Una familia se muda a una casa en el campo para disfrutar de la tranquilidad, sin embargo una presencia maligna se esconde en la propiedad.

La familia Koniki compuesta por los abuelos, madre, padre y tres hijos; por fin logra tener la casa de sus sueños para convivir todos juntos. Cada quien elige su cuarto en este idílico inmueble.

En poco tiempo tanto el niño pequeño como la abuelita que tiene cierta demencia senil, se dan cuenta que hay algo extraño, algo que los acompaña, una entidad espectral; pero por la edad del pequeño y la avanzada edad de la matriarca son ignorados; hasta que un día el comportamiento de la hija adolescente empieza a cambiar por completo, volviéndose violenta contra sus parientes y contra sí misma.

Ahora todos corren un riesgo latente por lo que deberán hacerle frente a dicha presencia o vivir con las consecuencias.

Basado en el manga seinen “Sayuri”, escrito por Rensuke Oshikiri, el guionista y director Koji Shiraishi conocido por sus filmes “Noroi”, “Kuchisake-onna”, “Grotesque”, “Sadako vs Kayako”; entre muchas más.

Realiza una adaptación muy libre de “Sayuri”, tomando en cuenta la premisa de una familia que se muda a una casa y respeta a los personajes; donde se nota el cambio es en el espectro que habita en el domicilio y en la forma como se cuenta la trama, como está abordado.

Al tener una carrera sólida en el cine de terror, Shiraishi realiza un homenaje al “j- horror”, a los clásicos yokai; esos seres o criaturas sobrenaturales dentro del folclore japonés, que se han visto a lo largo de los años en filmes como “Ringu”, “Ju-On” por mencionar a los más representativos, que de hecho fue él quien se encargó de enfrentar a los espectros “Sadako” y “Kayako”.

Pero para hacer mucho más atractiva a “La maldición de Sayuri”, no sólo se queda ahí lo que hubiera sido muy cómodo; la película experimenta un cambio de ritmo y género como un anime, lo que la hace muy entretenida, manteniendo al espectador a la expectativa donde todo puede suceder, donde uno se puede sentir aterrado ante las situaciones o reír y sentirse entusiasmado por la relación entre Norio el hijo mayor y su abuelita.

En este sentido “La maldición de Sayuri” es similar a “Vamos a jugar al infierno” de 2013 dirigida por Sion Sono o “La historia de Ricky” de 1991 dirigida por Lam Nai- Choi. Donde ambos filmes parecen ser sobre artes marciales, para después cambiar hacia el suspenso y terror, sin perder ese toque fársico, humorístico con altas dosis de gore.

En el caso de “Sayuri” en apariencia es de esos filmes que se han visto una y otra vez a lo largo de los años en distintos países, las clásicas casas abandonadas, que esconden una maldición en su interior, donde sucedieron crímenes y hay un fantasma que trata de deshacerse de los nuevos habitantes.

Sólo que va más allá, Sayuri, el personaje central es una niña que sufre una agresión sexual por parte de su padre y eso hace que cambie su comportamiento de muy tierna e inocente a agresiva, su apaiencia física de ser una niña muy delgada a padecer una obesidad mórbida; por eso al fallecer en situaciones misteriosas su esencia permanece en la casa.

Para aligerar toda esta situación tan traumatizante, tan fuerte, como la familia que se acaba de mudar no sabe que fue lo que realmente ocurrió y al ir falleciendo cada uno de los miembros, incluyendo al más pequeño; la abuelita de una manera asombrosa sale de su letargo, de su senilidad, se vuelve ágil, empieza a entrenar a su nieto en las artes marciales y el tai chi, es dicharachera, hasta alburera y fumadora.

Mientras que el nieto aprende todo al pie de la letra para vengar a sus familiares, poder deshacerse de la maldición que los ha atormentado e incluso conocer el amor con una de las compañeras de su nueva escuela, quien también le advierte de los peligros que corren todas aquellas personas o familias que tratan de formar un hogar y establecerse en la casa misteriosa.

“La maldición de Sayuri” se puede ver con su lenguaje original en japonés con subtítulos al español, pero también cuenta con un doblaje hecho en México, donde el personaje de Norio es interpretado por el actor Emilio Treviño; quien en la premier del filme comentó que se le dio toda la libertad a las actrices y actores de doblaje, para hacerlos más cercanos con el público latino, incluyendo algunos modismos, que de pasar a hacer muchos dramas y tragedias, por fin tuvo un personaje donde le pudo dar distintos matices, de pasar del llanto desgarrador, a la hilarante risa, a gritar ante situaciones aterradoras.

Se estrena este 27 de febrero.

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