Café Tacvba: MTV Unplugged
Consagrado por el éxito y aclamación de «Re«, Café Tacvba se subía al escenario de MTV Unplugged para seguir sorprendiendo y experimentando. El recital fue de tal calibre que aquella velada íntima termino por universalizar la música de la banda mexicana y cimentar a la serie en Latinoamérica.
Corría 1995, cuando la banda de Satélite promocionaba el emblema de rock en tu idioma que supuso su segundo álbum de estudio. MTV, consciente de que los «Tacvbos» ya eran un estandarte de la escena latinoamericana, deciden invitarlos a desenchufarse en su serie Unplugged para seguir en el camino del éxito total en el continente.
Motivados por esta propuesta, los 4 músicos comienzan a confeccionar el proyecto en compañía de amigos como el percusionista Rafael González «El Diablo» (Botellita de Jérez), el violinista Luis Franco (que era amigo del padre de Meme), el baterista Iván Moreno (que venía de tocar con Julieta Venegas, novia en ese tiempo de Joselo), el virtuoso del violín Alejandro Flores y, por supuesto, Gustavo Santaolalla quien, además de productor, era su «gurú».
Tras prepararse durante algunos meses en casa de Meme, la comitiva «Tacvba» viajaba a Estados Unidos para seguir ensayando a la espera del día tan esperado. Aquel mayo sería un mes lleno de hitos para MTV Unplugged, primero con la introducción acústica por parte de Charly García y unos días más tarde, el paso definitivo con Café Tacvba.
EL CONCIERTO
El 15 de mayo de 1995, Rubén Albarrán, Emmanuel «Meme» del Real, Joselo y Quique Rangel, en compañía de sus invitados especiales, se desconectaron en un escenario homenaje a los murales mexicanos y unas luces que dotaron de una vibra única a lo que sería una presentación histórica.
Sumado a lo anterior, los propios involucrados fueron parte de la estética inolvidable de aquella velada, teniendo como principal ejemplo al vocalista, en aquel momento bajo el nombre de Cosme, que además de su curioso peinado, vestía una playera con senos femeninos que jugaba con los límites de la televisora, demostrando esa rebeldía que enamoró a su público. Una estampa inigualable.
«El Aparato» es la canción de apertura, tal y como sucede en «Re«. Una nueva versión que presenta cambios importantes, como el violín que sustituye a la parte electrónica original o la batería que simula el sonido de agua. Esta será la única participación instrumental por parte de Rubén, ya que con su guitarra acompaña a la jarana de Joselo y a un contrabajo que luce bastante. Un comienzo de ensueño.
«Gracias…ya llego el Café Tacvba. Ahora no van a zapatear mucho porque se acostumbra que en los Unplugged esté todo el mundo sentado» decía el vocalista como preámbulo a «La Ingrata». En esta nueva relectura, los elementos acústicos como la melódica, la guitarra acústica, el contrabajo y las percusiones realzan ese ritmo estilo corrido. El final donde a Albarrán se le va el aire y da el primer brinco de la velada, es ejemplo perfecto de lo bien que la estaban pasando todos.
«El Metro» aunque si tantas variaciones respecto a la versión origen, es sinónimo de talento al mantener y refrescar el funk que hace tan movida esta canción. Quique demuestra su habilidad con un contrabajo que contrasta con la suave vibra acústica expresada por el piano vertical de Meme y la delicadeza de Joselo en guitarra.
«Hasta eso que si nos está saliendo bien, ¿no?» declaraba el cantante «Tacvbo» para calmar los nervios que fueron cediendo a la calidad musical y la actitud cercana con el público por parte del frontman. Después, Rubén invocaba a Chavela Vargas a través de unas palabras que quedaron para la posteridad que, además, sirvieron para agradecer a su guía Gustavo Santaolalla e ilustrar aquella década ya lejana:
«Esta canción es bastante especial para nosotros porque representa mucho de lo que esta sucediendo en nuestro país y en Latinoamérica. Vamos a invitar a nuestro gurú: Gustavo Santaolalla»
«Un día, Chavela Vargas nos dijo que si los volcanes en Latinoamérica están despertando, no veía por que los latinoamericanos no podíamos despertar»
«Esa Noche» supone el primer punto alto del concierto. Con luces que simulaban una noche de estrellas, este hermoso bolero sube de nivel emotivo, gracias a un fenomenal Luis Franco al violín, unas percusiones sutiles pero fundamentales, pero sobre todo a las voces de los 4 «Tacvbos», que transportan a la época dorada de los tríos.
«María» continúa la explosión de emociones iniciada en la canción anterior. El piano de Meme, junto al siempre maravilloso violín de Franco y a las acertadas percusiones de González, hacen sentir al oyente como si se encontrará en una de esas tocadas que se daban en los salones de las décadas de 1940 y 1950. De nuevo, la parte vocal es excepcional.
«El Ciclón» sufre una extraordinaria metamorfosis, que la complejiza musicalmente. Con luces circulares como fondo, el piano realiza una impecable introducción. Después, Quique se atreve con el arco de su contrabajo para sustituir los sintetizadores de la versión original y que da paso a una excelente labor por parte de todos. Sin embargo, brillan con propia luz el intermedio protagonizado por la batería de Iván Moreno y la segunda mitad donde la entrega es completa. Como indicaría momentos más tarde Rubén :«hasta se pone la gallinita de piel».
«Esta canción la escribió Joselo que es un borracho» fue la frase que presentó «Bar Tacuba». Sin tantos cambios respecto al material original, el cierre de su álbum debut es llevado sin complicaciones al formato Unplugged, donde se puede reconocer la complicidad entre Meme en la melódica y Franco en el violín. Un respiro para lo que vendrá.
Santaolalla regresa al escenario para «El Baile y El Salón», en una de las versiones más legendarias de este tema. Esto se demuestra con el hecho de que Rubén y Gustavo bailan y sonríen, además de un público que acompaña con palmas y el clásico “Paparapapa eoo eoooo«. A esto se suma una parte acústica que magnífica este himno de la música en español y su inconfundible ritmo disco.
«Las Flores» es, sin duda, el punto más alto. Muestra de reinvención absoluta, Café Tacvba presenta un huapango maravilloso e inesperado, gracias, sobre todo, a la participación legendaria al violín de Alejandro Flores, quien se bate a duelo vocal con Albarrán y a una banda que interpreta a la perfección cada instrumento.
Rubén con su frase «Si quiere alguien bailar y agarrar pareja, esta permitido» da paso a «El Puñal y el Corazón», momento de disfrute para los músicos. El violín de Luis Franco, el piano de Meme (que se vuelve a lucir en melódica), la batería de Moreno (momento de mayor brillo) y las percusiones de Rafael González, hacen todavía más bailable la canción, llevando al propio Cosme a correr-bailar por todo el escenario en un cierre icónico. Además, dedicaron su sudor a «a la gente en Latinoamérica que están haciendo algo porque las cosas sucedan mejor».
José José es uno de los referentes de la canción en México. Por ello, Café Tacvba ofrece una versión inmortal del clásico «Una Mañana», que funge como el momento para demostrar la amistad existente entre los músicos, ya que Santaolalla y Alejandro Flores se unen en percusiones para acompañar en esta canción.
Similar a su álbum debut, el cierre se dio con «La Chica Banda». Si bien, no hay amplificadores, la batería contundente, las percusiones (que son una auténtica fiesta) y la energía de los de Satélite mantienen todo el punh de las raíces punk de este tema, sobre todo por la improvisación vocal de Rubén. Teniendo como fondo el público que está de pie, los «Tacvbos» celebran victoriosos, sabedores de que su Unplugged ya es histórico. Incluida aquella escena del «beso», donde la picardía mexicana es la protagonista.
25 AÑOS DE TACONAZO DESENCHUFADO
Los desacuerdos entre MTV y Warner evitarían la publicación de esta magnífica presentación, llevando a posicionarse como parte de aquellos discos de culto «no oficiales». Sin embargo, 10 años más tarde, esto se terminaría con el anhelado lanzamiento en audio y vídeo de uno de los conciertos emblemas del rock en español
24 años más tarde, Café Tacvba regresaría para desenchufarse una segunda vez, celebrando 3 décadas y seguir haciendo historia, como aquella ocasión en Miami cuando conquistaron el mundo con un huapango, «una chica banda», así como un homenaje perpetuo a México través del mural en su escenario y la acuarela en la portada.
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