «Promesas sobre el bidet» reafirma la gran transformación que todas las composiciones sufrieron en esta presentación. Cuerdas que se fusionan fenomenal con el órgano y piano con los que García disfruta cual niño. Los voltios elevados dan paso a una nueva canción que pareciera pieza de música clásica.

El tango esta impregnado en muchas vertientes de la música argentina, una raíz de la que no se escapa sino que se retorna casi siempre. Y esto sucedió con «No soy un extraño», en la cual se dejó de lado esa atmósfera electrónica para moverse por el bandoneón del baterista Salamea, ampliando el significado de lucha social ya reflejado en la versión de «Clics Modernos».

Retomando su primer álbum cumbre como solista, «Los Dinosaurios» vuelve a reencarnar en un ambiente íntimo, donde los acordes de piano, las cuerdas en tono grave,un bajo sutil y un sentimiento vocal por parte de la dupla Epumer-García que sin duda dignifica el legado de un himno que en el mensaje sigue (desafortundamente) vigente.

Compuesta en 10 minutos, «Chipi Chipi» se convirtió en un clásico instantáneo y en la canción que sin duda revivió la carrera de Charly. Por ello, se hizo infaltable en este concierto, que si bien, respetó en gran medida la original, lo cierto es que esta reinvención es una mezcla genial entre lo extravagante y lo clásico.

El formato acústico ha funcionado en diversas ocasiones para explorar influencias y reinventar la música que se ha compuesto. De esta manera, Charly invoca al rock and roll y al blues para entregar una exquisita reforma de «La Sal No Sala». Nuevamente, los errores hacen que el brillo sea aún mayor, traduciéndose en otro punto de creatividad total.

El ocaso del recital comenzó con «Nos siguen pegando abajo», la cual es el momento donde todos los músicos se lucen y el Charly García alocado pero genio, se hace presente. Esta es una de las transformaciones más notables, ya que se pasa del new wave más electrónico a algo más orgánico que deja ver las claras influencias clásicas del propio músico.

Versatilidad y bipolaridad son adjetivos que describen la música del argentino. Por un lado, «Ojos de Videotape» ofrece una calma, algo más clásico y laxo. Por otro lado, «Demoliendo Hoteles» es ese ánimo elevado de plena juventud, rebeldía, carácter contestatario que posee un toque más poderoso gracias a una cuerdas vertiginosas y que sustituyen magistralmente a las guitarras eléctricas. Joya.

«Fifteen forever» es el cierre que resume la esencia del Charly auténtico. Bromista, ocurrente, virtuoso y sorpresivo, el cantante se muestra tal cual es a través de la pequeña charla-petición que da paso a una bella pieza instrumental. Enmascarado con la sombra y jugueteando con un «croar», García se despide tras una velada excepcional.

25 AÑOS DE REVOLUCIÓN

El «Hello! MTV Unplugged» supuso un auténtico móvil de cambios tanto para el artista como para la música en español. En el caso del compositor, este concierto supuso el punto previo a una nueva etapa experimental encarnado por la frase «Say No More». En cuanto a la escena del continente, la serie obtuvo el argumento que motivaría a otros artistas a desenchufarse y respetar el formato acústico.

A 25 años de aquel «Hello» dicho por una muñeca, la magia que impregnaba todo, que embellecía los fallos, que suponía la convivencia efectiva entre lo improvisado y lo meticuloso, sigue vigente, fresco pero sobre todo, emociona como aquel 4 de mayo de 1995 en Miami. Por qué la música de Charly García es como aquella «canción sin fin».

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