MTV Unplugged: Oasis
Después de la consagración conseguida con (What’s the Story) Morning Glory? y de dos noches gloriosas en Knebworth, los liderados por los hermanos Gallagher buscarían seguir haciendo historia al participar en MTV Unplugged. Una presentación marcada por la ausencia de Liam y, al mismo tiempo, por la mejor actuación de Noel.
A mediados de la década de 1990, Oasis era la banda más grande del mundo. Su segunda placa habría significado un auténtico punto y aparte para la generación X, además de volver a situar en el mapa musical al Reino Unido, sobre todo por la inolvidable «Batalla del Britpop» con Blur.
En aquella época, MTV y su serie Unplugged se habían convertido en unos de los proyectos más importantes, gracias sobre todo a las presentaciones de artistas que habían sabido reinventarse a lo grande, colocando a cada episodio de los conciertos desenchufados como eventos imperdibles, pero sobre todo, históricos.
Animada por su convocatoria, la cadena de televisión estadounidense decide invitar a los de Manchester para desconectarse en lo que prometía ser una velada inmejorable, igual de épica que los dos conciertos en Knebworth que reunieron a 250 000 personas. No obstante, el explosivo conflicto entre los Gallagher llevaría todo a resultados inesperados.
EL CONCIERTO
En los días previos al Unplugged, el vocalista había pasado días de interminable parranda. En la mayoría de los ensayos, Noel ya se ocupaba de cantar, debido al estado inconveniente de Liam que no solo lo hacía ausentarse por días, sino que arriesgaba esta gran oportunidad que era sinónimo de aumento en el legado de la banda.
El 23 de agosto de 1996 había llegado. El Royal Festival Hall de Londres estaba listo para una última prueba de sonido previo a la presentación. Liam, tambaleándose, apenas se podía sostener en pie. Al probar un par de temas y teniendo claro que había gran riesgo de que todo fuera un fiasco, el mayor de los hermanos se hizo cargo del asunto.
En compañía de Mark Feltham (armónica), Jeanette Mason (piano), Mike Rowe (órgano), además de otros 10 músicos (5 cuerdas y 5 vientos), Paul «Boneahead» Arthurs, Paul «Guigsy» Mcguigan, Alan White, bajo el liderazgo de Noel Gallagher que aclaró que «Liam no esta, así que tendrán que conformarse con los otros 4 feos», comenzaba su Unplugged.
«Oh, ahí estás» dijo Noel mirando hacia el balcón con expresión seria. . Los ejecutivos indicaron que el cantante se ausentaba por laringitis. Esta excusa sería destruida por las tomas al palco, donde al menor de los Gallagher se le veía envuelto en humo de cigarro, dosis abundantes de alcohol, además de energía suficiente para burlarse y molestar durante toda la velada al guitarrista.
«Hello», canción que abre (What’s the Story) Morning Glory?, pasa de los voltios altos a una excelente pieza acústica. Los arreglos orquestales son de gran manufactura y desde aquí, Noel demuestra su gran capacidad para cantar., con la gran labor de cargar con el peso de dos voces y llevarlas a buen puerto con una sola. Feltham luce con su armónica, indicativo de lo que se vivirá.
«Some Might Say» sufre la misma metamorfosis que su antecesora. Resultan acertados los vientos estilo The Beatles y un órgano que eleva a un éxtasis sonoro toda esta nueva versión.
Definitely Maybe hace su aparición con «Live Forever». Si bien, la ausencia de la voz de Liam se hace notable aquí, lo cierto es que la gran labor instrumental y el sentimiento del guitarrista hacen que el mensaje de «querer vivir por siempre», sea aún más glorioso.
«Listen Up», lado «B» de «Cigarettes & Alcohol», consigue una de sus mejores versiones en esta presentación. Los vientos, cuerdas, órgano, pero sobre todo la batería, consiguen otra de las versiones infaltables en cualquier recopilatorio de la serie. Así mismo, es quizá una de las participaciones vocales más flojas de Noel en la velada.
«Don’t Look Back In Anger» es el ejemplo de la inspiración que vivía Noel aquella noche. Si en la versión original la piel se pone chinita, en esta todo eso se multiplica a niveles épicos, gracias a las cuerdas que dejan una relectura soberbia. A esto se debe agregar un atmósfera única con la iluminación que combina azul y rosado, los globos que asemejan un festival de música clásica y el clásico aplauso Unplugged.
«The Masterplan», joya de Noel, es llevada a otra nivel. Voz emotiva, los otros 3 Oasis en éxtasis y un Feltham exultante que le da otra dimensión a la canción, conforman una de las mejores interpretaciones de este tema, junto a las de Maine Road y Knebworth.
Precedida por la interacción del público con el compositor, «Talk Tonight» supone la primera de dos canciones donde se ve a Gallagher iluminado y envuelto en la oscuridad, acompañado de White en el pandero y de Rowe al piano eléctrico. Este lado «B» (en este caso, de «Some Might Say») es de lo más intimista de la velada y un descanso al ritmo frenético vivido.
«Morning Glory» es otro gran cambio respecto a su versión original. De un tema guitarrero y estridente, se pasa a una emblemática canción acústica emotiva e inolvidable, donde el eco hace un icónico coro. Quizá con Liam esto habría sido aún más impresionante.
«Round Are Way/Up In The Sky» se conforma de el lado «B» de «Wonderwall» y un tema de su álbum debut. Un excelente subidón de energía, gracias de nueva cuenta a la armónica de Feltham, y un preámbulo ideal para el clímax-final de este recital.
«Cast No Shadow» es la sorpresa más grande de la noche. En esta, Noel no solo canta a la perfección, sino que realiza de manera excelente la labor de coro y voz principal. Los ya mencionados arreglos orquestales vuelven a destacar a lo grande, siendo esta versión una de las más recordadas del recital.
«Whatever» se refresca y revitaliza gracias a la última participación de la armónica de Mark Feltham, así como por un acertado fragmento del clásico «All The Young Dudes» de la banda Mott the Hoople. Aunque no es la más destacada versión de este gran tema, lo cierto es que sirve como preparativo para el más grande éxito de los de Manchester.
«Wonderwall», además de ser el cierre de este concierto, es el momento donde Noel Gallagher confirma su mejor noche, dejando claro que Oasis sin él es imposible. Clímax, la mejor canción del Unplugged y donde todo lo anterior brilla todavía más.
Al finalizar el recital, los productores de MTV le hicieron saber al compositor que necesitaban grabar una nueva toma de «Hello». Ni corto ni perezoso, Liam intentó unirse al grupo para cantar, pero su hermano mayor lo despachó. Habrían de pasar más de 23 años para que el vocalista tuviera su oportunidad desenchufada.
DOS DÉCADAS DESPUÉS…
A la banda inglesa le seguirían tiempos complicados y de resaca por una fama que explotó demasiado pronto. Después del Unplugged, Liam no siguió al grupo a una gira por norteamérica, uniéndose días después de la misma. Todos los problemas entre compositor y cantante fueron tales que la separación amenazó al grupo. Solo un descanso de Noel evitó eso.
Una vez con las cintas de la sesión, los ejecutivos de MTV dudaron en editarlas en disco siendo la situación con Liam lo que generó todo. «Dudaron acerca de transmitir a Oasis sin su frontman, era esa postura ligeramente conservadora que siempre adoptaron y que parecía tan reñida para una compañía dedicada a la transmisión de rock’noll en todas sus formas. No fue hasta más tarde, después de otra tormenta de medios alrededor del propio Noel, que salía de una gira estadounidense en medio de especulaciones de que la banda se separaría, de que anunciaron la emisión».
La publicación de este gran desenchufado no se ha producido, pero el recuerdo sigue latente y cada 23 de agosto se revive como en 1996, con la siempre sorpresiva ausencia del caótico cantante y la gloriosa noche de un guitarrista nervioso pero que supo triunfar.
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