FICM 2020: Nicolasa Ruiz y la importancia de los ‘Obachan’

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Sin duda, el Festival Internacional de Cine de Morelia es uno de tantos festivales que da voz y apoya a los nuevos talentos mexicanos a encontrar su propia voz, ofrecerles un lugar para ser vistos y darle el eco correspondiente a su arduo trabajo.

Este año, Nicolasa Ruiz con su corto documental ‘Obachan‘ sigue los pasos de su carrera como cineasta al ser elegida por primera vez para participar en la Selección Oficial de Cortometraje Documental en esta edición del FICM2020. En Unplugged News tuvimos la oportunidad de hablar con esta talentosa joven directora.

La historia del corto se enfoca en Fuju Kiyota, una mujer de origen japonés de le da el título al corto, ‘Obachan‘, ya que de esa manera se refiere a las abuelas en Japón. «Ella es la abuela de un amigo mío de Mexicali, llamado Mino. Cuando estaba en la carrera me pidió ayuda para hacer algo sobre su abuela. Para mí se me hacía algo raro pero cuando conocí a Obachan, cambié de opinión y dije si, quiero contar su historia«, comenta Nicolasa.

Basándose en el tema de los recuerdos y el juego de la memoria entre su historia en México y Japón así como en las diferencias que existen, Ruiz le da un formato peculiar a su narrativa. «El hecho de ir a Japón a grabar me abrió mucho los ojos en el sentido de que me di cuenta que esa no era ya el país que Obachan dejó atrás. Ella viene de un pueblo en el que, en los 40, estaban con muchos problemas. Me interesaba hacer ese contraste y mostrar esta situación de la memoria, donde también mezclo un poco de la mía, de lo que voy recolectando de la memoria de ella. Y eso es como partir desde esa confesión que me hago a mi misma de que trabajamos con fragmentos de una memoria que no es mía y cómo es que pretendo hacer un corto para recrear la de alguien más, simplemente no puedo pretender que puedo hacer algo así«, confiesa la directora.

A través de ello, está joven directora hace un pequeño rompecabezas visual donde combina varios factores como paisajes, material de archivo de la misma Fuju así como un poco de animación. «Decidí hacerlo de esa manera porque en ese tiempo yo estaba teniendo muchos problemas con cómo poder recrear la memoria de otro y la imposibilidad de hacerlo. Al mismo tiempo veía un anime que me arrojó un poco de luz a la manera en que iba a poder armar yo esta pieza«, confiesa Ruiz.

«La historia misma de Obachan es un revoltijo de cosas, culturas, situación y memorias, vidas fragmentadas. Al final de cuentas creo que es una manera de reflejar un poco ese caos que es la vida de cualquiera. Las cosas no pasan de manera lineal sino que se interrumpen constantemente»

El viaje a Japón para grabar parte de este corto fue algo complicado de hacer pero dejó cierto aprendizaje para la realizadora mexicana. «De lo que más aprendí allá fue de la dinámica de trabajo que tuve con mi fotógrafo porque hubo un shock de llegar a un país que no conocíamos y no sabíamos por donde empezar a grabar. Tenía una idea pero fue desechada porque al momento de estar allá en Tokyo. Me sentía perdida. Eso, aunado con el shock de estar consciente de que eso no fue el país que había dejado Obachan, no es el Japón que ella conoció. Ese conflicto me arrojó mucha luz y me ayudó a entender más lo que estaba haciendo. El hecho de darme cuenta que las circunstancias de la vida decidieron por ella más allá de que tomó la decisión de ir a América para ayudar a su familia. Toda esa circunstancia me provocó mucha meditación, algo que se ve en el corto«, platicó Nicolasa Ruiz.

Darle voz a Fuju en este corto le da un aire completamente femenino al proyecto, algo que resulta interesante si reflexionamos acerca de los aires de machismo que la rodeaban, tanto en México como en su natal Japón. «Cuando la conocí me preguntaba que tanto uno toma las decisiones y que tanto la vida o las circunstancias deciden por ti y que tanto todo esto es el producto de que sea mujer. Si esto influía en mi día a día y decisiones. Ese fue el punto de encuentro entre ella y yo porque su historia es eso. A pesar de que ella decidió venir a América, tal vez si sus circunstancias de vida hubieran sido mejores no hubiera tenido que viajar y ella hubiera podido decidir con quien casarse y pasar por esos procesos que ahora son tan normales. Y del machismo, a pesar de que México y Japón tienen culturas totalmente diferentes, en el país asiático hay mucho machismo aún. Realmente es un país que sigue teniendo esos aires muy patriarcales. En ese sentido si, somos similares en cuanto a esas jerarquías de hombres con la mujer«, nos dijo Ruiz.

El final del cortometraje resulta ser muy emotivo, al cerrar con una pequeña carta, un pedazo de esa memoria y la comunicación perdida entre Obachan y su país natal, su familia incluso. Nicolasa nos explica porqué era importante cerrar de esta forma.

«Esa carta fue un hallazgo que tuvimos a la par con ella y mi amigo Mino. Ella tenía muchísimas cartas que nunca habían abierto o leído. Así que mandamos a traducir esta carta y quien la escribió es la mamá de un tío de mi amigo Mino que aún esta en Japón y que sospechaba que había tenido un hermano pero su madre nunca le dijo. Por medio de este escrito descubrió este hecho, eso fue un suceso impresionante para la familia y para mí. Porque esa cara refleja que la hermana de Obachan estaba sufriendo lo mismo que ella pero en China por cuestiones de la guerra».

«Esta carta era importante para poder ver las consecuencias de la guerra, para ver todo lo que ocasiona. Tanta muerte incertidumbre, separaciones. Es una carta muy desgarradora pero realista y demuestra que las guerras no sirven para otra cosa más que para separar a la gente, destruir los sueños o esperanzas de las personas. Y el paisaje que se ve de Mexicali, esa montaña que se aleja es una añoranza que quedaba perfecto para esta plática ente hermanas después de siete años de no hablarse y contarse lo brutal de las cosas sin drama, con frialdad total»

complementa la directora.

El relato de Fuju Kiyota, de esta querida Obachan, llega a Morelia para ser visto por más gente que en este relato pueden encontrar no sólo un viaje por las memorias de esta mujer sino que evoca al cariño e importancia de las personas mayores y sus relatos.

«Estoy super emocionada, es la primera vez que estamos en Morelia y para mi y todo el equipo es muy importante compartir este trabajo y que lo vean tantas personas. Me emociona poder entablar estas conversaciones, compartir la experiencia de haber hecho este corto y ver que fibras puede llegar a tocar en el espectador además de recordarnos la importancia de la memoria de nuestros abuelos, algo que de repente se nos olvida o de lo que sabemos muy poco. Tristemente, se van perdiendo por desinterés pero es parte importante de nuestra identidad»

concluye Nicolasa Ruiz.

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